«No hay transición suave entre modelos de energía»

El teniente general en la reserva, Francisco Gan, analiza en Collaborate Pamplona 2023, las claves que convierten a la energía en catalizador del nuevo orden
3 de abril de 2023 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
«No hay transición suave entre modelos de energía»
todo profesional de la comunicaEl teniente general en la reserva, Francisco Gan, en el Collaborate. / FLITCUT

Es inconcebible diseñar un evento sobre economía y tecnología sin abordar la incertidumbre que envuelve a la rodea a la actualidad geopolítica global. A juicio del teniente general Francisco Gan, “la actual geopolítica del petróleo y el gas está muy viva”, lo que provoca “efectos directos o derivados”, que debemos comprender con visión amplia. Para empezar, tres conflictos encadenados: el de Rusia-Ucrania, el de los países limítrofes y el que va a determinar qué país adquiere la capacidad hegemónica de la segunda mitad del siglo.

En este entorno convulso, “quién sea capaz de controlar la energía es clave”. El principal productor de hidrocarburos “usa la energía como un arma”, y es obvio que “no cuesta lo mismo la energía verde en Europa que en Asia”.

La Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU aprobada recientemente contempla un escenario de “competencia entre grandes potencias”, explica Francisco Gan, y recorre todo el espectro de opciones posibles que eso significa, desde la pugna blanda, en el ámbito económico, al conflicto de alta intensidad. Una de las claves del momento actual radica en que “no es posible una transición paulatina entre un modelo de energía y otro, la convivencia entre hidrocarburos y energías verdes. Nadie va a ceder su poder porque le impongan una transición verde”.

Frente a esta realidad convulsa, a la ciudadanía “lo primero que les preocupa es la inflación”. El Global Risks Report del World Economic Forum, en cambio, sitúa los riesgos climáticos arriba en 2030. “Debe construirse un relato que sea factible, se puede soñar, pero con los pies en el suelo”.

El experto en geopolítica sugiere algunos global commons “que deberían estar sujetos a gobernanza”: desde los océanos al espacio, el ciberespacio y atmósfera. “Lo importante son los choke points, donde el suministro se estrangula, la capacidad para limitar capacidad de crecimiento de un país”, cuyo uso puede implicar un conflicto de media y alta intensidad.

La guerra “está empezando a escalar posiciones”, afirma Francisco Gan. Se puede observar en la dinámica de “bloques de países que se alinean unos contra otros”, en la declaración de la OTAN “que deja fuera a China” y en las posibilidades ciertas de que Rusia “bascule hacia el Este y que vayamos a un conflicto de media o alta intensidad”.

Para “defender la posición” hay que partir de la “capacidad de proyección del poder”. ¿Cómo ve el mundo EEUU? “Cuenta con mandos estratégicos que tienen dividido el mundo” y destina 900.000 millones de dólares en gastos directos y 330.000 en indirectos a Defensa, la mitad del gasto gobal total. “China no quiere competir a ese nivel”, pero asegura su pervivencia con lo que se conoce como el Collar de Perlas una cadena de suministro que incluye todo lo que recibe del Mar de Arabia y el Mar Rojo e Irán, socio preferente.

Quién consume más energía: la población. “Vive más gente dentro de la esfera asiática que en el resto del mundo, las comunicaciones de la energía se dirigirán hacia ahí”, afirma. “La conectografía dice que la capacidad de consumir energía se concentrará en las ciudades, que consumen el 80% de la energía, no la industria”.

Junto a ello, el ciberespacio se ha convertido en “el núcleo clave para la transmisión y los propósitos de los gobiernos”. Defiende un “relato creíble”, que se nos diga siempre la verdad, no lo que queremos oír. “Nos estamos basando en una tecnología con una serie de componentes, y pensamos que la capacidad de producirlos es lo definitivo”, pero “se necesitan materiales y quien los fabrica no es quien tiene capacidad de conseguirlos”. China gana la batalla de las patentes del 5G, “esto va de desplegar tecnología con recursos propios”.

Habrá que cuidar la coexistencia con el cambio climático y con el “estrés hídrico al que nos vamos a someter, porque sin el agua no se puede vivir. Cualquiera de los procedimientos para obtenerla cuesta energía, la que tenemos, no la que tendremos. La cosecha la vamos a necesitar para comer, no para hacer bioalcohol”. Son los “costes agregados del cambio climático”: población, agua y cosechas.

Es impresionante el “conjunto de inversiones de China para garantizarse disponibilidad de los recursos críticos que necesita para seguir creciendo y no tener problemas con los insumos que vienen a las ciudades”. Las materias primas también se usan como arma, como ha podido comprobar Japón.

China es el único país con modelo de transición energética creíble, a juicio de Francisco Gan, porque “ha alargado el plazo de reducción de emisiones 10 años”, es líder “en renovables, en producción de obleas de silicio y en energía nuclear, es pragmática”. Quiere pasar el carbón al 3%, “y cuando lo dice lo hace, no está sujeto a modelos de pregunta parlamentaria”. Se ha especializado en refinar, tiene ese know how, “EEUU ha tenido que hacer una joint venture con Australia para refinar, pero eso son ciclos que requieren tiempo”.

“No puede haber transición blanda”, insiste. Hay dos elementos críticos: “la percepción de la población”, porque el votante es el principal stakeholder del Gobierno;  y la de los propios gobiernos, “en el momento en que piensen que no son capaces de garantizar la seguridad que tenían con el anterior modelo se ha acabado”.

Europa no tiene un modelo de transición, “los ciudadanos de cada país lo perciben de manera distinta”. Para llegar a cero emisiones es necesario consumir el 50% del gas natural y el 25% del petróleo actual. Una transición dura “en la que obliguemos a consumir determinados productos, beneficiará a los países del Golfo que tienen menos coste de extracción”, comenzarán a ganar más dinero y a incrementar su influencia. Se verán perjudicados otros como Rusia, Venezuela o Canadá.

“Los primeros que elijan energías limpias fijarán estándares y sistema de control, eso significa monopolio”, explica. “Para llegar a las cero emisiones en 2050 hay que duplicar el consumo en energía nuclear”. De las 62 centrales que se planean fuera de la Federación Rusa, “50 las construye Rusia, eso determinará quién establece estándares y de dónde provendrá el uranio”. Otro caso a seguir: “Qatar está en condiciones de pasar de petroEstado a electroEstado”.

Existe el riesgo de que se creen “clubes climáticos, que establezcan estándares y dejen fuera a los países sucios. Cuando la brecha crece, propicia el salto de un lado de la brecha al otro, si no les ofrecemos la posibilidad de desarrollarse, los tendremos aquí”.

Si se desencadena una competencia por los recursos y vamos hacia una “transición dura”, los países productores, que elaboran y consumen “¿no querrán actuar de forma más asertiva?” Y concluye: “Energía = poder = seguridad. Esto lleva a la proyección de la fuerza”.

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