Pedro Mier (Ametic): «El ‘Fraunhofer’ español será un proyecto más privado que público»

Insiste Pedro Mier, presidente de la patronal de la industria tecnológica digital española Ametic, en que “la velocidad es un tema vital, hay que tener en cuenta que los plazos que marca la Unión Europea son cortos, hay que tener capacidad desde la Administración de gestión importante”. Sin embargo, el subdirector general de Digitalización de la Industria del Ministerio, Jordi Llinares, ha advertido a Atlas de la escasez de funcionarios. Mal empezamos. “El Gobierno ha hecho una cosa correcta, que es modificar leyes, como la de subvenciones, porque era imprescindible para dar más velocidad, pero hay un problema grande no resuelto que es cómo se va a gobernar”, afirma el presidente de Ametic.

De ahí que su asociación haya pedido “una oficina u oficinas ligeras, muy competentes, con orientación empresarial y gestión público-privada”. Pedro Mier dice que “si fuera una empresa la que tuviera que repartir los fondos, crearíamos una oficina de proyectos y le daríamos autonomía para que tome decisiones de forma ágil”. Además, “creemos en el enfoque alineado de proyectos para que se conviertan en una auténtica palanca de cambios: si se aprueban 1.000 proyectos sin más, servirán para poco, pero si se enfocan en líneas el efecto será distinto”.

Es oportuno hablar de transferencia de conocimiento en la principal feria española concebida para ello. Ninguna empresa del Ibex supera la treintena de patentes europeas solicitadas al año y, aunque hay investigación básica, en el desarrollo de tecnologías como semiconductores, fotónica integrada o neurociencias España ni siquiera ha comenzado a andar el camino. Ametic aprovecha, por eso, su participación en Transfiere 2021 para presentar una iniciativa de “red de innovación que toma el ejemplo del instituto Fraunhofer de Alemania”. Cuenta con el apoyo de instituciones como el Barcelona Supercomputing Center o la Universidad de Málaga. “El objetivo es crear una red de cobertura nacional con aspiraciones para entrar en los grandes proyectos europeos”, explica Pedro Mier. “El primer nodo estará en Málaga y esperamos que se sumen otros polos de innovación como Madrid, Barcelona y Valencia y, por supuesto, del resto del país”.

La patronal de la industria digital presenta “una iniciativa desde la empresa, dirigida desde el sector privado más que pública”. Hasta ahora, la fórmula no ha cuajado en España porque no es sencillo que el tejido empresarial comprometa recursos de forma estable en el tiempo como requeriría una red Fraunhofer (el presupuesto de los centros tecnológicos alemanes suma 2.800 millones de euros anuales). “Habrá que poner recursos tanto del sector empresarial como de la Administración, pero en Málaga el 51% de la aportación proviene de una cincuentena de empresas, junto a Unicaja, y luego recursos públicos del Ayuntamiento, de la Junta de Andalucía y del resto de administraciones”, apunta Pedro Mier.

Las grandes consultoras vaticinan un estallido en 2021 de tecnologías que permanecían latentes a la espera de casos de uso que les permitieran escalar de forma masiva como el internet de las cosas o la realidad aumentada. ¿Cómo está posicionada España para aprovechar ese estallido? A juicio del presidente de Ametic, “lo que tenemos es capacidad. Tenemos buenas empresas, buenos profesionales. ¿Estamos preparados para el estallido? Por eso estamos proponiendo cosas. Estamos en un mundo en plena pugna de Estados Unidos y China por el liderazgo mundial, con Europa de mero espectador. Pero el lenguaje de la Comisión Europea ha cambiado, se habla de soberanía tecnológica, de la falta de semiconductores en industrias como el automóvil. Hay que correr, sí, hay que surfear”.

Si Europa es un espectador, España parece condenada al papel de repartidor de palomitas de maíz. “La mejor forma de implicarse es actuando, hay que convencerse y jugar las cartas que tienes. Uno descubre con rapidez que si se pone a trabajar en un área se convierte en actor. Es como cuando entramos en Europa, las empresas se adaptaron y supieron competir”.

Papel de las asociaciones

Pedro Mier asegura que el último año ha sido “muy bueno desde el punto de vista asociativo. En los últimos 15 meses hemos incorporado 70 nuevos asociados muy relevantes”. Destaca la entrada de “clústeres enteros de empresas cuyo perfil no coincide con el tradicional del sector”. Por ejemplo el financiero, con BBVA, Santander, Mastercard y recientemente Bizum. O el de las escuelas de negocio: “empezamos con las especializadas en el mundo digital, como ISDI, y más recientemente se han sumado las grandes como la IE Business School, el IESE y Esade”.

Cómo concilia Ametic la heterogeneidad de sectores y de tamaños. “En cuanto al tamaño siempre hemos sido inclusivos, tenemos todas las variantes, desde grandes compañías tecnológicas como Google, Microsoft, Apple o Samsung, pasando por empresas grandes del sector mediano y siguiendo por las pymes. Es una característica genética de Ametic. Para conciliar objetivos, hemos creado comisiones que trabajan en ámbitos transversales y verticales, y en ellas cada empresa es un voto, de modo que hay que llegar a un consenso”, explica su presidente. En cuanto a los sectores, “hemos creado la figura de los socios adheridos, que son compañías que pueden tener interés en áreas determinadas, por ejemplo, un banco que puede querer participar en asuntos relacionados con las tecnologías cuánticas”.

¿El crecimiento de Ametic puede deberse a que es una de las asociaciones en las que parece interesante estar bien situado para captar fondos de recuperación? “Las propuestas que estamos haciendo no son oportunistas, sino que han encontrado su oportunidad”, responde Pedro Mier. “Venimos trabajando desde hace tres años en la idea de los proyectos tractores, era un reto, había una dificultad para que salieran adelante, y ahora los fondos de recuperación les dan una oportunidad. Eso no es oportunismo. Las asociaciones desempeñamos un papel relevante, no hemos sido creadas sólo para defender intereses, sino sobre todo para proponer soluciones. Lo que nos mueve es el impulso de la industria del país, no proponemos cosas porque haya fondos, sino que ahora que hay fondos intentamos que salgan adelante las cosas que venimos proponiendo”.

Las pymes entendieron la exigencia de certificarse en calidad y de dar el salto internacional, pero les cuesta más aceptar la digitalización. Enrique Dans decía a Atlas que, junto al miedo a la tecnología, la resistencia se debe a que la transformación digital se entiende como la sumisión a una consultora. “Por eso hablamos de la formación y la información. Ese problema, a medida que disminuye el tamaño de la empresa, se multiplica. En España hay más de un millón de empresas de uno a nueve empleados, si no se logra sensibilizar de la necesidad de digitalizarse no será posible que compitan”, afirma Pedro Mier.

“Como mejor funciona es mostrando ejemplos de pymes y micropymes que están sabiendo aprovechar las ventajas de la digitalización. El día 20 de abril presentamos el Libro Blanco de la Formación en Capacitaciones Digitales en el que abordamos desde la alfabetización digital hasta la formación de directivos”, anuncia Atlas.