Por qué España se reindustrializa al revés que Europa

La brecha de productividad entre regiones en España se amplía mientras la complejidad económica sigue bajando
Eugenio Mallol
28 de febrero de 2023 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Por qué España se reindustrializa al revés que Europa

El artículo original aparece en ATLASTECH REVIEW

El Índice de Complejidad Económica (ECI) que elabora el Growth Lab de la Universidad de Harvard sitúa a España se sitúa en el puesto 32 del mundo, ocho posiciones peor que una década antes y claramente por debajo del lugar que le correspondería por nivel de renta. Atribuye ese empeoramiento a la falta de diversificación de las exportaciones e insta a propiciar cambios en su menú empresarial utilizando el conocimiento existente. Sin una reacción inmediata, las proyecciones para 2029 prevén un crecimiento en España del 2,8% anual del ECI, con lo que se mantendrá en la mitad inferior de los países a nivel mundial.

En su informe “La cohesión en Europa en el horizonte de 2050”, la Comisión Europea sigue la línea de pensamiento que impulsan figuras como Andrés Rodríguez-Pose desde la London School of Economics, en el sentido de que en España los incentivos muestran un claro desequilibrio en favor de la investigación y no de la innovación, lo que, unido a las deficiencias en gobernanza, ha agravado las desigualdades regionales e impide configurar un ecosistema-país con visión glocal.

Una consecuencia de ello es que parte sustancial de nuestras comunidades autónomas se encuentran inmersas en lo que los especialistas describen como “trampa del desarrollo”. Tras alcanzar un nivel de PIB per cápita del 75-100% de la media de la UE en la década de los 2000, los costes tienden a ser demasiado altos para competir con los territorios menos desarrollados y sus sistemas de innovación no son lo suficientemente fuertes como para hacer frente a los más avanzados. Las regiones de la UE atrapadas en una trampa de desarrollo (prácticamente todas las españolas) tienden a tener una menor participación de la industria en la producción total, menos trabajadores con educación universitaria y una peor calidad de gobierno local.

Otra consecuencia ha sido el crecimiento, entre 2001 y 2019, del PIB real per cápita a mayor ritmo en las regiones metropolitanas que en otras regiones de la UE. La brecha regional en materia de innovación en Europa, y especialmente en España, se ha agrandado. País Vasco (un 16,7% por encima de la media), Madrid (13,3%), Navarra (8,3%) y Cataluña (2,0%), son las únicas comunidades con niveles de productividad superiores al promedio de la UE-27. La distancia entre la primera de ellas y la menos productiva de nuestro país, la Región de Murcia, es de 1,5 veces.

Hay que adaptar el ancho de banda para aprovechar las oportunidades que están apareciendo en el terreno de la reindustrialización para modificar el mapa de complejidad económica español de forma racional, es decir, distribuida. En una encuesta de ABB a líderes empresariales realizada en 2022, constató que el 74% de las empresas europeas y el 70% de las empresas estadounidenses planean reubicar o deslocalizar las operaciones para de sarrollar la resiliencia de su cadena de suministro en respuesta a la escasez de mano de obra, la necesidad de una huella ambiental más sostenible y la incertidumbre global.

Las investigadoras del Politécnico de Milán Roberta Capello y Silvia Cerisola han elaborado uno de los trabajos más consistentes de análisis del caso europeo. Su idea principal es que un relanzamiento de la productividad no es simplemente una cuestión de reindustrialización, sino que el tipo de reindustrialización que se lleve a cabo va a ser también determinante.

Europa en su conjunto ha experimentado un proceso de reindustrialización después de la crisis financiera con la que se cerró la década del 2000 y se inició la siguiente, con las únicas excepciones a nivel de país Rumanía y Malta y de algunas regiones que directamente se han desindustrializado.

Capello y Cerisola identifican diferentes patrones de reindustrialización (ver gráfico adjunto). La situación es bastante heterogénea en Europa e incluso en España. En unos casos se ha producido un fenómeno de Actualización: las regiones se reindustrializan a través del refuerzo del tejido industrial especializado preexistente (Catalunya, País Vasco y Comunitat Valenciana).

En otras ocasiones existe una Reorientación: la reindustrializaron se lleva a cabo mediante la contracción del tejido industrial preexistente hacia una nueva especialización. Está siendo la dinámica más habitual en España (Galicia, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía), pero la menos extendida a nivel europeo, lo cual no deja de ser llamativo. Según las autoras, es un patrón difícil de poner en práctica porque implica un cambio más significativo con respecto a la regeneración de agrupaciones maduras, un giro en la trayectoria de desarrollo regional, se confía menos en las empresas tradicionales y más en completamente nuevas. En cuanto a los otros dos patrones de reindustrialización, se da a veces un proceso de Diversificación respecto del tejido industrial especializado preexistente (Asturias); y, por último, un patrón de Creación, que se traduce en una ampliación del tejido industrial diversificado preexistente (Aragón y Cantabria).

El trabajo sostiene que, incluso partiendo de condiciones estructurales iniciales similares, las regiones pueden terminar en diferentes vías de desarrollo, debido, por ejemplo, al espíritu empresarial innovador local, al espíritu institucional local y al liderazgo basado en el lugar. De nuevo, la gobernanza. Dentro de las regiones en reindustrialización, las que refuerzan el tejido industrial especializado preexistente son las que van acompañadas de mayores ganancias de productividad. Frente a la idea europea de que la reindustrialización debe tener lugar especialmente en los sectores manufactureros avanzados, las investigadoras creen que esta no es necesariamente la mejor manera de proceder, porque la clave del éxito no reside realmente en el sector escogido. «Lo que es importante, en cambio, es que un proceso de modernización acompañe a la reindustrialización».

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