Si algo no te mata, mutará… (II). 2021: De lo imposible a lo improbable y tecnológicamente viable del presente

Segunda entrega de la serie de artículos en la que el autor analiza el impacto de las innovaciones científicas introducidas para combatir la pandemia del Covid-19 en los conocimientos arraigados en la sociedad y cómo ese proceso ha desembocado en un Tsunami de HiperDesInformación
Javier Sirvent
22 de febrero de 2022 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Si algo no te mata, mutará… (II). 2021: De lo imposible a lo improbable y tecnológicamente viable del presente

Si pensabas que te estabas adaptando a los cambios exponenciales de la tan manida Transformación Digital e ibas a conseguir “sobrevivir”, una nueva “mutación” apareció el 15 de marzo del 2020 en forma de puñalada a nuestro sistema inmunitario analógico que nos obligó a volvernos a ReVacunar digitalmente contra las nuevas amenazas provocadas por el distanciamiento social masivo en todo nuestro planeta.

El comité de expertos del Gobierno tomará la decisión correcta, ¡confiemos en ellos!  Los krugerianos de la OMS en octubre del 2020 explicaban que TARDARÍAMOS AÑOS en tener una vacuna para el COVID19; dan ganas de meterse de polizón en el primer cohete de SpaceX e irse del planeta.

Este tipo de información de la que dependían la esperanza de millones de personas y decisiones empresariales, laborales, educativas o de altísima importancia sanitaria, nos ha demostrado empíricamente que los conocimientos de primera mano de lo que era algo “de toda la vida” estaban completamente obsoletos.

Tomaba como referencia la lucha contra el SARS, el Ébola, la Influenza o el Zika con “los tratamientos de siempre”, eran soluciones tecnológicas que habían funcionado en esa otra época en la que esos “antiguos sabios Krugerianos” habían adquirido su conocimiento estudiando sus doctorados en los años dorados de Yahoo, Palm, ToysRus, BlockBuster y habían nacido en las décadas donde los anuncios clasificados, en los periódicos de papel, eran un gran negocio.

La fusión tecnológica de la Biogenética, la edición CRISPR y la Inteligencia Artificial han producido en los últimos 10 años, cambios disruptivos, exponenciales e inimaginables con la aparición de los nuevos iPhone y Android de la salud: BioNTech o Moderna.

Hablar de Vacunas sin diferenciar las de “tecnología de toda la vida” (fabricadas por AstraZeneca, Janssen o Sputnik V de Gameleya  …) y las basadas en ARNm (Pfizer y Moderna), es lo mismo que comparar el Ibuprofeno con los antibióticos.

Sin embargo, nos han machacado a escuchar los mismos argumentos de los antiguos Krugerianos del sector salud, igual que hicieron los administradores de BlackBerry, Nokia, Motorola o Páginas Amarillas. Pensaban que nadie les iba a quitar la razón y, mucho menos, el negocio. Por otro lado, una mención especial al resto de expertos y políticos que llenaban los telediarios explicando que alcanzaríamos la inmunidad de rebaño al sobrepasar el 70% de vacunación; luego era el 75%, después del 80%, y ahora con la Omicron reformulan nuevas “ilusiones” a futuro sin despeinarse; y aquí no pasa nada.

Repetid mentalmente: Si algo no te mata, mutará y lo volverá a intentar.

La tecnología nos ha dado de nuevo una lección de cómo se puede aprovechar cualquier crisis para generar oportunidades y aumentar la calidad de vida.

La digitalización-secuenciación de los genomas humanos ha pasado de costar 2,7 millones de dólares hace 20 años a tener una PCR en unas pocas horas (detectar un fragmento de material genético), por menos de 100€. Esto ha permitido identificar rápidamente no solo a los portadores del Covid19, sino que, a su vez, ahora somos capaces de saber en qué lugar se origina una nueva variante en pocas semanas.

Sin embargo, después de dos años, seguimos sin saber donde se originó el primer brote de esta pandemia. ¿La ciencia es maravillosa verdad? Lo aprendido con el COVID19 y las terapias ARNm cambiará exponencialmente el mundo en los próximos 10 años al menos 12 veces más rápido a cómo los antibióticos aumentaron nuestra esperanza de vida durante este último siglo.

El 2020 ha producido un “botonazo” en nuestra forma de relacionarnos, de entender la vida y ha puesto en jaque muchos conocimientos arraigados anteriormente como consecuencia del teletrabajo forzoso, de la digitalización de muchos puestos de trabajo o de la enseñanza OnLine en remoto. Todos estos cambios han sido como un terremoto, que ha originado un Tsumani de HiperDesInformación global controlada y dirigida por multitud de redes sociales que van desde Tiktok hasta el débil, aunque eficiente, algoritmo de Twitter, pasando por la censura empoderada por la Inteligencia Artificial del todopoderoso WeChat de Tencent (multinacional china; dueña entre otras adicciones mentales del 48,4% de Fornite).

En los últimos meses he hablado con diferentes estudiosos de geopolítica, farmacéuticas, compañías tecnológicas y el otro día comentaba con preocupación con mi admirado Tomás Otero que el “posible final” de esta pandemia del SarsCov2 llegará cuando los mayores productores de vacunas del mundo (China e India), puedan adquirir o copiar la tecnología necesaria para fabricar allí las complejas terapias de ARNm. Probablemente los movimientos antivacunas también desaparecerán convirtiéndose al Krugeranismo de las cosas con un término muy de “cuñado”: así se ha hecho toda la vida, punto.

“Sabemos que nos mienten. Ellos saben que mienten. Sabemos que ellos saben que sabemos que nos mienten. Sin embargo, nos siguen mintiendo» – Aleksander Solzhenitsyn.

Anterior entrega: «2020: comienzo del Año Santo Krugeriano»

Próxima entrega, el martes 1 de marzo, con el título «2022: De la Transformación Digital al CriptoMetaverso«


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