Miguel Ángel Sánchez Valero: “La conducción autónoma es lo que revolucionará todo”

El ya exdirector de estrategia de negocio de la división de suministro global de Walmart, el español Miguel Ángel Sánchez Valero, conversa con Atlas sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el diseño de la movilidad
Eugenio Mallol
16 de junio de 2023 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Miguel Ángel Sánchez Valero: “La conducción autónoma es lo que revolucionará todo”
El director de estrategia de negocio de la división de Suministro Global de Walmart, Miguel Ángel Sánchez Valero.

Eugenio Mallol.- Hablamos del impacto de las nuevas tecnologías en la movilidad. Un directivo del gigante de la distribución por antonomasia, Walmart, debe de estar muy alerta.

Miguel Ángel Sánchez.- Es un campo con muchas dimensiones. Los coches eléctricos contaminan muchísimo más que los de gasolina, y es una contaminación de metales muchísimo peor, pero está externalizada a países y regiones pobres y a la gente le parece genial, porque no ve esa contaminación en su propia ciudad. En China, cuando electrificaron todo el transporte de pasajeros del Gobierno, quedaba muy bonito en las ciudades, porque con la densidad de población tienen unos problemas de polución increíbles. Pero las centrales de quema de carbón que usa China para producir esa electricidad contaminan muchísimo más. Del mismo modo, los 100 años del coche de gasolina mejorando continuamente se notan, y la cadena de suministro para las piezas del coche eléctrico no es igual. No quiero decir que éstos sean malos, ni mucho menos, sino que las cosas no son siempre lo que parecen. La inteligencia artificial (IA) podría ayudar mucho a la gente conduciendo por la calle. Sí, probablemente de todo lo que hay eso es lo mejor. Porque la tecnología para que los coches conduzcan de una manera muchísimo más efectiva que ahora, de forma que puedas mandar muchos más camiones por la carretera, existe desde hace más de 10 años. El problema es que esa tecnología no la puedes usar, porque va a haber gente que quiera conducir su coche y ese factor estropea todas las demás eficiencias. Los coches autónomos no saben por dónde va a entrarles una persona que pasa por la rotonda sin poner el intermitente. Por eso, en algunos sitios están empezando a pensar en corredores de carreteras sólo para coches autónomos. Justo ahora con los chatbots, si tenemos gente convencida de que Marilyn Monroe le ha escrito una carta de cumpleaños, a lo mejor conseguimos que asuman que deberían dejar que el coche se conduzca solo.

Eugenio Mallol.- Que los convenza la IA.

Miguel Ángel Sánchez.- El problema es como el de los estadounidenses que no quieren dejar las pistolas por si los vuelve a conquistar el Rey de Inglaterra. «No me fío de la autoridad, conduzco mucho mejor». Quizás tu chatbot te convenza. En cualquier momento, en vídeos o simulaciones verás a qué velocidad son capaces de pasar, con qué precisión, con qué cercanía y, sobre todo cuántos. El problema del tráfico y de mover gente es siempre el mismo: alguien se pone demasiado cerca o demasiado lejos, y el siguiente tiene que frenar. Y tienes una carretera en la que podrían ir todos a 120 km/h y están yendo a 30 km/h.

Eugenio Mallol.- Eso lo decía el filósofo Daniel Innerarity: los atascos son consecuencia del deseo de maximizar el beneficio individual.

Miguel Ángel Sánchez.- En el MIT teníamos una simulación de un loop con los coches, todos iban a 50 km/h y no pasaba nada, había sitio de sobra. Pero le introduces una pequeña variación de velocidad a alguno de ellos, y de repente se forma un atasco.

Eugenio Mallol.- Recapitulemos: cuando miras a 10 años vista y diseñas estrategias en Walmart, está claro que la IA y la autonomía son la principal tecnología, y el tema eléctrico te interesa menos.

Miguel Ángel Sánchez.- No me interesa menos. El coche eléctrico va a venir, porque hay muchas cosas a su favor: hacen menos ruido, la gente se siente mejor, acelera y frena más rápido. Las compañías lo saben, todos quieren ser verdes y ecológicos y esta es una buena manera de hacerlo, militarmente da a tu bloque más independencia, Europa no necesita recurrir tanto a Putin y a Oriente Próximo porque tiene sus centrales nucleares en Francia, aunque no es cierto del todo. Pero no nos va a dar nunca el rendimiento total mientras tenga que convivir con los coches de gasolina. Todavía ves 600 por la calle, porque tienen derecho. Los coches conducidos por personas normales impiden que los autónomos funcionen a pleno rendimiento.

Eugenio Mallol.- Dices que el coche eléctrico da independencia, pero China domina baterías y materiales.

Miguel Ángel Sánchez.- Ahí hay mucho que destapar. Lo que quiero decir es que la tecnología no es evitable, va a suceder. La conducción autónoma es lo que realmente lo revolucionará todo. El problema son las infraestructuras, que es por lo que el Gobierno estadounidense me pagó la tesis.

Eugenio Mallol.- El arquitecto Javier Peña me decía que el hecho de que la materia llegue de forma distinta a las ciudades transformará el urbanismo. Dime qué cambios provocarán en las infraestructuras de transporte las nuevas tecnologías.

Miguel Ángel Sánchez.- No sabemos lo que va a suceder, hablo de posibilidades. Al tener más coches eléctricos tienes vehículos con más inteligencia y es más fácil conectarlos a otras cosas. La más evidente son los coches autónomos, pero también al planeamiento, a todo. En las ciudades, puedes establecer que todos los envíos de mercancía se realicen por la noche y habilitar el Metro, que no está funcionando, para que lleve los paquetes. Suena a barbaridad, pero se puede hacer. El tren en Europa se dedica por el día a pasajeros y por la noche a mercancías. Eso se puede hacer mucho mejor cuando las cosas están conectadas. Le das el rating de los semáforos de la ciudad y dependiendo de dónde tienen que ir las cosas optimizab la ruta. Mientras actúe cuando los ciudadanos no lo necesitan, no habrá ningún problema. Esto es importante, porque en el caso de las mercancías lo fácil es poner más carriles a la autopista, pero en unos años te quedas sin dinero para mantenerlos. En las ciudades es peor, porque normalmente no puedes poner más carriles y quieres quitarlos para poner bicis y hacerlos peatonales. La conectividad te permite conducir mucho más flujo, es como la electricidad, puedes conducir más voltaje por la misma línea y no tienes que invertir tanto dinero. Es como los drones: están aquí y punto. Estamos haciendo las pruebas de drones cerca de mi casa, los que usa Walmart son como la mitad de altos que yo y llevan 80 kilos. En unos años será horrible, en lugar del cielo azul veremos un montón de bichos voladores.

Eugenio Mallol.- Con esto de la autonomía, te podrás plantear que haya vehículos industriales, AGV, que normalmente están en el recinto de una empresa, circulando por las calles yendo a otro centro de producción. Un ecosistema más abierto.

Miguel Ángel Sánchez.- Una vez tienes los coches que se conducen solos, ya es otra cosa. El transporte es una commodity, te da igual. Esas viejas ideas de coches autónomos pequeños, aparcados en la calle, que te llevan donde quieres, que circulan como trenes, de manera que son más eficientes… si yo vivo en Madrid, trabajo en remoto, tengo supermercados a los que voy a andando, es decir, no necesito moverme demasiado, de repente no tener coche me parece una idea estupenda. Te ahorras un montón de dinero, impuestos, aparcarlo, reparaciones, y sólo pagas por el transporte cuando quieres desplazarte. La mayoría de la gente tiene coche porque es más fiable que el transporte público si tienes que ir a algún sitio. Por eficiencia siempre será más barato que tener coche, porque tiene que ver con la cantidad de kilómetros que haces con o sin carga, con cuánto tiempo al día está parado tu coche y con el montón de kilómetros que realiza con un solo pasajero. Cualquier cosa de servicio público será más eficiente seguro, con lo cual será más barato. Lo que falta es que te fíes.

Eugenio Mallol.- El fenómeno de la desglobalización está redefiniendo también la innovación en movilidad por su impacto geoestratégico.

Miguel Ángel Sánchez.- Venimos de un mundo en el que todos somos amigos y las cosas se construyen y se mandan donde sea y como sea. Y de repente pasamos a un mundo en el que la gente no se fía. Ha habido demasiadas disrupciones y hay empresas que están diciendo cosas inusitadas. Ya no es sólo decir que vas a poner un par de fábricas en Marruecos en lugar de China, porque los tienes al lado, aunque salgan más caros. Estoy viendo compañías europeas planteándose poner algo en Europa. Sale caro, pero está aquí, y si pasa algo… Eso está sucediendo. La gente quiere cadenas de suministro más cercanas a todos los niveles. Incluso a nivel nacional. Amazon está descubriendo los regional distribution centers (dc). Antes hacían los envíos a todo EEUU: las cosas vienen de China, tienen sus puertos de desembarco y desde ahí mandan sus camiones llenos, porque tienen un montón de volumen y es más barato hacerlo así. Sin embargo, ahora se dan cuenta, como todos los retailers llevamos haciendo cientos de años, porque es la única manera, de que para ofrecer un servicio de calidad debes tener la mercancía más cerca del cliente. Es mucho más caro, pero no necesariamente porque toque más manos. Lo realmente importante es que no sabes cuántos televisores Samsung rojos se van a vender y, si pasas a tener cuatro dc, tienes que poner 15 TV en inventario en cada uno, con lo cual tienes 60 en lugar de 20. Esto teóricamente no importa, porque los televisores se van a vender, pero es capital parado y finanzas se pone histérico cuando lo ve, es un gasto hasta que no lo compren. El hecho de que Amazon esté yendo hacia ese modelo significa que se está dando cuenta de lo difícil que es servir a la gente en cercanía y de que realmente quiere dar cualquier cosa hoy. La pides hoy, la tienes hoy.

Eugenio Mallol.- Los gigantes tecnológicos se han dado cuenta en la pandemia de que a la gente le preocupa lo local.

Miguel Ángel Sánchez.- Sí, pero eso no quiere decir que vaya a funcionar. En todo esto hay algo de modas. En mi tesis de 2011 ya lo escribí, no es que el futuro sea mejor por esto, son ciclos. El ejemplo del inventario de TV siempre ha sido así, al final del año es posible que te hayas gastado más dinero en envíos exprés para cumplir con el cliente que en inversión de capital. Se puede subir inventario, o llenar los camiones a mano con cajas, lo que te permite poner un 30% más que si usas palés. Como lo mando desde México a EEUU y la mano de obra me cuesta poco, lo hago. De repente lo ponemos como política de empresa, pero en Chicago la mano de obra te cuesta una barbaridad, y la gasolina no. Y alguien dice, por qué llenar a mano durante dos horas cuando con un palé lo hago en 15 minutos, aunque lleve un 20% menos de carga porque transporto un montón de aire. Esas cosas pasan. Amazon está yendo a lo regional o local. Las empresas empiezan a tener más nearshoring y regional supply chain. Están intentando conseguir materias primas que estén en esa región, se va más hacia lo eléctrico porque siempre tenemos fuentes de energía relativamente locales. La otra cara de la moneda es que esas fuentes de energía no están preparadas para atender la demanda extra. En algunos países esto puede ser complicado. Europa necesita tener más electricidad y parte de eso es educar a la gente sobre las centrales nucleares.

Eugenio Mallol.- Es muy interesante, en ese sentido, el tema de los pequeños reactores modulares (SMR), pero hasta 2030 no parece que vaya a haber nada desarrollado.

Miguel Ángel Sánchez.- Mientras tanto, qué hacemos. Quemar carbón. Y las cadenas de suministro de estas nuevas tecnologías son más complejas que las que están sustituyendo. El mundo está acelerando mucho más rápido de lo que los políticos están reaccionando, ahora mismo no creo que haya ninguna tecnología que, si hay un conflicto de verdad y China se enfada, la podamos seguir produciendo, aunque tengamos las fábricas en casa.

Eugenio Mallol.- Frente a la popensión de la gente de comunicación a entusiasmarnos, los ingenieros tenéis algo de gruñón.

Miguel Ángel Sánchez.- Sigue entusiasmándote. La tendencia de que los coches sean más inteligentes no lo va a parar nadie y se impondrá también la tendencia de que no haga falta que seas propietario. El hecho de que esté volviendo producción cerca es bueno para todos, porque te permite darte cuenta de una cosa: en algún momento, cuando unas cosas están volviendo es porque en realidad no las quieres. No quieres una fábrica de teléfonos, quieres diseñarlos, hacer el software para usarlo y las apps para monetizarlo. Pero la manufactura la tenemos ya muy superada. Como mucho podrías querer los microchips de dentro. Todo esto lleva a darse cuenta de que no queremos tener toda la fábrica en nuestro país. Quiero tener más ingenieros haciendo las piezas especiales y los microchips.

Eugenio Mallol.- Qué te parecen ideas como Hyperloop.

Miguel Ángel Sánchez.- Como concepto es genial. No funciona, pero eso me da igual. Conozco a mucha gente que ha hecho cosas alrededor del concepto de Hyperloop y si se construye será un empujón a las tecnologías. No es como la carrera espacial, pero parecido, en el sentido de que de repente hay un montón de personas que le ponen cosas y universidades de todo el mundo contribuyendo. Si lo acabamos haciendo como el concepto Hyperloop o como uno similar no importa mucho, la clave es que es un avance de la tecnología.


¿Dónde están los límites a la movilidad?

Si quieres conocer más sobre el impacto de las nuevas tecnológias en la movilidad, sus límites, el papel de la inteligencia artificial y la participación clave del ser humano, puedes volver a ver aquí la sesión online de La Hora Premium: «¿Dónde están los límites a la movilidad?» con Alejandro Gómez de Zeleros Hyperloop.

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