Pablo Oliete: «Digitalizar la colaboración industrial lleva implícito el modelo dar-pedir-exigir que impulsa Lanzadera»

La incorporación de Atlas Tecnológico a Lanzadera coincide casi en el tiempo con el primer año de vida de la plataforma para digitalizar la colaboración en la industria 4.0 creada por FOM Insight, dos motivos de peso para esta conversación entre el socio fundador, Pablo Oliete, y el analista en innovación Eugenio Mallol
8 de septiembre de 2021 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Pablo Oliete: «Digitalizar la colaboración industrial lleva implícito el modelo dar-pedir-exigir que impulsa Lanzadera»
Pablo Oliete y Eugenio Mallol, durante su conversación en la Marina de Valencia. / TATO BAEZA

Eugenio Mallol.-Las empresas están acostumbradas a operar en el ecosistema industrial y tecnológico con el que están familiarizadas y a solucionar sus problemas de una manera determinada. Hay que ponerse en su piel para analizar por qué hace falta un actor nuevo como Atlas Tecnológico. En ese sentido, resulta llamativo que uno de los componentes menos eficientes de las redes sociales, todas, desde el punto de vista tecnológico, sea su buscador. Diría que el siguiente en el orden de ineficiencia son sus sistemas de personalización. Con el crecimiento exponencial de la información, la ‘tarea de encontrar’ sigue siendo una de las más penosas de la digitalización, de modo que uno de los grandes problemas a resolver es ayudar a buscar. No es extraño que en los últimos años haya recobrado interés el concepto de confianza en el sector tecnológico.

Pablo Oliete.-Hay un eje confianza-conocimiento-colaboración, en efecto. Nuestra visión de Atlas cuando empezamos a trabajar en ello es similar a la que teníamos cuando propuse crear la Comisión de Industria 4.0 de Ametic y es que la gente tiene un gran desconocimiento de las cosas que puede llegar a abordar, no sabe a lo que puede aspirar, y cuando lo consigue averiguar no sabe cómo lo puede poner en práctica.

Eugenio Mallol.-Convendría precisar el término “abordar”.

Pablo Oliete.-Cuando una industria del sector cerámico descubre que su necesidad es disponer de información en tiempo real de todos los parámetros de una máquina, lo primero que tiene que saber es que eso se puede hacer y en el mercado se llama MES. A continuación, tiene que comprender cómo lo va a abordar; después debe encontrar con quién, y en esta tarea debe establecer una relación de confianza; y finalmente viene la implementación, que es la realidad. Y en cómo lo abordo no interviene sólo el Con Quién, sino que también participa uno mismo. Te encuentras con industrias en las que la gente no tiene tiempo para el proyecto que quiere abordar, a veces no tiene dinero y mayoritariamente no tiene conocimiento.

Eugenio Mallol.-Lo habitual es que recurra a una consultora, pero tú no das a Atlas esa consideración.

Pablo Oliete.-Lo que hace normalmente es no hacerlo. Porque si identificara que una consultora le puede ayudar y estableciera el círculo de confianza que eso implica, lo haría. Lo que se suele hacer es meterlo en el cajón y a ver si el año que viene podemos contratar a alguien que sepa de esto. Una de las cosas que he encontrado en proyectos de estas características es que un especialista tiene el conocimiento, global, marketiniano, pero le falta el concepto del producto y la familiaridad con la herramienta. A veces podemos llegar a la situación, en casos raros de profesionales muy formados, de que tienen más conocimiento de las herramientas que del proceso. Y hay ocasiones en las que se genera la situación kafkiana de que hay una gente empujando desde arriba para sacar datos del canal de pintura y otra gente en pinturas diciendo que eso no es prioritario para ellos. Eso ocurre cientos de veces. La digitalización que propone Atlas no significa que todo esto se pueda hacer automático de principio a fin como si te compraras un libro en Amazon. Porque en este gap enorme que hay entre el confiar en las soluciones tecnológicas que vas a incorporar y el saber qué tienes que hacer y cómo, hay un trato personal muy importante. La clave es que se comprenda que esos gaps son fácilmente reducibles en el tiempo.

Eugenio Mallol.-He compartido contigo muchas conversaciones con empresas, de forma especialmente intensa durante el Mobile World Congress, y es cierto que hay ideas que no se ejecutan porque existe el problema de encontrar quién puede ayudar a llevarlas a cabo. Se habla mucho de la transformación digital, pero sigue haciendo falta aterrizar esos mensajes a la realidad de las empresas, yo lo he vivido durante años también en INNOVADORES. Muchas compañías tecnológicas han pagado el sobrecoste de la frustración, por haber generado en el mercado expectativas sobre sus soluciones que no se han podido cumplir. Pero es que lo sabían cuando las presentaron. Me lo han confesado. Da la impresión de que, desde la perspectiva de las empresas tecnológicas, también ellas necesitan a alguien que ayude a sus clientes a adoptar sus soluciones.

Pablo Oliete.- Las empresas necesitan información y abordar todo el proceso de confianza. En Atlas estamos muy focalizados en el ámbito industrial, porque creemos que ahí hay un gran desconocimiento del sector tecnológico. El reto es entrar en ese mundo relacional de los que proponen ideas, los que las compran y los que las implantan. En el ámbito industrial, la gente que se ocupa del día a día tiene muy poco tiempo para hacer otras cosas. Sus jornadas están supermarcadas por sus tareas. Van a muy pocas ferias al año, no suelen dedicar tiempo a navegar por internet para buscar proveedores, leen pocos casos de uso y casi toda la información les llega en su jornada privada, muchas veces por casualidad o por prescripción. Si eres una empresa tecnológica, que te hagan un hueco en esa agenda es complicado. Además, cada vez ponemos más el foco en que la tecnología por la tecnología no tiene sentido, que todo tiene que plasmarse en un cambio cultural en la organización que lleva aparejado una revisión de los modelos de negocio y de enfoque. Es después de eso cuando tenemos que hablar de incorporación de tecnología.

Eugenio Mallol.-Y entonces llega Atlas.

Pablo Oliete.-Porque estoy convencido de que en la vida hay dos cosas complicadas: la falta de oportunidades y la falta de conocimiento. He tenido la suerte y la oportunidad vital de conocer muchos habilitadores tecnológicos y muchas industrias que los necesitaban. Algunas veces sentía impotencia y rabia de ver que los unos y los otros no se conocían. Tenemos empresas tecnológicas con enorme talento, capaces de dar respuesta a todas las necesidades de la industria, y empresas industriales donde la gente tiene ganas de poder hacer las cosas, pero no tiene acceso al conocimiento. Al final, los lugares de encuentro no son de empresa con empresa, sino de persona con persona.

Eugenio Mallol.-La clave es encontrar un ejemplo, una demostración, un dato, que acredite que acudiendo a Atlas Tecnológico es más fácil encontrar la solución en un tiempo más rápido.

Pablo Oliete.-El ejemplo de Matarromera es público y claro. Rubén Arce, su director de tecnología, es uno de los responsables de transformación digital más potentes de la industria agroalimentaria. Tiene un amplísimo conocimiento de lo que está ocurriendo en cualquiera de las tecnologías que tenga que incorporar en sus procesos productivos. Sin embargo, sabe que no tiene toda la información. Por eso, utiliza a Atlas como un canal para acceder a muchas empresas y tener una relación tú a tú con ellas, acortando salvajemente todos los tiempos que le lleva esa tarea. Ha reducido entre cuatro y seis meses la fase de búsqueda de información. Ningún directivo deja lo que está haciendo para abordar un nuevo proyecto y menos para diseñarlo. La gente mete todo esto en su día a día y pasa a dedicarle un 5-10% de su tiempo, lo cual puede provocar que tarde en diseñarlo tres, cuato o seis meses. Esos tiempos los acortamos, de modo que Rubén tiene que sacar el tiempo necesario para explicar el proyecto a Atlas, que pone a trabajar a tres de sus 250 colaboradores, busca y contacta con las empresas tecnológicas que pueden prestar el servicio y le hace un primer volcado de propuestas. Rubén desecha unas cuantas y nos pide que pongamos el foco en otra tipología de empresas, lo cual nos ayuda a mejorar nuestro conocimiento del proyecto, hacemos una iteración y le entregamos una propuesta con seis empresas que reúnen 100% los requerimientos de Matarromera y sobre ellas le damos una terna para que seleccione con cuál quiere trabajar. Al final, le habremos acortado todo el proceso en un Proyecto Sherpa de cuatro-cinco meses a tres semanas. En el caso de los Proyectos Rumbos, entregamos la respuesta en 48 horas.

Eugenio Mallol.-Ahora Atlas Tecnológico entra en Lanzadera como una startup. Es curioso, no sé si directamente buscado, este equilibrio entre el conocimiento del ecosistema y la forma de trabajar de una empresa de reciente creación.

Pablo Oliete.-Nosotros somos conocidos en algunos ámbitos industriales y tecnológicos en España. La compañía principal es FOM Insight y, aunque nace en Valencia, todo el desarrollo del proyecto lo hemos realizado desde Madrid. Nos ayudó mucho en el origen de Atlas Tecnológico nuestra primera experiencia piloto con Vitartis, que es donde validamos el modelo de negocio. Queríamos seguir creciendo en el ámbito agroalimentario, lo que nos llevaba a buscar dónde, además de Castilla y León, podía haber empresas muy focalizadas. La Comunidad Valenciana nos parecía un sitio interesante. Al mismo tiempo conocíamos a empresas como MESbook, Witrac o Hopu, que habían sido aceleradas en Lanzadera. Y todo eso coincidió en el tiempo. Hablé con los CEO de estas empresas, analicé cómo podía beneficiarnos entrar en Lanzadera desde el punto de vista del crecimiento del ecosistema y aportación en el desarrollo de negocio más sólido. Y estamos encantados de estar aquí. Venimos a aprender e interiorizar el modelo de calidad total que tanto éxito ha proporcionado a Juan Roig, porque estamos convencidos de que el proceso de digitalizar la colaboración en la industria 4.0 lleva implícita la filosofía de dar-pedir-exigir que promueve Lanzadera. Es un modelo sencillo y robusto para regir las relaciones en Atlas Tecnológico.

Eugenio Mallol.-Qué esperas de Lanzadera.

Pablo Oliete.-Esperamos poder acceder a muchas empresas que están desarrollando tecnologías aplicables al ámbito industrial y están en Lanzadera o han sido aceleradas por ella, y mejorar nuestro conocimiento del ecosistema creciendo con él. Junto a ello, aspiramos a tener un acceso al ámbito del interproveedor de Mercadona que está incorporando tecnologías porque venimos con un know how muy avanzado para el sector agroalimentario. Algunas de estas empresas ya trabajan con Atlas y plantean proyectos, algunas muy significativas y con dilatada experiencia. Pero otras muchas no, y hacer crecer nuestro ecosistema industrial y tecnológico con el trabajo en Lanzadera es importante. Además, desde el punto de vista de acelerar un proyecto como Atlas, lo que nos trasladan todas las personas que pasan por aquí es que el entrenamiento para el CEO y el resto del equipo es muy bueno y de mucha calidad. Soy un convencido de que nos pasamos toda la vida aprendiendo y en Lanzadera creo que podemos aprender.

Eugenio Mallol.-Elaboraste para la EOI un libro sobre las tecnologías IoT y la industria 4.0 en España. Se publicó en 2017, lo cual permite ya ver si se ha producido una evolución en la economía.

Pablo Oliete.-El sector del IoT en España no se ha desarrollado, claramente. Seguimos siendo la esperanza blanca que éramos en 2017. Han pasado cuatro años y las compañías de IoT en España no han escalado lo que se preveía. La oportunidad sigue estando, pero en España el IoT se vinculó mucho a las smart cities y a las utilities y, aunque se han incorporado algunos más, como los wearables, el agro y el sociosanitario, y en el ámbito industrial los de sensorización, la captación y el mantenimiento predictivo, todo lo relacionado con el desarrollo hardware de dispositivos no se ha escalado. En el mundo del metering de agua, que podía haberse convertido en un sector importante, cuando ves un proyecto muy grande consta de 5.000 dispositivos y con eso nadie los especializa. Un producto reconocido mundialmente, el Waste Management de TST, en el sector de las basuras, es uno de los que más se han vendido. Los retos de estos dispositivos son abaratarse, posiblemente ganar algo de resiliencia y adaptarse a los distintos nuevos sistemas de comunicación.

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