Los coches van a bailar… España no puede perderse la fiesta

La tecnología se abre camino entre todo tipo de sectores, también en el relacionado con la movilidad, según el autor, la innovación tecnológica es donde se está viviendo una revolución y en Europa nos jugamos mucho
Luis Ignacio Vicente
13 de junio de 2023 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Los coches van a bailar… España no puede perderse la fiesta
Recreación de la tecnología VSLAM de ABB.

Parece un juego de palabras si decimos que el “sector de la movilidad se está moviendo”. La realidad es que vivimos un momento en el que cambian nuestros hábitos sociales al plantearnos, por ejemplo, cuál es la mejor manera de desplazarnos por las ciudades o si tiene sentido tener un vehículo en propiedad. También aparecen plataformas digitales que cambian nuestra manera de acceder a los taxis, patinetes, coches de alquiler u otros vehículos. No obstante, es en la innovación tecnológica en donde se está viviendo una revolución y aquí en Europa nos jugamos mucho.

En 2022 se fabricaron en el mundo 85 millones de vehículos. El 31% en China, el 11% en Estados Unidos y otro 10% en la Unión Europea. Si revisamos las cifras de inversión en I+D, vemos que, en 2021, Europa dedicó a este concepto 62 miles de millones de euros, que es más del doble que Estados Unidos y el triple de China.

Este sector es la única de las grandes industrias en la que Europa mantiene el liderazgo y, de hecho, las cinco primeras empresas europeas por inversión en I+D están relacionadas con la fabricación de vehículos. Por lo tanto, mantener esta posición en innovación es un punto clave para asegurar la soberanía tecnológica en este ámbito. Para ello tenemos el reto de asegurar el control de las innovaciones que estamos generando en el viejo continente.

Las patentes están presentes en el mundo del automóvil desde sus inicios. Fueron varias patentes las que permitieron a Ford la fabricación en serie de automóviles. Del mismo modo que fue otra patente, en este caso relacionada con una rótula de dirección de caucho-metal más resistente, la que marcó el comienzo de lo que hoy es el Grupo Antolín, uno de los grandes fabricantes de piezas para vehículos, los denominados Tier 1.

Los grandes fabricantes se están preparando para estos retos. Decía Louis V. Gerstner, quien fuera emblemático presidente de IBM, refiriéndose a la evolución de su compañía, “¿Quién decía que el elefante no podría bailar?”. Ahora estamos viendo como los grandes elefantes del sector del automóvil europeo están bailando…y lo que es más relevante, van a hacer bailar a los coches. ¡The cars will dance!

“DANCE”. A través de las letras de esta palabra podemos hacer un recorrido por los retos tecnológicos que tiene en sector porque el vehículo del futuro será Digital, Autónomo, No emisiones, Conectado y Eléctrico.

El vehículo será DIGITAL. Un vehículo ha pasado de ser ante todo un instrumento mecánico, a algo electrónico y será digital. Serán “tablets con ruedas”. Para ello los fabricantes están incorporando equipos y metodologías de desarrollo software. Esto supone un cambio de paradigma aún mayor cuando la captación de talento digital es compleja.

El vehículo será AUTÓNOMO. De los 5 niveles de la escala SAE de conducción autónoma, este año será posible alcanzar en un vehículo comercial el nivel 4; es decir, las tecnologías a bordo serán capaces de gestionar todas las funciones y la conducción del coche, limitadas a determinados contextos y áreas como aquellas en las que operan los robotaxis. La realidad es que es un reto más regulatorio que técnico teniendo en cuenta la posible aplicación de los avances en robótica autónoma industrial como la tecnología VSLAM presentada por ABB este año en Logimat.

El vehículo será “NO emisiones”. La sostenibilidad es un “mantra” del sector. Europa está muy bien posicionada en la generación de patentes relacionadas con el hidrógeno como combustible, pero todavía hay retos que abordar.

El vehículo será CONECTADO. Muchos de los dispositivos del automóvil ya están conectados a través de diferentes protocolos de comunicación NFC, Wifi, 4G, 5G. Estos estándares están protegidos por patentes que se denominan esenciales, cuyos propietarios ya están solicitando royalties a los fabricantes de automóviles. Están llegando a esta industria, las tendencias buenas y malas, de sector telco, “patent pools”, “patent trolls….” , que será necesario gestionar. La propia Comisión Europea acaba de lanzar una propuesta para la regulación de las licencias relacionadas con las patentes esenciales.

El vehículo será ELÉCTRICO. En 2023 se venderán en todo el mundo más vehículos electrificados que de combustión. En España todavía ésto no sucederá, pero se están presentando iniciativas para ir en esa dirección. Con el denominado PERTE VEC 2 se apoyará el despliegue de gigafactorias en nuestro país. Estamos ante la oportunidad de que estos proyectos lleven consigo el desarrollo de tecnología que puede ser protegida. Para ello sería conveniente incorporar en las convocatorias de proyectos a oficinas de propiedad industrial que aseguren que se desarrolla tecnología y se gestiona de forma adecuada.

En una visión más amplia, el liderazgo europeo en el sector del automóvil mundial no se traslada al de las patentes en este ámbito, en donde China es el top 1 indiscutible, por lo que estamos perdiendo soberanía tecnológica Si ponemos foco en el caso español, el tema es todavía más alarmante. Tenemos unas cifras de producción para sentirnos orgullosos. Las 17 plantas de ensamble de vehículos que hay en España fabricaron en el primer semestre 658.282 vehículos, un 20% más que en el año anterior. El 90% de la producción se exporta. Esta actividad supone el 10% del PIB y el 9% del gasto en I+D de España.

No obstante, según el “Mapa Tecnológico de la Movilidad 2023” de la Fundación PONS, durante el año 2021 se registraron solo 177 patentes en este sector, lo que supone un 0,14% de total mundial, muy lejos, por ejemplo, de las 1.750 patentes de Alemania.

La realidad es que las factorías del automóvil en España, si patentan sus invenciones, lo hacen en las sedes de éstas empresas en otros países europeos. Esta cifra también nos muestra que otras empresas de la cadena de valor, los Tier 1 Y Tier 2, tampoco están siendo tan activas en el registro de patentes como sus competidores europeos.

Para cambiar esta tendencia, se propone realizar acciones en dos ámbitos. Por una parte, fomentando en las empresas una cultura de propiedad industrial como herramienta fundamental de las estrategias de las compañías.

Por otro lado, se podría, a través de programas públicos de apoyo a la I+D+I tanto de subvenciones como deducciones fiscales, promover que la tecnología desarrollada en España se proteja. También se podría apoyar a los Tier 1 y Tier 2, que incluyan en su estrategia políticas de protección de la propiedad industrial. Con ello conseguiríamos cerrar el círculo virtuoso de la innovación.

Los coches van a bailar y España puede desempeñar un papel relevante en el desarrollo de esta tecnología.

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