España, a qué esperas para entrar en la ‘guerra de los chips’: de los egosistemas a los ecosistemas

La crisis de los semiconductores alimenta un intenso debate en la última jornada del Encuentro de Ametic, en el que el director del BSC, Mateo Valero, insta a Europa a pagar los 40.000 millones que vale ARM para que no acabe en manos de Nvidia, y el CEO de Premo Group, Ezequiel Navarro, advierte que la demanda se va a incrementar exponencialmente
3 de septiembre de 2021 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
España, a qué esperas para entrar en la ‘guerra de los chips’: de los egosistemas a los ecosistemas
Un momento de la mesa sobre la crisis de los semiconductores celebrada en el Encuentro de Ametic en Santander.

No es habitual que un ponente arranque aplausos en un foro empresarial como el Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones de Ametic en Santander. El director del Barcelona Supercomputing Center (BSC), Mateo Valero, lo ha conseguido en la mesa sobre “Microelectrónica, chips y su impacto en la industria del siglo XXI” con una llamada a la acción plagada de frases contundentes: “Va a haber mucho dinero en Europa para diseñar chips para IoT y supercomputación, debemos preparar un ejército español para ser fuertes y colaborar con Europa”.

Valero sostiene que “Europa debería comprar ARM, vale 40.000 millones de euros, pero es muy productiva”. La firma de chips ARM nació como un proyecto europeo y ha servido de base para el desarrollo de centros como el BSC, pero acabó en manos de Softbank que “ha creado el superordenador más potente del mundo en Japón”, relata. Hace un año, Nvidia llegó a un acuerdo para comprar ARM, si lo hace “será el monopolio, podrá diseñar supercomputadores”.

No deja de ser irónico que el principal fabricante del componente más caro de la foundry, la litografia ultravioleta, esté en Países Bajos. En la visión de Mateo Valero nos encontramos ante un “tema geopolítico”, con tres grandes fabricantes de chips a escala mundial: TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), con una cuota del 50%, Samsung e Intel, que es el único que además diseña. “Hay una batalla enorme de Francia y Alemania por llevarse la foundry de TSMC, e Intel quiere hacer tres o cuatro de tamaño más pequeño”. El presidente de esta última ha estado en Europa hablando con los presidentes Macron y Merkel. “Nosotros deberíamos estar en esa guerra”, asegura.

Según dice, “necesitamos fabricar para no ser atacables” y estamos ante una “oportunidad única para colaborar, a veces se interpreta mal que el hardware abierto no es bueno para la empresa, pero permite customizar”. Hay que aprovechar, en definitiva, que “por primera vez existe la posibilidad de hacer diseños con coste bajo, de construir sobre lo construido, por eso es el momento de colaborar a nivel industrial y universitario”.

En su introducción de la mesa, el CEO de Premo Group y directivo experto de Atlas Tecnológico, Ezequiel Navarro, ha puesto de relieve que la crisis de los semiconductores “es un tema que llevamos tocando en las tres jornadas” del Encuentro de Ametic, porque “sin semiconductores no hay nada de lo que venimos hablando”. De hecho, “cada vez que alguien me habla de digitalización veo más y más transistores y menos espacio”, un problema de demanda que “se va a multiplicar exponencialmente”, mientras que la capacidad de producción “crece linealmente, por escalones, y casi siempre lo hace cuando se está seguro de que esa fábrica carísima, ese foundry, va a empezar a carga llena”.

Hemos hecho dejación”, añade. Para Ezequiel Navarro estamos ante “el nuevo oro negro” y repasa las inversiones “masivas” que plantean países como Alemania, que ha pasado de prever 90.000 a 160.000 millones de euros, o Estados Unidos (30.000 millones) y hasta Global Foundry en Singapur que acaba de anunciar 4.000 millones. Según dice, la respuesta debe ser también la colaboración, “democratizar el desarrollo colaborativo de hardware”, aprender a trabajar en un ecosistema, “pasar de los egosistemas a los ecosistemas”.

La mesa ha contado con la presencia de Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación, quien insta a “no poner todo el valor en los cinco nanómetros y en los miles de millones de transistores, sino también en otros componentes como los dispositivos de potencia o los sensores”.

Después de financiar las actividades de diseño y fabricación de circuitos integrados electrónicos, que en España dieron lugar a una industria orientada a usuarios finales, esa dinámica se detuvo, según el relato de Teresa Riesgo, “para convertirnos en proveedores de servicios avanzados”, con FPGA (field-programmable gate array) para tiradas pequeñas. Y lo mismo sucedió en el ámbito académico, “donde había muchos grupos de investigación en microelectrónica”. A la pregunta “¿podremos volver a ese ecosistema que planteó Europa?”, su respuesta es que se hará, pero “de forma distinta”.

Los IPCEI (proyectos importantes de interés común europeo) son, a juicio de Jordi Llinares, subdirector general de Digitalización de la Industria y Entornos Colaborativos del Ministerio de Industria, los “instrumentos para canalizar la capacidad de fabricación”, porque permiten agrupar fuerzas con un tratamiento especial en materia de Competencia y la posibilidad de articular fondos que no tengan la consideración de ayudas de Estado. Unas coordenadas sobre las que se articulará también el PERTE de Microelectrónica del Plan de Recuperación. “Nos gustaría contar con un foundry de semiconductores en Europa y a ser posible en España”, apunta Llinares.

Sobre el potencial de este modelo de ayudas ha abundado José María Insenser, representante de la industria española en el IPCEI de Microelectrónica, quien instó a la industria a “responder”. Los cuatro work streams sobre los que se basa la iniciativa europea, explica, son: el de Sensores; el llamado Think, que incluye los procesadores, el Risc-V, el problema de consumo de las memorias, en especial las dinámicas, y la innovación en inteligencia artificial y el machine learning, muy intensivas en computación y necesitadas de memorias cada vez más densas; el Act, de actuadores de potencia, donde no aparecen de momento empresas españolas; y el de Comunicaciones, que aborda el 5G, tanto la banda base como la seguridad y el tema de la radiofrecuencia, en especial las ondas milimétricas, “aquí hay un hueco enorme para ser líderes”, según Insenser.

Por último, Lluís Terés, del Integrated Circuits & Systems Design Group (CNM-IMB-CSIC), destaca las posibilidades que ofrece el procesador Risc-V al abrir “el repertorio de instrucciones”, permitiendo su fabricación a coste cero y facilitando la colaboración, que es clave y para la que se ha creado una red específica en nuestro país. “Tenemos que ir a open software y open hardware”, sentencia.

En el apartado institucional, el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, Francisco Polo, ha anunciado la publicación en el BOE de la Orden Ministerial por la que se crea el Consejo Asesor de la Estrategia España Nación Emprendedora, una “hoja de ruta” presentada en febrero pasado y ya en ejecución dotada con 4.200 millones de euros hasta 2023.

“España es hoy un país más atractivo para la inversión que hace cuatro años, como lo demuestra que en lo que llevamos de año se hayan invertido más de 2.000 millones de euros en start-ups, el doble que en todo 2020”, asegura.

En la creación de este ecosistema del emprendimiento y la innovación “más maduro”, Polo también aplaudió el papel de las empresas de AMETIC, a las que agradeció su decidida contribución al desarrollo con la definición de los macroproyectos tractores, entre otras iniciativas.

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