Pedro Ruiz (Vitartis): «Me da miedo que los fondos Next Generation no se usen para multiplicar, sino para tapar agujeros»

El recién nombrado presidente de la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León (Vitartis) y CEO de Alma Carraovejas, Pedro Ruiz, conversa con Eugenio Mallol sobre su estrategia para incrementar el tamaño de las empresas mediante proyectos cooperativos y sobre la necesidad de mejores infraestructuras TIC para integrar toda la cadena de valor
26 de mayo de 2021 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Pedro Ruiz (Vitartis): «Me da miedo que los fondos Next Generation no se usen para multiplicar, sino para tapar agujeros»

Eugenio Mallol.- Llegas a Vitartis después de tres años como vicepresidente junto a Beatriz Escudero y lo haces en un momento crucial. Es todo un desafío colocarse, precisamente ahora, al frente de una asociación empresarial que aglutina a una de las tres potencias agroalimentarias regionales de España. Quizás no tanto para alguien que con 29 años se convirtió en CEO de Alma Carraovejas. Qué tienes pensado hacer.

Pedro Ruiz.- Daremos continuidad a lo que veníamos haciendo con Beatriz Escudero al frente y pondremos en marcha un plan estratégico centrado tres líneas: sostenibilidad, innovación y productividad. Hemos demostrado ser un sector esencial e integrado en la cadena de valor, y nuestra transversalidad es una seña de identidad de Castilla y León. Además, queremos tener proyección a nivel nacional e internacional: dar visibilidad a lo que se hace en Castilla y León, trabajar esa cultura colaborativa con otros clústers autonómicos y fijarnos a nivel internacional, las buenas prácticas en países de referencia como Francia o Holanda.

Eugenio Mallol.-La innovación es un lenguaje global, pero a veces nos cuesta mirar qué se hace más allá de nuestras fronteras. Cuando os planteáis asomaros a lo que sucede en otros países en qué estáis pensando, qué cosas deseáis imitar, qué hay en la raíz de esa necesidad.

Pedro Ruiz.-En Alma Carraovejas he tenido la suerte de conocer otros países y culturas y es muy enriquecedor. En Francia, la cultura agrícola y de desarrollo rural, también de pequeños productores, es maravillosa. En otros países es lo contrario, el tamaño de empresas en Alemania y Holanda las hace ser más competitivas. Vivimos en el marco de la glocalización, hay que mantener identidad de lo tuyo, pero sin perder de vista que el mundo está globalizado, es un poco más pequeño que antes porque estamos conectados y comunicados. La competitividad nos preocupa mucho en Vitartis, tenemos que intentar ser una potencia a nivel europeo, para competir con fuerzas como Estados Unidos o China.

Eugenio Mallol.-Es una pena que este tipo de planteamientos que se hacen desde un sector productivo, ambiciosos, acordes con la tensión que debe provocar la revolución tecnológica, choque después con la realidad de unas infraestructuras TIC que son todo un lastre para la industria agroalimentaria. Hay un ímpetu que no se ve correspondido desde otras instancias.

Pedro Ruiz.- No podemos ser más competitivos y plantearnos la digitalización si en los centros donde producimos, en el campo, en las granjas no tenemos internet. En España somos líderes en fibra óptica, pero la brecha digital puede ampliarse si no actuamos. En algunas ciudades se habla ya de 5G y smart city mientras en muchos municipios rurales, sobre todo los de menos de 5.000 habitantes, no encontramos todavía cobertura. Hay una gran preocupación por las zonas blancas, los polígonos industriales. Se dan casos de fábricas que están a poco más de un kilómetro de un núcleo rural donde cuesta 60 euros tener 100 megas de descarga, pero ellas tienen que pagar 400 para tener 30 megas. Esto no puede ser.

«De qué nos sirve tener un tractor con GPS o hablar de industria 4.0 si en el campo y en las granjas, que es donde producimos, no tenemos internet»

De qué nos sirve tener tractores con GPS, de qué nos sirve hablar de geoposicionamiento, de teledetección, si cuando lo quieres aplicar a tu canal de producción es imposible. Había un compromiso, que era el 2023, ahora el 2024, ojalá llegue en cualquier caso. Quizás una de las grandes esperanzas de los fondos Next Generation sea que podamos ampliar estas infraestructuras y mediante satélites mejorar las condiciones para desarrollar la tecnología, no sólo en las fábricas y en las industrias, en los pueblos y ciudades, sino sobre todo en la parcela donde está el cereal o en la granja donde está el ganado, porque es ahí donde necesitamos trabajar para que la brecha digital sea cada vez menor.

Eugenio Mallol.-Tocas el tema del momento, el de los Fondos de Recuperación. Aún no he encontrado a nadie que me diga que sabe exactamente qué va a pasar, cómo se repartirán. A ver si tengo suerte contigo.

Pedro Ruiz.-Tengo pocas esperanzas, sinceramente. Llegará mucho dinero, pero tengo poca confianza en la gestión que se está haciendo de ellos. Desde el Gobierno central no se está siendo muy claro, nos pidieron a las empresas hace meses que trabajáramos en proyectos, pero tras ello vino una incertidumbre y una falta de información tremenda. En las últimas semanas nos han dicho que quizás estos fondos van a llegar a través de concurrencia competitiva, a través de proyectos de menor tamaño. Tengo miedo de que estos fondos al final no vengan para multiplicar lo que ya tenemos y ser capaces de ir más allá. Si vienen para tapar ciertas cosas será un dinero desaprovechado. Porque este año y medio de pandemia ha venido para generar muchas cosas. Hablábamos antes del Covid-19 del teletrabajo y del cambio cultural, ahora debemos ser capaces de consolidar toda esta transformación que nos hubiese costado mucho tiempo realizar, que ese avance no se pierda. Siempre teniendo en cuenta la gravedad de todo lo sucedido que nos conecta más con lo humano.

Eugenio Mallol.- Cuando uno se plantea en un plan estratégico los objetivos de la innovación, la sostenibilidad y la productividad y echa andar, la clave es si al dar el primer paso el resto de actores se suman y apoyan ese salto hacia adelante. ¿Os sentís arropados por Administración, centros de investigación, inversores?

Pedro Ruiz.-Yo diría que sí. Nos han recibido el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y el consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero, y han mostrado una actitud de escucha. En Vitartis tenemos la suerte no ya de integrar la cadena de valor, sino de ser una de cadena de valor en sí misma. Tenemos que dejarnos de enfrentamientos entre el sector primario, el secundario y el terciario y ponernos a trabajar juntos. Ese es el gran reto. Para eso necesitamos a la Administración, porque sin ella será más difícil. Ahora nos preocupan mucho, insisto, cuando hablamos de subvenciones, los fondos Next Generation. Cómo llegarán y se distribuirán, si van a alcanzar a las pymes o se van a quedar en esos macroproyectos, que son maravillosos, pero sin llegar a todos los niveles. .

Eugenio Mallol.-En Atlas Tecnológico nos hemos hecho eco de un informe del fondo global Agfunder que dice que 2020 fue un año récord en inversiones en empresas tecnológicas del sector agroalimentario. Dicen que el conjunto del sistema de alimentación se va a reinventar y que por primera vez en ocho años se ha invertido más en tecnología cercana al campo que en la que está más cerca del consumidor. ¿Compartes esa sensación de que el sector está en proceso de reinvención?

Pedro Ruiz.- Sin duda. Es una noticia superpositiva. Los fondos de inversión llegan donde se generan expectativas, donde hay depositada confianza, otra cosa es el uso y desarrollo que se haga de esa inversión. Todo forma parte de esa nueva importancia que se le está dando a la alimentación y al concepto healthy, que cada vez está más asociado a la cadena alimentaria. Hay que hablar de la integración de la cadena de valor. No hay límite, hasta qué punto podemos llegar a ser mucho mejores si somos capaces de aplicar esta tecnología sin perder nuestros valores, la autenticidad y la realidad de un sector muy arraigado al mundo rural, a nuestra historia y nuestra cultura. Cuando decimos que big data, sensórica, IoT, sea capaz de conectar para que tomemos mejores decisiones, para que tengamos mejores productos y procesos y seamos más competitivos, estamos hablando de las cosas que nos preocupan del futuro. Tenemos grandes retos por delante: el desafío alimentario, el cambio climático, la economía circular, los ODS, tenemos que poner la tecnología al servicio de una mejor cultura alimentaria.

«No hay límite, hasta qué punto podemos llegar a ser mucho mejores si somos capaces de aplicar la tecnología digital sin perder nuestros valores»

Eugenio Mallol.-Has hablado también en estas últimas semanas del reto de aumentar el tamaño de las empresas agroalimentarias para ser más competitivos. Realmente esa es una de esas eternas cuestiones sobre las que se insiste década tras década, pero para la que nadie logra encontrar una receta adecuada. Hasta que llega un gigante tecnológico y da un golpe en el tablero. Cómo crees que se podría incentivar.

Pedro Ruiz.-El 80% del tejido empresarial son pymes y hay un tejido también importante de micropymes a las que tenemos que empujar. Una de las cosas que hemos planteado desde Vitartis a la Administración es trabajar con pequeños proyectos motores donde las pymes seamos capaces de arrastrar a las micropymes, a pequeños agricultores y ganaderos que posiblemente no integrarían de otro modo algunas cuestiones de la economía circular o de industria 4.0. Se trata empujarles para que hagan lo mismo que hacemos nosotros, sin dejar de aprender de ellos. Porque necesitamos ganar tamaño para ser más competitivos, nos lo exigen los mercados internacionales.

Eugenio Mallol.-Es la última pieza para completar esa integración de la cadena de valor de la que hablas.

Pedro Ruiz.-Una de las cosas que promovemos son proyectos colaborativos. A veces el foco desde la Administración se pone mucho más en la industria, pero no hay industria sin sector primario. Queremos la modernización del sector agrario y el ganadero desde el principio. A veces esto se nos olvida. La PAC por una parte está bien, pero a veces nos ha hecho acomodarnos demasiado y perder un poco la perspectiva. En Andalucía hay muchos proyectos colaborativos a nivel de cooperativa y quizás es una fórmula, no tenemos que inventar nada. Me gusta mucho también el modelo francés. El pequeño productor es muy importante, exige calidad y es muy necesario, es un referente a la hora de permeabilizar y de incidir con lluvia fina, pero también ellos necesitan ir de la mano de una industria un poco mayor o alguien que le respete y ponga en valor el trabajo que hace con un precio justo. Tenemos que saber arrastrar a las figuras de los jóvenes agricultores y ganaderos, gente que viene con ganas de hacer las cosas diferentes, de aprovechar los recursos.

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