Lectura recomendada: ‘Narrativas Económicas’
Mario Tascón, CEO de Prodigioso Volcán y colaborador de Atlas Tecnológico, nos recomienda la lectura del libro Narrativas Económicas, de Robert J. Schiller, en el estreno en exclusiva de la nueva sección de ATLASTECH REVIEW
Título: Narrativas Económicas / Autor: Robert J. Shiller / Editorial: Deusto / Fecha: 2021 / Precio: 21.95€
Cualquiera pensaría que las noticias falsas y emocionales que despiertan odios, envidias o pasiones pueden influir en las personas a la hora de votar o de cambiar sus comportamientos de consumo pero que las decisiones económicas quedan aisladas y protegidas por la racionalidad que suponemos aplicada en ellas. Cuando se trata de invertir, o de aplicar políticas económicas ¿estamos en manos de los cuentos o de la hoja Excel?
Shiller a pesar de ser catedrático de economía en Yale y premio Nobel de Economía en 2013 lo tiene claro: las historias y los rumores, no siempre fundados, han transformado los mercados y la economía porque han desatado pánicos, han hinchado y luego explotado burbujas (una metáfora más) y han determinado el alza y la caída de las criptomonedas.
El autor sostiene que muchas narrativas se vuelven virales, incluso antes de que las redes sociales existieran y esta viralidad hace que se extiendan con rapidez y que, como el virus, contagien a muchas personas. Las narrativas son para otro autor, Harari, los genes que unen a la humanidad y para Shiller los virus que provocan comportamientos gregarios a pesar en muchos casos de la irracionalidad de los mismos.
En el libro se sostiene la tesis de que para entender adecuadamente la economía es absolutamente necesario incorporar a la lista de factores que la determinan las narrativas económicas, esas historias populares contagiosas que se difunden a través del boca a boca, los medios de comunicación y, por supuesto, las redes sociales. Esas historias tienen el potencial de cambiar la forma en que las personas toman decisiones concretas como la de contratar a un trabajador ahora o esperar a que los tiempos mejoren, o de invertir en activos especulativos.
Bitcoin, por ejemplo, es en realidad una historia que arranca en 2008 con un documento firmado por Satoshi Nakamoto (nombre ficticio similar a José Pérez) y en el que con una detallada y compleja descripción matemática ha conseguido que la valoración de las personas, incluso quienes no entienden la base numérica, valoren este tipo de moneda por encima de otras.
Que Natoshi Nakamoto sea una especia de ser legendario aporta romanticismo a la historia y es una narrativa capaz de añadir nuevas historias a la moneda. Hay unas cuentas ideas arraigadas en el sentir popular de fondo que han conseguido aupar al éxito este caso:
– cada día el control del mundo está más en manos de las computadoras,
– hay alternativas al poder centralizado de estados y bancos en lo que ellos no controlan,
– en definitiva queremos ser parte del futuro y bitcoin puede ser una de las llaves.
El funcionamiento de la mayoría de las narrativas es muy sencillo, como saben desde hace mucho los expertos en comunicación y muchas personas que han estudiado humanidades. Además, recientemente han sido apoyados por los más modernos estudios neurolingüísticos. El cerebro humano se organiza alrededor de las metáforas y estas afectan de forma profunda a nuestros pensamientos y conclusiones.
Y es este mecanismo el que también está en la búsqueda hoy por parte de las empresas de su propósito, su misión y visión, que nos son nada sin una narrativa que ayude a transmitirlas. No se trata solo de anuncios o notas de prensa, hay que tener una narrativa o, mejor aún como bien señala Shiller, una constelación de narrativas para que los productos y servicios de las compañías lleguen al público y tengan éxito. No se trata solo del producto, se trata de la historia que acompaña el producto.
El trabajo está lleno de ejemplos y enseñanzas y en él aprenderán y se sorprenderán con los mecanismos subyacentes en nuestras tomas de decisiones. Si quieren estar preparados para predecir acontecimientos económicos, pero, sobre todo, para no dejarse engañar por las noticias falsas este es un buen libro.
Solo encontramos sentido al mundo cuando conseguimos contárnoslo, por ello hay que tener mucho cuidado con lo que nos cuentan y lo que nos queremos creer.