Adopción, una estrategia de éxito

Un viejo proverbio chino dice: “si caminas solo, irás más rápido, si caminas acompañado, llegarás más lejos”.

Esto es aplicable también, por ejemplo, a los planes de implantación de nuevos procesos tecnológicos (un ejemplo sería la industria 4.0).

Para que algo nuevo como esto se integre y progrese en una organización se puede hacer esencialmente de dos maneras.

TOP-DOWN. La dirección decide aplicar la nueva tecnología y sus métodos, y lo organiza por la vía de la imposición, a veces, “manu militari” en todos los niveles. Puede hacerlo organizando “una fuerza evangelizadora” que explique, aplique y despliegue “lo nuevo”, lidiando con la resistencia al cambio que aparecerá, porque siempre aparece. En todo caso, en toda organización jerarquizada, todos terminarán utilizando y aplicando lo nuevo, porque así está definido por la dirección y “por la cuenta que les trae”.

El resultado se obtendrá rápido y será aceptable casi siempre y en alguna honrosa excepción será notable. El tema es que lo nuevo funcionará y progresará mientras se mantenga la tensión sobre ello y probablemente se diluirá en el momento en que ésta cese.

ADOPCIÓN. Podemos llamar así genéricamente al proceso por el cual conseguimos que los miembros de una organización se interesen por una nueva propuesta tecnológica, invitándolos a participar desde el inicio, en su construcción, escuchando sus ideas y aportaciones y, en definitiva, dándoles autonomía de acción, dentro de unas reglas generales básicas y valorando sus logros haciendo que todos los demás se beneficien de ellos.

Este modelo es más lento al principio, pero una vez conseguida la velocidad de crucero, se mantiene imparable, ya que los actores principales son todos, se sienten partícipes del proyecto y la energía de la dirección está más enfocada a modular y hasta cierto punto ralentizar algunas propuestas de acción para alinear a todos, que a fomentar acciones por falta de entusiasmo.

Los “impacientes” no verán esta manera como la mejor opción, preferirán resultados a corto plazo que justifiquen las promesas que hayan realizado, pero estoy seguro de que para obtener una situación saneada y sostenible en el tiempo hacen falta la energía y complicidad de las personas de la organización y eso solo se consigue si se encuentran motivados por su propio convencimiento de que están haciendo algo útil.

Mi experiencia en una gran corporación multinacional, aplicando el método de adopción de la industria 4.0 está siendo un éxito; ha movilizado a no pocas personas y entidades internas de distintos países y esto está produciendo resultados excelentes, en la mayoría de los casos, promovidos por las personas, implicadas y orgullosas de participar en ese proyecto, siendo alentados además por la dirección que permite unas grandes dosis de autonomía y reconocimiento.

Para quien esté pensando en cómo implementar una dinámica de integración de la industria 4.0 en su empresa, creo que la adopción es un buen punto de partida a considerar como una verdadera solución a largo plazo. Es mucho más costosa y larga de elaborar, pero al final, el beneficio será mayor y el resultado llegará “más lejos”.

Germán Arias es director técnico de la planta de Michelin en Valladolid