Nunca es demasiado tarde para aprender a emprender
La cultura y actitud de ayuda de la aceleradora de Juan Roig y el deseo de ubicar la sede de Atlas Tecnológico en Valencia, han sido según Pablo Oliete, autor del artículo y CEO de la empresa, claves en el éxito de la decisión estratégica de la compañía
El equipo de Atlas Tecnológico con Iván Iguamba, Juan José Costa, Marta Pascual, Eugenio Mallol, Pablo Oliete, Miguel Ángel Rivera, Hugo Martínez, Aurelio Pons, Fernando Cabrera, Ramón Esbrí y Marta Pla. / TATO BAEZA
Hace unas semanas compartí un fantástico almuerzo con tres mujeres empresarias en Bar X, el divertido restaurante de Ricard Camarena en el Mercado de Colón de Valencia. Entre los muchos temas que tratamos hablamos de mi experiencia en Lanzadera y cómo nos estaba ayudando la aceleradora del presidente de Mercadona a armar nuestro proyecto de emprendimiento.
Una de las empresarias me comentaba una afirmación de Juan Roig durante una reunión que tuvo con él: “Nunca eres demasiado mayor para emprender”. Coincidíamos los dos en la veracidad de la afirmación y yo, desde mi experiencia personal, me atrevo a añadir: “Nunca eres demasiado mayor para aprender a emprender”. Seguramente, esta afirmación resume la actitud con la que desde ATLAS TECNOLÓGICO hemos afrontado nuestro primer año en Lanzadera y los tres o cuatro meses previos de proceso de selección.
Probablemente, la persona que mejor explica la necesidad de desaprender antes de aprender sea Xavier Marcet, os remito a él para entender mucho mejor el concepto. Coincido plenamente en la importancia de ese proceso para asumir cualquier nueva tarea profesional o proyecto empresarial. Lo que sí me atrevo a añadir es que la variable “edad” es un factor importante, porque muchas veces genera ciertas capas de soberbia y vanidad en torno a nuestra personalidad.
Cuando ya eres un profesional con años de experiencia en corporaciones y algunos años de emprendimiento, te das cuenta de que para hacer mejor las cosas tienes que dejarte ayudar y no solo por comités asesores o accionistas. Solo te queda decidir a quién le vas a encomendar esa función. En nuestro caso la decisión de ir a Lanzadera respondía a dos motivos: queríamos dejarnos ayudar por gente con experiencia y nos gustaría que nuestro proyecto empresarial tuviera una base importante en Valencia. La respuesta era clara, blanco y en botella. Es cierto que no era la única opción, pero conocer experiencias muy positivas de empresas que habían pasado por el proceso nos ayudó a tomar la decisión. De hecho, una conversación con Diego Sáez de Eguílaz, cofundador de Mesbook, fue fundamental para apostar definitivamente por Lanzadera.
Pero qué tiene Lanzadera para que dediquemos un ATLASTECH REVIEW a celebrar nuestro primer aniversario aquí y queramos compartir lo que ha sido nuestra experiencia en el ecosistema. Ahora os lo explico. Vaya por delante que un año en Lanzadera es como una semana en Londres, por mucho que aproveches el tiempo, no eres capaz de hacer todas las cosas que te hubiera gustado hacer. Quizás sea por ese motivo por el que en ATLAS queremos seguir creciendo en Lanzadera y aprovechar al máximo nuestra nueva etapa en “Growth”, después de haber superado la fase “Traction”.
Cualquier emprendedor que haya pasado por Lanzadera, si la vida de su startup se lo ha permitido, siempre incluirá dos cosas entre las cinco más destacables. La primera es la cultura y actitud de ayuda entre los emprendedores, de esto no solo se aprende, sino que se disfruta. La segunda es la oportunidad de interiorizar la cultura de la Calidad Total de Mercadona. No voy a profundizar, pero te invito a que averigües más sobre el tema. Me considero un afortunado por haber participado en el programa de formación impartido por Santiago Martínez y Salvador Aliaga, con fantásticas sesiones a cargo de Héctor Hernández y Juan Roig. Espero disfrutar lo mismo en la segunda parte del programa, denominada Cuerpos Teóricos.
Durante este año, yo solo, dentro del equipo ATLAS, he invitado a más de 60 personas a que nos visitaran en Lanzadera. Evidentemente, entre ellos, socios fundadores, inversores, clientes, socios tecnológicos, familia, amigos, colaboradores ATLAS, y creo que no exagero si afirmo que ha habido una pregunta común: ¿para qué hace esto Juan Roig? Por lo general, la pregunta viene anticipada de alguna frase alabando el trabajo que allí se visualiza y destacando la suerte que tenemos de poder estar allí. Yo les digo que también me he hecho esa pregunta muchas veces, pero que mi respuesta ha ido cambiando conforme he ido interiorizando la cultura Lanzadera. Evidentemente, Juan Roig quiere ayudar a los emprendedores como le hubiera gustado que le ayudaran a él cuando empezó su proyecto personal, pero, en mi opinión, también es cierto que quiere facilitarte un entorno donde sea lo menos traumático posible desaprender y volver a aprender a emprender. Esto afecta más a los perfiles más veteranos como el mío.
Quizás este artículo lo lean personas de distintas edades y situaciones profesionales, pero yo he querido dedicárselo a aquellas que tienen un proyecto vital de emprendimiento delante de sus narices y no saben si van a ser capaces de llevarlo adelante. Mi experiencia es que se puede aprender a emprender y que nunca es demasiado tarde. Eso sí, recomiendo reducir el número de errores al máximo y para eso es importante aprender de los errores de los demás. No siempre es necesario experimentarlos. Es verdad que no es fácil, pero es lo mínimo que se nos debe exigir a los emprendedores.
No quiero olvidarme de agradecer a todo el equipo de Javier Jiménez su fantástico soporte en todo lo que necesitamos y en concreto a Marta Nogueras y Darío Olivares el fantástico acompañamiento como directores de Proyecto que hemos tenido. Desde la exigencia y el compromiso se puede ayudar mucho a un emprendedor. Gracias Lanzadera.