Radar Atlas 28/03: de los resultados de Tencent al deseo de liderazgo fintech de EEUU y el poder desincentivador de la IA
El sector tecnológico vive un momento de enorme agitación, la decisión de las autoridades chinas de incrementar su control sobre el sector tecnológico del país podría haberse reflejado ya en los resultados del gigante Tencent, mientras la Casa Blanca lanza una orden ejecutiva para controlar las criptomonedas y la experta en inteligencia artificial Joanna Bryson reclama que no se apueste por las máquinas a costa de las personas
–El informe anual de Tencent y el control de China a sus gigantes ‘tech’
En los datos de cierre de 2021 del gigante de mensajería, videojuegos y EdTech, muchos han querido ver los primeros efectos de la decisión de las autoridades de China de incrementar su control sobre la capacidad de innovación del sector tecnológico de su país. Como era de esperar, no aparecen menciones explícitas en el documento, apenas la afirmación de que «la industria de internet en China está pasando por un cambio estructural», pero para explicar el «menor crecimiento de los ingresos» de Tencent se aduce que los «anunciantes y nuestros servicios publicitarios» se han adaptado «a las nuevas condiciones económicas y regulatorias».
–La Casa Blanca se pone firme con las criptomonedas
Europa suaviza las condiciones para el minado de bitcoin y ethereum y la Casa Blanca lanza una orden ejecutiva sobre criptomonedas en la que insta a la Reserva Federal a explorar el lanzamiento de una moneda digital (Central Bank Digital Currency, CBDC). El 16% de los norteamericanos, unas 40 millones de personas, han invertido ya en criptomonedas y el valor de mercado de los activos digitales asciende ya a tres billones de dólares. La orden ejecutiva promueve, asimismo, «el liderazgo de EEUU en tecnología y competitividad económica» en el sistema financiero mundial para asegurar «la estabilidad financiera global y mitigación del riesgo sistémico».
–¿Hace la inteligencia artificial más conformistas a los humanos?
Una de las voces más respetadas en el análisis del impacto ético y social de la inteligencia artificial, la profesora Joanna Bryson, reproduce en su blog la respuesta completa que elaboró para un periodista de la American Association for Computing Machines. Plantea en ella que al aumentar la productividad de las máquinas mediante inteligencia artificial corremos el riesgo de desincentivar a las personas y abocarlas a «una espiral de reducción de salarios y expectativas». En su opinión, fenómenos como la Great Resignation responden a esa percepción de que la gente merece algo mejor.