Teodoro García Egea anima el Collaborate Summer 2022: «Lo que viene ahora son las criptonaciones»

"El liderazgo mundial se está jugando en el campo tecnológico", afirma el ingeniero de telecomunicaciones y diputado nacional en su conversación con el analista de innovación Eugenio Mallol, con motivo de su participación en Collaborate Summer 2022 con una ponencia sobre criptoeconomía y geopolítica. Confía en que las tecnologías de la descentralización basadas en blockchain impulsen el Internet del Valor y empoderen a los ciudadanos
9 de junio de 2022 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Teodoro García Egea anima el Collaborate Summer 2022: «Lo que viene ahora son las criptonaciones»

Eugenio Mallol.-Bienvenido a Collaborate Summer 2022, un evento para directivos de empresas en el que queremos dar las claves sobre el futuro de la economía, la tecnología y la geopolítica, que están probablemente ahora más entrelazadas que nunca desde la Segunda Guerra Mundial.

Teodoro García Egea.-El liderazgo mundial se está jugando en el campo tecnológico. No sólo en las tecnologías de doble uso, y lo estamos viendo en la guerra de Ucrania y Rusia, sino también en el ámbito de la longevidad o en el del liderazgo de la fabricación de dispositivos que permitan desarrollar nuevos productos y servicios relacionados con la industria 4.0 y las tecnologías emergentes. El desarrollo de esas capacidades para un país es clave, va a medir su competitividad. Y el número de empresas tecnológicas va a determinar sin duda el futuro por el que va a discurrir. Lo estamos viendo ahora con el corte de la cadena de suministro como consecuencia de la pandemia. La falta de semiconductores o de profesionales en el sector de la ciberseguridad están siendo cada vez más un problema y la necesidad de generar más capacidades será un cuello de botella a nivel global. Los países se pelearán por el talento y las materias.

Eugenio Mallol.-Carlos Oehling, CEO de Fersa, me decía que a él le encanta la incertidumbre porque en etapas de certidumbre las grandes compañías pasan como un rodillo a las medianas y pequeñas, mientras que en los periodos inciertos se iguala todo. La cuestión es si a España nos beneficia o nos perjudica la incertidumbre.

Teodoro García Egea.-La certidumbre deja todo como está y la incertidumbre abre una posibilidad para que alguien que lea mejor lo que va a ocurrir pueda adelantar posiciones. La certidumbre hace que todo se estabilice y fluya, y la incertidumbre crea un marco de oportunidad evidente. Es cierto que tiene costes en algunos sectores y eso comporta riesgos, lógicamente, pero la incertidumbre en muchas ocasiones introduce tecnologías emergentes que crean nuevas oportunidades. Por eso hablo de critpoeconomía y de geopolítica. Estamos viendo el nacimiento del Internet del Valor, como en su día nació el internet de la información. Estamos enviando los primeros mails de ese nuevo entorno. Se habla de si las criptomonedas suben o bajan, para mí es irrelevante. La clave es que tenemos por primera vez en la historia una tecnología que permite transferir valor por internet. Eso lo cambia todo, porque cuando se inventó el dinero y se pusieron en circulación monedas, no sólo se permitió el depósito de valor, sino también el intercambio. Hoy, el dinero se utiliza para invertir en empresas y desarrollar nuevos negocios, para hacer política industrial, y todo eso ahora puede venir de la mano del Internet del Valor. Lo que viene ahora es, por eso, las criptonaciones.

«La curva de adaptación tecnológica que están experimentando las empresas de la criptoeconomía es la mayor de la historia»

Eugenio Mallol.-Cuesta a veces aterrizar estas ideas en el mundo físico, que la gente de la industria comprenda su aplicación. En ámbitos más digitalizados, acostumbrados a los intangibles, como la banca, los seguros o la comunicación, este discurso se comprende fácilmente. Pero qué difícil es para un industrial. Y la paradoja es que todo el trabajo que se haya hecho para virtualizar negocios, para crear gemelos digitales, cobrará un nuevo sentido con el auge del Internet del Valor.

Teodoro García Egea.-En una Web 3.0 te piden que conectes tu wallet, tu billetera, donde tienes almacenados las criptodivisas y los tokens que tengas disponibles, y se te identifica con una cadena numérica que es tu identidad. Vamos hacia eso, hacia que nuestras identidades en internet sean billeteras virtuales, hacia un mundo en el que la Web 3.0 te identifica y te permite transaccionar valor con otros a través de dispositivos que pueden ser físicos, como los ledger, o virtuales, como Metamask. Es igual de incomprensible o comprensible que cuando se enviaron los primeros mails del internet de la información. Al principio la gente se preguntaba para qué tener una página web. Hoy la gente opina lo mismo sobre transferir valor por internet. Hay posibilidades que todavía están por pensar y por imaginar. Están empezando a nacer las primeras empresas de finanzas descentralizadas, somos testigos de un momento histórico para el cambio de era. La curva de adaptación tecnológica que están experimentando las empresas de la criptoeconomía es la mayor de la historia.

Eugenio Mallol.-Entiendo claramente que es uno de los aprendizajes que sacas de esta etapa de incertidumbre en la que hay tecnologías que estaban latentes y se ha demostrado que tenían mucho potencial, quizás mayor que el que les habíamos atribuido. Háblame de otros aprendizajes. En la desgraciada guerra de Ucranía estamos viendo el protagonismo del mundo de la inteligencia frente a la parte física, estamos asistiendo a la apertura de tantos sectores a las opciones del blockchain. De todo lo que estamos viendo, qué aprendizajes te llevas.

Teodoro García Egea.-Todo esto abre la posibilidad a una segunda fase que quizás debió ser la primera, que es la de la combinación de distintas tecnologías. Porque el Internet del Valor es importante, pero también lo es poder recoger datos con calidad. Una vez que el dato se graba en la blockchain es inmutable, pero para ello deberíamos disponer de sensores e inteligencia artificial que permitan que ese dato se valide en caso de que lo estemos recogiendo del mundo real. En esa combinación del mundo físico y el virtual, entre el Internet del Valor y las variables físicas, queda todavía mucho espacio por recorrer. Hay sistemas, los denominados oráculos, con empresas como Chainlink y otras muchas, pero necesitamos que, de alguna forma, esa relación entre el mundo físico y el virtual esté solucionado. Porque al final el llevar todo eso al mercado, a una solución real, escalable, factible, es lo que siempre ha faltado a la industria 4.0. Para ello es necesario combinar todas las disciplinas disponibles. De nada sirve tener el mejor sensor si no puedes gestionarlo, o el mejor sistema de inteligencia artificial si no tienes una plataforma, una aplicación, un front end que te permita gestionarlo de forma friendly. La combinación de factores y de tecnología en un momento adecuado es clave para que podamos despegar. La pandemia y todo lo que hemos vivido en este tiempo lo han demostrado: empresas de videoconferencia o de equipos informáticos portátiles han visto subir su demanda como consecuencia de una época difícil, dura, de incertidumbre. Hay que estar preparado y hacer las conexiones necesarias entre todas estas tecnologías. Por eso foros como Collaborate son claves para que la gente se conozca, porque si hay algo que caracteriza a la industria 4.0 es la especialización, y si juntamos a mucha gente que sabe hacer muy bien una cosa de ahí sin duda puede salir algo muy bueno para nuestro país y para el ecosistema.

«En esa combinación del mundo físico y el virtual, entre el Internet del Valor y las variables físicas, queda todavía mucho espacio por recorrer»

Eugenio Mallol.-En el reciente The Smarter E Europe celebrado en Munich, Ditlev Engel, de la consultora global DNV, dijo que “no es solo una transición energética, es una transición industrial”. Realmente esto se podría aplicar a todas las tecnologías implicadas: el modelo industrial entero es el que va a cambiar.

Teodoro García Egea.-De hecho, la palabra industria ya empieza a ser incluso sobrepasada. En Lanzadera, donde está ubicada ahora Atlas Tecnológico, hay un montón de gente que trabaja para la industria, o que son industrias en sí mismas. La fábrica tal y como la conocemos, de máquina-herramienta, seguirá existiendo, pero irá dejando paso a otras empresas que, sin ser puramente industriales en nuestra concepción clásica del término, serán clave para forjar un tejido industrial importante en España. Tenemos que abrir un poco la mente a la hora de reflexionar sobre los próximos pasos. Hay que combinar esas tecnologías que están siendo emergentes para que se queden y se consoliden.

Eugenio Mallol.-Se habla mucho de la soberanía estratégica a escala de España y Europa.

Teodoro García Egea.-En el futuro, la competitividad de los países se medirá no sólo por la abundancia de energía limpia y barata, o por sus recursos naturales, sino sobre todo por la capacidad de digitalización de sus empresas y ciudadanos. Si los países no se ponen las pilas, los ciudadanos tomarán la iniciativa y empezarán a trabajar en esta línea para conseguir que su país sea vanguardia en estos asuntos. Cuando hablo de criptoeconomía y geopolítica, lo hago porque creo que vamos hacia una especie de criptonaciones. Los ciudadanos se están autoorganizando en redes que permiten un intercambio de valor descentralizado, al margen de las monedas de los Estados. Te puedo dar un bitcoin o un ether sin que haya nadie en medio validándolo. Esta tecnología tiene cinco características fundamentales: es censorship resistance, public, open, neutral y borderless, no tiene fronteras, nadie lo puede parar. La tecnología que viene tendrá algunas de estas cinco características. Es difícil de entender para una mentalidad clásica que alguien desarrolle un código y lo ponga en internet abierto a la mejora de otros usuarios. Hasta ahora, la Ley de Propiedad Intelectual lo protegería y sería el core business de cualquier empresa, pero eso está cambiando para mejor, porque todo el mundo puede mejorar el código sabiendo quién fue el autor original. Las reglas de la comunidad están cambiando y los países tienen que ser conscientes de que los ciudadanos podrán elegir dónde desarrollar su proyecto, su futuro, su producto, y tendrán que competir por el talento con mensajes de voluntad de liderazgo tecnológico.

«La palabra industria ya empieza a ser incluso sobrepasada. En Lanzadera, donde está ahora Atlas Tecnológico, hay un montón de gente que trabaja para la industria, o que son industrias en sí mismas»

Eugenio Mallol.-Es curioso lo que dices porque China es hoy el líder global en patentes de blockchain, con el doble de patentes que EEUU. ¿Por qué lo quiere controlar? Porque el PCC no quiere que el blockchain le controle a él, a su sistema autoritario. En esta dinámica entre las maquinarias estatales y los ciudadanos, eres optimista, crees que al final se impondrán los individuos. Es evidente que existe una deriva autoritaria que quiere controlar esto.

Teodoro García Egea.-El control de la criptoeconomía va a ser muy difícil, porque no son más que finanzas descentralizadas. Nadie tiene el control total y atacar la red no es rentable, no hay un incentivo para atacar la red bitcoin porque el beneficio que va a obtener no compensará lo que costaría hacerlo con la capacidad computacional que eso requiere. La criptoeconomía parte de la premisa de que la criptografía facilita la transmisión del valor, pero las finanzas descentralizadas es un término mucho más preciso, porque de lo que se trata es de que miles de nodos están soportando que los usuarios intercambien valor. A partir del momento en el que tienes un sustrato que permite hacerlo y tienes una criptodivisa, o dinero descentralizado, puedes construir servicios de capas superiores. Si tienes dinero que puedes transferir y no está sujeto al control de una autoridad centralizada, puedes depositarlo, prestarlo, puedes diseñar muchos instrumentos financieros. Se intentará controlar, pero será difícil que ningún país pueda conseguirlo porque la base del dinero descentralizado es que no pertenece a nadie, nadie tiene la capacidad computacional de la red. Y además hay una característica muy importante añadida: el sistema perfecto de incentivos que garantiza que el sistema funcione. Los desarrolladores tienen un incentivo, el sistema les asigna recompensas; los mineros tienen incentivos para ser honestos, porque no seguir las reglas del protocolo automáticamente les expulsa, y hacerlo les asigna recursos; y los usuarios tienen el incentivo de guardar su valor. Si en algún momento alguna parte de la red desea cambiar las normas, se puede producir una bifurcación o fork, en la que parte de la capacidad de computación se va con las nuevas reglas y parte sigue con las reglas anteriores. Porque nadie tiene la posesión total de la red, la capacidad total de decisión. Es una forma de autoorganizarse que será muy difícil de que se apropien de ella los países, al ser censorship resistance y borderless. Esta nueva mentalidad de finanzas descentralizadas, aplicada a las tecnologías emergentes, tiene muchísimo potencial no sólo para financiar proyectos, sino para cambiar la mentalidad con la que hemos abordado hasta ahora la industria 4.0. Lo hemos hecho desde una perspectiva clásica, de producto-servicio, sin embargo ahora se trata de generar y transferir valor y de trasladar un mundo físico a uno virtual donde también incluso podemos pagar directamente sin una autoridad central. Que todas las tecnologías emergentes puedan empezar a desarrollarse en este ámbito descentralizado creo que es clave para los próximos años.

«Se intentará controlar, pero será difícil que ningún país pueda conseguirlo porque la base del dinero descentralizado es que no pertenece a nadie, nadie tiene la capacidad computacional de la red»

Eugenio Mallol.-Cómo ves a España en esta carrera.

Teodoro García Egea.-España tiene unas empresas tractoras y, puestas en común con las empresas de tecnologías emergentes, podemos hacer mucho. Si conseguimos además que esas pequeñas y medianas empresas que saben hacer una cosa, pero muy bien, entren en contacto con esas empresas tractoras, sin duda España tiene un grandísimo potencial. Estuve recientemente en Reino Unido y hablaban de España y no sólo de sol y playa, sino también de tecnología. La marca España tiene que empezar a fortalecerse en cuanto a sus empresas y sus exportaciones. Es fuerte en el sector agroalimentario, somos una potencia turística, pero tenemos que ser también una potencia tecnológica porque precisamente esos dos sectores en los que somos muy buenos tienen mucho que decir en tecnología. España tiene unos deberes muy importantes a la hora de conectar a las grandes empresas tractoras con las pymes. La gente que desarrolla tecnología, que tiene un buen producto o servicio, falla siempre en la conexión con el cliente final y en la forma en que convence a una gran empresa para digitalizar una pequeña parte que le puede suponer una mejora productiva importante. Ahí fallamos. Hay gente que no es que no tenga SAP, es que lleva todavía las cuentas con Excel. Si no hemos sido capaces de convencer a grandes empresas para que introduzcan una profesionalización en la llevanza de sus cuentas, sus recursos humanos o su intranet, tenemos mucho trabajo que hacer. Me quedo con la buena noticia de que hay un ingente trabajo que hacer.

Eugenio Mallol.-Una última cuestión acerca de qué nos estamos perdiendo, porque se está quedando fuera del foco y es posible que tenga más carga disruptiva que lo que capta toda nuestra atención.

Teodoro García Egea.-En el ámbito de las finanzas descentralizadas, nos estamos perdiendo muchas oportunidades de financiación de pequeños proyectos, de pymes que buscan otros lugares que no son Europa para desarrollarse. Por ejemplo, quién podría haber invertido en Apple desde el garaje desde Europa. Hoy, a través de la criptoeconomía, podemos invertir en cualquier pequeña empresa desde el garaje. Eso antes no ocurría. Además, antes, los unicornios tenían que nacer obligatoriamente en mercados grandes, era imposible que Uber pudiera nacer en Portugal o en España, tenía que hacerlo en mercados donde pudieran tener una demanda que les traccionase. Sin embargo, hoy, podemos tener unicornios en cualquier lugar del mundo, porque la criptoeconomía permite que te puedas dirigir a un mercado más grande que China y Estados Unidos juntos cuando lanzas tu token. Por lo tanto, si las autoridades, el marco regulatorio o las circunstancias no permiten que ese mercado se desarrolle como sí lo está haciendo en el Sudeste asiático, en EEUU, en Reino Unido o también en Alemania, nos estaremos perdiendo sin duda la posibilidad de ayudar a mucha gente en la que podemos invertir desde el garaje para luego verles convertidos en un Apple o en una empresa de éxito. Eso nos lo estamos perdiendo y espero que lleguemos a tiempo.

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