Bajada del precio del petróleo: una oportunidad para acelerar la transformación industrial

El precio del crudo se ha desplomado en los últimos días, marcado por el exceso de oferta, las tensiones en EEUU y China y los enfrentamientos en el seno de la OPEP, y abre una nueva ventana de oportunidades para la industria española, que puede beneficiarse de este respiro si no cae en una congelación inversora en tecnologías limpias
María José Martínez
7 de mayo de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Bajada del precio del petróleo: una oportunidad para acelerar la transformación industrial

Tras el anuncio de la OPEP sobre el incremento de su producción hace tan solo unos días, el precio del barril de Brent se ha desplomado por debajo de la cota de los 60 euros. Ese exceso de oferta relativa frente a una demanda debilitada, en un contexto en el que los mercados anticipan menor crecimiento económico global, ha provocado una caída del 20% del Brent desde que comenzó el año. Detrás de ello, se encuentra la desaceleración del crecimiento de grandes economías, como China y EEUU, las tensiones geopolíticas (con el freno al crecimiento que suponen los aranceles) y enfrentamientos dentro de la OPEP.

Las estimaciones de beneficios de las grandes petroleras europeas (Repsol, BP, Galp o Shell) han caído en más de un 17% respecto a las estimaciones de apertura del año. Los expertos señalan una debilidad continuada de los precios de esta materia prima en los próximos meses. Pedro Miró, vicepresidente de Cepsa, señalaba que va a seguir habiendo “una sobreoferta y los stocks, tanto de crudo como de productos, pueden generar un problema importante a corto y medio plazo en los balances”. Además, Antonio Merino, directos de Estudios de Repsol, apuntaba que esta desaceleración de los precios “puede afectar negativamente a las inversiones en países productores, lo que a su vez podría impactar en contratos de empresas españolas”.

No es algo nuevo: la IEA (International Energy Agency) ya anticipaba en su informe ‘Oil 2024. Analysis and forecast for 2030’ un aumento mundial de la oferta de petróleo, que superaría la demanda prevista a partir de 2025, llevando la capacidad disponible a niveles nunca vistos fuera de la crisis de la COVID-19. “Se prevé que la capacidad total de suministro alcance casi los 114 millones de barriles diarios en 2030, lo que supone un asombroso aumento de ocho millones de barriles diarios por encima de la demanda mundial proyectada”, detalla el informe.

Y ¿cómo influye este panorama sobre la industria española? España es un país con alta dependencia energética exterior. En 2023, la dependencia se situó en un 68,6% según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La bajada del precio del crudo repercute directamente en los costes en industrias como la metalurgia, la química, la producción de materiales de construcción, la automoción o el transporte de mercancías. Así, se incrementan los márgenes operativos, puesto que la reducción del precio impacta en toda la cadena de valor. Existe, pues, una ventaja competitiva para la industria española, puesto que puede aliviar los costes y permitirle mejorar su competitividad internacional. También, un petróleo más bajo tiende a moderar los precios, lo cual podría recuperar el consumo interno y permitir una mayor inversión industrial a corto plazo.

Desacelerar la transformación

Pero este entorno favorable podría retrasar la transición energética en nuestro país, al reducirse el incentivo económico de adoptar tecnologías más limpias o invertir en procesos industriales sostenibles. Proyectos de eficiencia energética, sustitución de combustibles fósiles o electrificación de procesos pueden verse comprometidos, al reducirse la presión por los precios de la energía.

Un petróleo barato podría generar dependencia excesiva de combustibles fósiles en sectores industriales en los que España ya está intentando avanzar. Como cifra indicativa, durante el pasado mes de marzo las importaciones de crudo a España se situaron en los 5,31 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 8% con respecto al mismo mes del ejercicio anterior, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

Además, una bajada del precio del petróleo tiende a anticipar una desaceleración del comercio global, lo cual podría traducirse en una reducción de las exportaciones industriales claves en España, como componentes de automoción, maquinaria o productos químicos.

La bajada del precio del petróleo es una noticia positiva para la industria española, pero dependiendo de cómo se gestione este nuevo escenario será un alivio puntual o podrá erigirse como palanca de transformación. El objetivo sería aprovechar esta ventaja en clave estratégica y apostar por el aceleramiento de la transformación estructural, para garantizar la competitividad y resiliencia del tejido industrial a medio y largo plazo. Y esto debe venir apoyado por políticas de incentivo a la inversión y a la transición.

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