Rodríguez-Pose (LSE): «En España no tenemos planes de innovación, sino de investigación, la clave es conectar talento»

La anécdota italiana que relata el profesor de Geografía Económica de la London School of Economics, director del Centro Cañada Blanch y expresidente de la Regional Science Association International (RSAI) para explicar cómo la estrategia europea de especialización inteligente ha devenido en imitación recurrente es impagable y marca la medida de su conversación con el analista de innovación Eugenio Mallol
15 de julio de 2022 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Rodríguez-Pose (LSE): «En España no tenemos planes de innovación, sino de investigación, la clave es conectar talento»

Eugenio Mallol.-La batalla por el talento se está desterritorializando, debido al teletrabajo y a la deslocalización del empleo derivada de la pandemia y de las tecnologías digitales. Investigar la innovación regional debe haberse complicado un poco.

Andrés Rodríguez-Pose.-Lo que ha habido durante muchos años es una concentración cada vez mayor de talento y capacidad innovadora en menos espacios, sobre todo, las grandes ciudades y los principales centros tecnológicos. La brecha entre las zonas más y menos innovadoras ha seguido aumentando. La capacidad de investigación y de innovación está mucho más concentrada territorialmente que cualquier otro factor puramente económico como la riqueza, el empleo o la productividad. ¿La pandemia ha descentralizado este talento? Soy bastante escéptico, estamos aún saliendo, la gente sabe que se puede deslocalizar, pero frente a ello están las ventajas de estar donde ocurren cosas, donde hay circulación de conocimiento tácito, que sabemos que viaja con mucha dificultad. Estamos viendo que, tras la pandemia, aunque no se va a volver al sistema de trabajo anterior en la oficina o el laboratorio, sino que puede haber modelos mixtos, se tenderá a estar cerca del puesto de trabajo. Con lo cual, no creo que la pandemia vaya a solucionar el problema de la concentración de la innovación que hemos visto en prácticamente todo el mundo, sobre todo en las últimas cinco décadas. Para eso se necesitan políticas activas que puedan movilizar el talento que hay y que permitan levantar las barreras de oportunidad para los problemas que existen y que no se están abordando.

Eugenio Mallol.-Políticas. Cuando uno lee los informes en los que participas y analiza, a continuación, cómo actúan los gobiernos locales, se queda con la sensación de que clamáis en el desierto. Estáis identificando con mucha claridad, con datos, cuáles son los caminos, impagable la descripción de las regiones, muchas de ellas españolas, inmersas en una “trampa de desarrollo”, pero cuesta ver permeabilidad hacia esos mensajes.

Andrés Rodríguez Pose.-En el mundo desarrollado partimos de la premisa de un modelo lineal que dice que si invertimos más en I+D vamos a conseguir mayor innovación, que traerá más productividad y ésta, a su vez, más empleo. Es el único modelo, el que prácticamente domina y subyace. En España no tenemos planes de innovación, sino de investigación. Muchas veces con inversión pública, porque tenemos relativamente baja la inversión privada al estar especializados en sectores que no requieren de tanta I+D para innovar, lo cual no quiere decir que no innoven, pueden hacerlo y mucho. Hemos subido el perfil investigador a nivel mundial, hemos pasado del cuarto decil al segundo, pero lo hemos hecho sin tener un contacto de esa investigación con el tejido productivo y con las necesidades de las empresas. Eso crea una brecha, muchas veces se investiga en campos que pueden ser muy interesantes y tener un impacto global, pero que no contribuyen a cambiar el potencial de innovación a nivel local. La innovación viene de muchas formas: la I+D cuenta, la organización y las estructuras de las empresas cuentan, y el talento y la formación. Pero cuenta muchísimo más la conectividad, que durante mucho tiempo se pensó que se desarrollaba dentro de los clústers, en empresas de los mismos sectores concentradas en un territorio relativamente reducido. Hoy se es mucho más escéptico acerca de esto, se habla del efecto lock-in (cerrojo) porque siempre acaba circulando la misma información. Lo que cuenta es la conectividad con empresas, centros de investigación, universidades, consultores, con cualquier actor externo que pueda aportar algo, esté donde esté en el mundo.

«La capacidad de investigación y de innovación está mucho más concentrada territorialmente que cualquier otro factor puramente económico como la riqueza, el empleo o la productividad»

Eugenio Mallol.-Cuando analizáis cómo se ha desarrollado el H2020 y decís que ha habido más imitación recurrente que especialización inteligente de las regiones, cómo os explicáis ese fenómeno. Hay fondos, se pueden diseñar las herramientas, las regiones tienen autonomía suficiente como para tomar iniciativas, por qué las ideas no son transformadoras, qué pasa en los gobiernos locales.

Andrés Rodríguez-Pose.-Depende de dónde sea. En Alemania la innovación se da en empresas, en los llamados campeones ocultos, que están en prácticamente todo el país. Surgen compañías que pueden ser líderes mundiales gracias a las políticas locales de innovación, de conocimiento, de conectividad, de ayuda a las ferias, de puntos de encuentro para empresarios… muchas no son políticas de ayer, en el caso de Baden-Wurtemberg se remontan a la mitad del siglo XIX. Esto ha generado una tradición, una movilidad, que las ideas que surgen, sea donde sea, se puedan transformar en empresas viables. Eso es lo que se intentó en cierta medida a nivel europeo con la especialización inteligente, porque partir de lo que se tiene e intentar variarlo y modificarlo, hacer que sea más complejo desde el punto de vista tecnológico, más diversificado, pero moviéndote hacia sectores relacionados, es más fácil. Pasar de hacer quesos de cabra a ser punteros en biotecnología… eso no ocurre. ¿Por qué se ha aplicado tan mal? Por numerosos motivos. Tenemos un proceso de imitación más que de introspección para descubrir cuáles son nuestros cuellos de botella y cómo solucionarlos. Es así, en primer lugar, porque la transformación que requerimos no es sexy, sobre todo para aquellos que tienen que tomar las decisiones.

Eugenio Mallol.-No se traduce en votos.

Andrés Rodríguez-Pose.-No se traduce en votos. Si yo estoy especializado en algo y dentro de cuatro años voy a estar especializado en lo mismo con algo distinto, a lo mejor no se ve el cambio. Si digo: me voy a traer una fábrica, una inversión extranjera de tipo X…

«Algunos planes de especialización daban vergüenza ajena, el Gobierno italiano pidió a Emilia-Romagna y Véneto que ayudaran al resto y lo que acabó sucediendo es que les copiaron sus planes»

Eugenio Mallol.-…de baterías, por ejemplo…

Andrés Rodríguez-Pose.-…por ejemplo, puedo decir que soy el que ha transformado la región o la ciudad. El problema es que hemos visto que la inversión extranjera en las últimas tres décadas se ha concentrado en España en Madrid, y no es la excepción: en todos los países europeos, salvo Alemania, más de un 50% de la inversión extranjera se concentra en la capital o en la principal ciudad. Ahí estamos. En segundo lugar, la estrategia de especialización inteligente se diseñó en 2012 y tenía que empezar en 2014, pero no se pusieron los medios necesarios para hacerlo bien y fue un proceso burocrático bastante difícil. Recuerdo claramente una reunión de regiones en Italia delante de dos ministros en las que presentaban sus planes de especialización inteligente. Algunas, como Emilia-Romagna, llevaron planes magníficos, muy bien detallados y desarrollados, y bastantes regiones que no voy a mencionar trajeron planes que daban vergüenza ajena. No hubo incentivos para hacerlos y los que estaban a cargo no tenían interés o tiempo. Les decía: “yo, sin estar preparado, sé muchísimo más de tu región que lo que has presentado”. Lo que se hizo desde el Gobierno italiano fue decir: “Emilia-Romagna o Véneto, que tenéis planes excelentes, intentad influir en lo que hace esa otra región para intentar mejorar su plan”. Y lo que se hizo fue copiar, que es lo que nos sale en los análisis. El tercer motivo por el que no ha funcionado la estrategia de especialización inteligente es que no se cree en ella. Muchas veces se sigue pensando que para innovar hay que hacer I+D y se concentra en…

Eugenio Mallol.-…me sale la palabra chiringuitos, qué tal cápsulas…

Andrés Rodríguez-Pose.-…he hecho bastante trabajo con José Antonio Belso en el caso de la Comunidad Valenciana y lo que nos sale es que hay ayudas para la innovación que suelen caer siempre en las mismas empresas que son las que trabajan con determinados grupos de consultores. No las que tienen más potencial o más talento.

Eugenio Mallol.-A nivel de España en torno al 90% de las ayudas a I+D van cada año a las mismas empresas.

Andrés Rodríguez-Pose.-No hay capacidad, mecanismos o interés político en que las cosas cambien, en que haya ideas innovadoras.

«Hay ayudas para la innovación que suelen caer siempre en las mismas empresas que son las que trabajan con determinados grupos de consultores»

Eugenio Mallol.-En fin, dinero público desaprovechado.Me interesa el análisis que haces sobre la brecha Norte-Sur en Europa.

Andrés Rodríguez-Pose.-Es más importante la brecha entre las grandes ciudades y el resto del territorio. Madrid puede innovar en sectores como el bancario, en aquellos en los que está especializada es bastante innovadora, pero más allá de eso no puede competir con Londres, con París o el Sur de Alemania. Europa tiene mucho potencial, pero tiene el problema de toda la política de misiones que se ha puesto de moda. ¿Por qué no generamos un Elon Musk con Tesla, un Bill Gates con Microsoft, un Mark Zuckerberg con Meta? Tenemos modelos innovadores de pymes, todo el Mittelstand alemán, el centro y sur de Suecia, Curlandia, Países Bajos, hay productos muy innovadores, son empresas muy competitivas líderes a nivel mundial con un nivel tecnológico medio-alto e incluso alto, todo el clúster de biotecnología en torno a Copenhage es espectacular. La empresa del mueble más importante del mundo, Ikea, no surge en Estocolmo, ni Gotemburgo ni Malmö, sino en un pequeño pueblo llamado Älmhult que tiene ahora 8.500 habitantes y que cuando apareció tenía 2.500. La principal empresa de España, líder en el sector textil, Inditex, sale de Arteixo. Son innovadores como lo es Mercadona, que probablemente no tiene necesidad de invertir mucho en I+D, ni de que Juan Roig sea un genio, es un esfuerzo colectivo de una tradición, de un capital humano. Llega la pandemia y miramos a los chinos y los americanos, pero ¿de dónde sale la principal innovación? De Europa, de la Universidad de Mainz (Alemania).

Eugenio Mallol.-También están Oxford y Moderna (EEUU).

Andrés Rodríguez-Pose.-Sí, pero el salto cualitativo de la vacuna de Oxford no es ni mucho menos el de las vacunas de BioNTech y Moderna. Ni los chinos ni los rusos han conseguido producir una vacuna medianamente viable. Frente a todo el poder del clúster biotecnológico de Boston.

«Tenemos una obsesión ahora por invertir grandes cantidades de dinero en misiones en determinados campos que decidimos a priori. Se irá allí donde hay mayor concentración de investigadores»

Eugenio Mallol.-El descubridor de la solución del CRISPR, Francis Mojica, está en Alicante, pero las patentes de su aplicación tecnológica se han disputado en EEUU. Es el contraejemplo, las oportunidades que hemos perdido.

Andrés Rodríguez-Pose.-Tenemos un ecosistema que no es favorable a la innovación, no la apoya. Muchas veces se pierden innovadores sencillamente porque no encuentran trabajo o no tienen la capacidad, el tiempo, las ganas o los apoyos para crear empresas. Hay que promover el talento y la capacidad innovadora allí donde existe, y eso es en prácticamente todos los sitios. Tenemos una obsesión ahora por invertir enormes cantidades de dinero en grandes misiones en determinados campos que decidimos a priori. Generalmente se irá allí donde hay mayor concentración de investigadores que lo pueden llevar a cabo, es decir, a aquellos centros de investigación y empresas que estén más desarrollados. ¿Puede esto traducirse en un rendimiento más alto de la capacidad de investigación? Sí, pero estamos obviando la capacidad de innovación que se hace de abajo a arriba. Las mejoras en el campo de la investigación han sido claras, pero en el campo de la innovación han sido muy escasas y esto tiene dos motivos fundamentales: un ecosistema que no es el más adecuado y unas políticas que tendrían que estar hechas para hacer innovación han sido de investigación.

Eugenio Mallol.-En un país con 17 pequeños ecosistemas que no colaboran entre sí es más fácil conseguir ayudas para cooperar con empresas europeas que con españolas.

Andrés Rodríguez-Pose.-A mí me da igual que te conectes en España o donde sea, pero tienen que estar conectadas con aquellos agentes que les puedan aportar.

«La política de innovación no es europea, gran parte de la inversión y de las decisiones se toman en el ámbito nacional. No echemos la culpa a otros»

Eugenio Mallol.-El tema de la polarización y la democracia aparece entre las primeras preocupaciones de los ciudadanos, y hay un cierto sentimiento de desencanto con los valores europeos.

Andrés Rodríguez-Pose.-Generalmente cuando se habla de innovación se suele decir que hemos perdido el tren en inteligencia artificial, en digitalización o en biotecnología. Pero ese no es un problema de hoy, es el mismo desde hace 30 años. La situación es mucho más reacia por el aumento de la polarización, la aparición de partidos antisistema que gobiernan o están a las puertas de hacerlo, partidos tradicionales que se han ido yendo hacia los extremos y un mayor escepticismo de la capacidad científica, que es algo muy nuevo y muy serio. Pero hay un problema más profundo: estamos perdiendo, y lo estamos haciendo desde hace mucho tiempo, el tren del talento. Se ha tendido a fomentar un cierto tipo de talento y a olvidar al resto. Nuestras universidades europeas cada vez se centran más en la búsqueda de la excelencia científica, en publicar más, vamos a ser todos unos pequeños Harvard si podemos, aunque luego acabes en el puesto 1.345 del ranking mundial de universidades. Pero estamos haciendo muy poco por que se forme la gente mejor y tenga capacidad de desarrollar sus ideas en el mercado de trabajo, por conseguir las personas con talento suficiente para apoyarle y que esas ideas funcionen. Estamos apostando por campos y sectores muy limitados, muy concentrados territorialmente. Y hay que apostar sobre todo por lo que se tiene, no por lo que no se tiene, no se puede vivir de sueños tecnológicos, hay que promover el talento, crear el ecosistema adecuado y no apostar solo por un caballo. Y por qué no puede España, Francia o Reino Unido convertirse en una nueva Alemania.

Eugenio Mallol.-Porque está Alemania.

Andrés Rodríguez-Pose.-Esto no tiene nada que ver con Alemania. La política de innovación no es europea, generalmente son políticas nacionales. Hay muchos fondos europeos, pero gran parte de la inversión y de las decisiones se toman en el ámbito nacional. No echemos la culpa a otros. Aquí el problema es que no se ha hecho la política independientemente del partido, que los sucesivos planes de investigación, aunque se llamen de innovación, han sido de investigación.

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