El Plan de Recuperación se rinde a una inteligencia artificial sin IoT, algoritmos, big data, coche autónomo o robótica

Pocas pistas en un documento de 211 páginas en el que no aparecen en ninguna ocasión términos como Industria 4.0, smart city o automatización, que no cita tecnologías clave vinculadas como machine learning, pero que asegura con insistencia que España se va a convertir en "líder mundial en IA" y en la "economía del dato"
Eugenio Mallol
19 de abril de 2021 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
El Plan de Recuperación se rinde a una inteligencia artificial sin IoT, algoritmos, big data, coche autónomo o robótica

Para el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por el Gobierno, la digitalización se resume a una sola idea: inteligencia artificial. Es la tecnología de la que habla más veces en un documento en el que no aparecen conceptos clave para entender la transformación digital de cualquier territorio como Industria 4.0, internet de las cosas, Smart city, vehículo autónomo o semiconductores. No obstante, aunque el documento de 211 páginas insista en más de 60 ocasiones en el término inteligencia artificial, la ausencia de expresiones vinculadas a ella como machine learning o algoritmo, que no se citan en ninguna ocasión, hace pensar que se trata de una declaración más cerca de la retórica que de la aplicación real.

Ya que toda la estrategia de recuperación se resume, en lo que a transformación digital se refiere, en esa inteligencia artificial desprovista de contexto, analicemos cómo pretende el documento ponerla en marcha.

Lo que está claro es que, aunque no explique cómo pretende conseguirlo, España va a por todas. Según el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia vamos a ser “un líder mundial en Inteligencia Artificial” y a “explotar el potencial de la digitalización en la productividad de las empresas y las Administraciones públicas españolas”. La clave estriba, asegura, en que “mediante proyectos tractores de digitalización disruptiva basada en el uso intensivo del dato, se acelerarán los procesos de adopción e innovación, incluida la Inteligencia Artificial, en toda la cadena de valor”.

Habla en varias ocasiones de potenciar “el uso del español en el ámbito de la inteligencia artificial”, iniciativa interesante porque, en efecto, se trata de una tecnología desplegada fundamentalmente en inglés. De hecho, la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, presentada en diciembre por el presidente Pedro Sánchez, aparece como uno de los siete planes estratégicos de la agenda España Digital 2025 que el Plan de Recuperación se compromete a desarrollar. Los otros son el Plan de Conectividad, la Estrategia de Impulso 5G, el Plan Nacional de Competencias Digitales, el Plan de Digitalización de las Administraciones públicas, el Plan de Digitalización de las pymes y el Plan España Hub Audiovisual de Europa.

¿Más concreción? De momento, no. Pero hay que tener fe porque lo que viene es de máxima importancia. “Se impulsará el tránsito hacia una economía del dato, garantizando, por supuesto, la privacidad y seguridad y aprovechando las oportunidades de la Inteligencia Artificial”, reitera de forma entusiasta el documento presentado por el Gobierno hace unos días. Anuncia también “la creación de sandboxes regulatorios que permitan la investigación e innovación mediante la aplicación de la Inteligencia Artificial en un entorno regulatorio seguro, y la financiación de proyectos de investigación industrial o desarrollo experimental en materia de Inteligencia Artificial”.

Con el fin de promover una soberanía digital europea, “el Plan de Recuperación incluye iniciativas basada en la construcción y despliegue de capacidades digitales de última generación, como aquellas relacionadas con los datos industriales en la nube, o el diseño de microprocesadores”. Poco más para un Plan de Recuperación que augura, de nuevo, “un sector líder en el uso de los datos y la Inteligencia Artificial en el proceso de transformación digital de la economía”.

Dos menciones más a la inteligencia artificial al hablar de “modernización de los sistemas de casación (matching) de oferta y demanda, de las bonificaciones y las políticas activas de empleo”; y al anunciar “espacios de datos sectoriales (contribución a proyectos tractores de digitalización de los sectores productivos estratégicos)”, en línea con la Estrategia Europea del Dato, para ayudar “al impulso de la innovación empresarial en los principales sectores productivos estratégicos de la economía, entre ellos, el sector agroalimentario, el sector de la movilidad sostenible, el sector salud y el sector comercial, entre otros”.

No aparecen en el documento términos como internet de las cosas, industria 4.0, machine learning, automatización, vehículo autónomo, Smart city, fotónica, semiconductores o simplemente la palabra chip. De la nube se habla en cinco ocasiones, en un listado de tecnologías que se repite varias veces en el documento, junto a hidrógeno verde, baterías (siete menciones) de litio, satélites y microprocesadores. La robótica sólo se menciona una vez, igual que el término big data.

Y por citar algún mérito del documento, habrá que seguir la idea de “Smart islands”, la única ocasión en la que aparece el término Smart. Su equivalente en español, “inteligente”, aparece escrito una treintena de veces, pero asignado a solo dos ideas: redes eléctricas inteligentes y “crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo”.

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