Por qué la Covid-19 dispara la inversión en empresas de tecnología agroalimentaria a su nivel récord

A más de 30.000 millones de dólares estima el fondo Agfunder que han ascendido las operaciones de capital riesgo en 2020 en el sector agroalimentario, un 34,5% más que el año anterior, con una nota a considerar: por primera vez en ocho años, la inversión ha sido superior en las empresas más cercanas a la granja que al consumidor
24 de mayo de 2021 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Por qué la Covid-19 dispara la inversión en empresas de tecnología agroalimentaria a su nivel récord

“Año espectacular para la tecnología agroalimentaria”. Esa contundente sentencia atraviesa, desde la primera página a la última, la edición de 2021 del “AgriFoodTech Investment Report” el informe global que elabora cada año el fondo de capital riesgo Agfunder. La mala noticia es la ausencia de España del Top 20 de operaciones cerradas el pasado año, que rompe con varios ejercicios de presencia entre la élite mundial.

Agfunder estima que la inversión en startup de tecnología agroalimentaria superó en todo el mundo los 30.000 millones de dólares, lo que representa un incremento del 34,5% respecto a 2019, y detecta además un cambio de tendencia muy ilustrativo: las compras en la fase upstream de la cadena de valor (en empresas situadas cerca de la granja y lejos del consumidor) sumaron 15.800 millones y rebasaron así, por primera vez en ocho años, a las que tuvieron lugar en la fase downstream (más próximos al consumidor a través del canal horeca), que se situaron en 14.300 millones. Para apuntar.

Imposible desvincular estos datos de la crisis del coronavirus. «La pandemia de Covid-19 ha destacado la importancia de cadenas de suministro eficientes y formas alternativas de cultivar, procesar, transportar y vender alimentos a los consumidores», afirman los autores del informe. Las innovaciones en la fase midstream (entre el agricultor y el minorista) también obtuvieron un impulso de inversión muy potente por el impacto del ecommerce en la tienda de comestibles y, por extensión, el viento favorable benefició a las tecnologías Cloud Retail que lo respaldan. Una de las beneficiadas por ello fue la empresa de tecnología de cadena de frío Lineage Logistics, que captó 1.600 millones de dólares.

Junto a ello, Agfunder subraya las tendencias hacia las alternativas alimentarias, particularmente en el espacio de las proteínas, “a medida que los consumidores hacen más preguntas sobre el origen de sus alimentos”. Las inversiones en este campo alcanzaron los 2.300 millones de dólares. Por su parte, la inversión en empresas emergentes de Comida Innovadora se duplicó y la AgBiotech aún creció significativamente al cerrar casi un 70% más de acuerdos y recaudando un 60% en dólares.

Estados Unidos sigue abriendo brecha con respecto al resto del mundo en la inversión del capital riesgo en tecnologías agroalimentarias. Sus compañías recaudaron 15.450 millones en 2020, lo que supone un aumento del 56% interanual y un aumento del 30% interanual en el número de acuerdos. Basta con observar cuáles son las aceleradoras que encabezaron las operaciones a nivel mundial. Muchos de ellas les resultarán familiares a los que conocen el mundo de las startup de internet y nuevas tecnologías digitales: YCombinator (45 operaciones), SOSV (40), TechStars (36), 500 Startups (16) y Plug & Play Ventures (15) son las cinco primeras.

China se mantuvo en el segundo lugar gracias a los grandes acuerdos de downstream. Su total proyectado es de 5.600 millones, aunque cerró un 21% menos de acuerdos año contra año. El Reino Unido sigue liderando los datos europeos a pesar de la incertidumbre relacionada con el Brexit y Colombia alcanzó el top 15 porque Rappi, su plataforma unicornio de entrega de última milla, recaudó 300 millones.

Agfunder suele concluir sus informes anuales con un apartado de prospectiva en el que habla de megatendencias. También aquí rehúye el estilo notarial. Afirma con rotundidad que “se están produciendo cambios tremendos en todo el sistema alimentario” y, por si aún queda alguna duda, remacha: “Básicamente, está siendo reinventado”. Habla de tensiones, “impulsadas por los comportamientos cambiantes de los consumidores y el deseo de ser amigables con el planeta y estar intrínsecamente conectados”, que conducen a un nuevo “ecosistema personalizado y vinculado”.

A continuación, aterriza esa idea en algunas de sus manifestaciones. La «comida grande» se percibe como menos saludable y más sospechosa desde el punto de vista ético que la «comida pequeña», afirma. La I+D del cuidado de la salud es casi 10 veces mayor que la I+D de productos de consumo, y eso se trasladará al sector agroalimentario necesariamente: casi dos tercios de los consumidores globales tomarán decisiones más saludables en lo que compran; y casi la mitad de todos los consumidores globales dicen que el suministro local es una prioridad más importante ahora que en el pasado.

En los próximos años, Agcfunder espera ver un porcentaje más alto de empresas de alimentos innovadores, tecnologías midstream y marcas fabricante. Esto se debe a una confluencia de factores, entre ellos la cantidad de dinero en efectivo que los fabricantes de alimentos tienen a mano después de ese 2020 de récord, en el que además muchos fabricantes de alimentos tuvieron un año favorable porque los consumidores pasaron a comer en casa, y cuando se combinó con murmullos de desinversiones de productos tradicionales.

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