Francisco J. Jariego: «Estamos en la fase previa al crash de la Web 3.0, el crypto y los NFT»

¿En quién o en qué podemos confiar para formar un criterio acerca de las tecnologías del futuro? El investigador, colaborador de Atlas Tecnológico y presidente del comité asesor de FOM, Francisco J. Jariego, expone en su conversación con el analista de innovación Eugenio Mallol su estrategia para seguir la pista: ciencia, patentes y, sobre todo, el mercado, el venture capital
30 de abril de 2022 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Francisco J. Jariego: «Estamos en la fase previa al crash de la Web 3.0, el crypto y los NFT»

Eugenio Mallol.-Hay una serie de figuras en medio del ruido que envuelve a la revolución tecnológica: el futurista, el visionario, el profeta… seguro que a todos se nos ocurren nombres propios que podemos asignar a cada categoría.

Francisco J. Jariego.-Hay que seguir a los que realmente saben lo que están haciendo y a los que te pueden motivar. Hay una frase en esto que se repite mucho, que es la de que la mejor forma de anticipar el futuro es crearlo. Ese debate de anticipación o creación para mí es bastante inspirador, porque crear el futuro es muy difícil. Deberíamos tener otras formas de hacerlo, porque la que tenemos básicamente es la del explorador, la del emprendedor que se lía la manta a la cabeza y consigue implicar a inversores que creen en él. Lo hacemos de una manera tremendamente desordenada y el emprendedor asume un riesgo muy importante. De hecho, tenemos muy mitificado el tema del error. Por eso uno de los asuntos relacionados con la cuestión de a quién seguir, la gente que está poniendo, como diría el querido Nassim Taleb, la skin in the game, la que se la está jugando en el intento es gente a la que merece la pena mirar. Luego está el resto de los que miran y opinan, entre los que hay gente interesante también. Es importante, porque cuando tienes mucha carne en el asador tampoco eres objetivo, y mirar desde fuera está bien. Pero es muy difícil separar el trigo de la paja. Tú eres una persona de comunicación, el ingrediente fundamental de lo que aportaría hoy un medio o un profesional de la comunicación es esa visión desde fuera, ese estar mirando de manera creíble.

Eugenio Mallol.-La maquinaria de generación de contenidos, de sorpresas, de asombro, de la industria tecnológica, está muy engrasada y trabajada desde hace décadas, y muchas veces los medios de comunicación caemos en esto de seguir esta dinámica, porque genera audiencia, un tipo de seguidores. Pero al final acabas produciendo más espectáculo que contenido. También es verdad que, con el tiempo, las compañías tecnológicas se preguntan: ¿en qué hemos errado? Mi respuesta es: os equivocasteis al tratar como real una opción que no era planteable, porque eso acaba penalizándoos. En una conversación con Tim O’Reilly hablando precisamente de esto le pregunté: ¿En quién o en qué podemos confiar? Porque la confianza es la gran cuestión de nuestros días. Y como se la formulé a él también te la formulo a ti.

«Estamos en una sociedad bastante acelerada y la capacidad de mantener un bluf mucho tiempo es muy limitada»

Francisco J. Jariego.-Me pones en un dilema importante. Porque es evidente que el desarrollo de una sociedad está basado en gran medida en la confianza, por lo tanto distinguir de quién puedes fiarte o no es fundamental. Y tener confianza en empresas, en la Administración, en los medios, es clave. Pero por otra parte es muy sano también desconfiar de todo el mundo, porque siempre hay que tener esa prevención de jugar con cuidado. De hecho, una de las cosas que me ha obsesionado mucho al enfrentarnos a esa creación del futuro, en un curso que hemos arrancado en la UNED, es ser conscientes de la estrategia, que es teoría de juegos. En los últimos 50 años ha habido un enorme desarrollo de esto por parte de economistas, hay 14 premios Nobel relacionados con cómo jugamos y hacemos estrategia. Es fundamental aprender a mirar estratégicamente aquello que nos interesa. Si soy una empresa tendré que saber si puedo fiarme de los proveedores o incluso, muy interesante, de los consultores. Había un artículo muy reciente que se preguntaba quién se puede fiar de McKinsey, al que pagas para que diga lo que quieres y es él el que aguanta la torta.

Ahí hay un entramado muy complejo en el que conviene crear una estrategia propia. Con el tiempo, casi todos los blufs acaban mostrándose. Estamos en una sociedad bastante acelerada y la capacidad de mantener un bluf mucho tiempo es muy limitada. Miras la cotización de una empresa y, aunque el mercado no es perfecto y se producen fluctuaciones, es muy consistente, y cuando alguien dice unas cosas, pero su empresa va hacia abajo sistemáticamente, puedes decidir no fiarte mucho de lo que está diciendo. En cambio, hay otras que están más calladas, pero su cotización no deja de subir. Es una de las cosas por las que los mercados públicos son tan interesantes.

Eugenio Mallol.-Analizando las tecnologías para el cambio climático descubrí que en la Bolsa de Chicago se puede invertir en un mercado de futuros climatológicos. Puedes apostar a si el mes que viene hará más o menos calor, porque eso tiene muchas implicaciones. Y lo increíble es que los inversores han estado anticipando el incremento de temperaturas tal y como se ha ido produciendo. Cuando te juegas el dinero te tomas bastante en serio la necesidad de acertar.

Francisco J. Jariego.-Ese tema es muy interesante. En uno de mis artículos en Atlas hablo de los mercados de predicciones. Me encanta este tema, siempre uso como introducción un artículo publicado en los 2000, porque a principios de siglo se reavivó una idea muy vieja, que toma como referencia otro de Friedrich Hayek escrito hace muchos años. En él dice que un mercado es una cosa estupenda para intercambiar bienes, pero está revelando implícitamente una información. Cuando eres capaz de agregar eso, y cuando un mercado funciona bien lo hace, la cantidad de información que obtienes es muy difícil que la genere cualquier otro sistema. De hecho, en mi opinión, todavía no hemos inventado nada que tenga ese nivel de capacidad de agregación. La democracia tiene muchas carencias que podrían ser suplidas.

El artículo sobre los prediction markets del que te hablaba está firmado por más de una veintena de autores. Hay mucha gente diciendo que necesitamos mercados de verdad donde nos juguemos algo que nos permitan anticipar el futuro de una manera mejor, porque estamos revelando información. Y, de hecho, hay varias iniciativas que han avanzado bastante en los últimos años. A mediados de la pasada década tres emprendedores se la jugaron a montar un mercado de predicciones y, por supuesto, fracasaron, porque en España es difícil que triunfen este tipo de ideas avanzadas. Pero ha habido dos propuestas que han proliferado como mínimo. Una de ellas es Metaculus, donde hay un montón de preguntas ahora mismo sobre la industria, aunque su problema es que estrictamente no es un mercado. Y no lo hay por un tema regulatorio.

«La fuente de información más fiable y más cercana es la pasta, el venture capital. Cuando se ponen 100, 200, 1.000 millones en algo, puedes estar haciéndolo por pura señalización, pero la posibilidad de expectativa de beneficio es seguramente mayor»

Eugenio Mallol.-El mundo de la ciencia está preocupado porque ve que su conocimiento se está poniendo al mismo nivel que el de otros, pese a que entiende que es, de alguna forma, superior. Pero la cuestión es que hay un componente de la ciencia que puede provocar errores a la hora de predecir el futuro: muchas veces cuando lees papers e investigaciones das por hecho que determinadas cosas se van a hacer porque ya son posibles. Como me dijo Negroponte, en el MIT Media Lab lo que les preocupaba era que, si algo se podía hacer, debían conseguir hacerlo, no otras valoraciones éticas o económicas. Pero el hecho de que desde el punto de vista científico se pueda hacer no significa que vaya a aterrizar en el mercado. Quizás no sea un problema suyo, sino que debemos ser nosotros los que aprendamos a usar la ciencia.

Francisco J. Jariego.-Absolutamente. Hay como tres ingredientes fundamentales a la hora de analizar el futuro a largo plazo. Por supuesto, uno es la ciencia, los papers que se publican proporcionan mucha información. Sobre todo, información de lo que se está financiando. Como en todo, la ciencia tiene mucho ruido y mucha inflación. El objetivo de un investigador es publicar, publish or perish, y de hecho hay un debate tremendo sobre la cantidad de información que se genera, el peer review está saturado. Lo que ocurre es que la verdadera ciencia no tiene como objetivo obtener un resultado, el mito de que las cosas fluyen desde la ciencia al mercado es una metáfora rosa, no funciona así. Pero, por supuesto, si descubres algo en un paper, si ves que alguien ha sido capaz de hacer algo concreto, te está dando una pista. El problema es que cuando Einstein publica la teoría de la relatividad en 1905 la tecnología estaba a 50-70 años de poder hacer nada con eso. Ahora vemos la computación cuántica y qué maravilla, pero a lo mejor no te das cuenta de que le faltan 70 años.

El segundo tema es el de las patentes. Está pleno de dificultades, pero es uno de los grandes inventos del Derecho para hacer posible la innovación. Las patentes son a 25 años, de modo que si una empresa se gasta ese dinero es porque tiene una expectativa mayor. Dicho esto, también hay mucha falsa expectativa en la patente. En mi blog hay un post en el que hablo de las “patentes de ciencia ficción”. Y finalmente la fuente de información más fiable y más cercana es la pasta, el venture capital, quién está metiendo dinero en algo. Cuando se ponen 100, 200, 1.000 millones en algo, puedes estar haciéndolo por pura señalización, pero la posibilidad de expectativa de beneficio es seguramente mayor. Si haces ese seguimiento de ciencia, patentes e inversión puedes hacerte una idea más precisa que si solo lees la prensa generalista. Siento meterme con la prensa que también está bien y te da pistas.

Eugenio Mallol.-A los científicos les hago la analogía de que ellos son como los intérpretes de una orquesta de música clásica, unos virtuosos, y luego están los grupos de pop/rock que también interpretan música, pero de otra forma, que serían los medios de comunicación. Nos hemos partido de risa alguna vez tú y yo comentando las barbaridades que hemos escuchado, algunas muy divertidas. Hay un vídeo que se ha hecho viral de Bill Gates hablando del futuro de internet. No hagamos un listado del Top10, que es probablemente a lo que estaríamos tentados, sino que reflexionemos sobre lo que hemos aprendido de toda esta dinámica. Porque no todo es malo. El profesor Miguel Catalán, recientemente fallecido, tiene libros estupendos, como El prestigio de la lejanía, acerca de la importancia del autoengaño. Sin él no avanzaríamos. Nadie jugaría contra Nadal si lo pensara racionalmente.

Francisco J. Jariego.-Esto que comentas es super interesante. Todos los roles son muy necesarios, llevo años insistiendo mucho en el mensaje de que cosas como la ciencia ficción creíble, como esas patentes que citaba, son necesarias. Y eso no significa que todo lo que se lanza como ciencia ficción vaya a ser realidad o tenga por qué serlo. En la mayoría de los casos sólo se busca un debate, contrastar por qué algo no podría ser así, si sería posible, si deberíamos ir en una determinada dirección. El propio hype en torno a la tecnología está un poco en esa zona. Siempre he dicho que el marketing de muchas empresas es de ciencia ficción cuando hacen ese posicionamiento de marca. Grandes empresas financian estudios muy especulativos, a 50 años, como los think tanks o la Administración. Las empresas que más han innovado miraban a mucha distancia. Hoy lo hacen Google o Elon Musk y hay mucho de provocación en lo que hacen, también hay mucha realidad. Evidentemente es necesario y ese hype es como parte del humo que está en torno a esto y no es necesariamente malo. Es verdad que, como todo lo que ha ocurrido en los últimos 25-30 años, el hecho de que tengamos muchos más medios y capacidad de llegar ha incrementado el ruido, pero siempre ha existido. En los 90 había la misma cantidad de chorradas y de provocación, otra cosa es si eras capaz de llegar o no a mucha gente.

«La distopía en 2022 está agotada, la realidad humilla a nuestra imaginación, concentrémonos en pensar cosas que a lo mejor son una locura, pero son bonitas. Porque lo feo se nos da fenomenal»

Eugenio Mallol.-Hay una anécdota que viví en Boston con la división de seguridad de Amazon Web Services. Nos decían que ellos habían diseñado el evento de forma diferente, porque todas las ferias sobre ciberseguridad son apocalípticas, y decidieron hacer una en la que todo fuera amable y divertido.

Francisco J. Jariego.-A propósito de la desgracia del Putin en Ucrania, decía recientemente yo que la distopía en 2022 está agotada, la realidad humilla a nuestra imaginación, concentrémonos efectivamente en pensar cosas que a lo mejor son una locura, pero son bonitas. Porque lo feo se nos da fenomenal.

Eugenio Mallol.-Al final hay avances tecnológicos más o menos prescindibles, pero hay dos cosas que sí debemos tomarnos en serio: el cambio climático, las tecnologías de la descarbonización y la electrificación de la economía, en torno a las cuales se están diciendo muchas cosas implanteables; y la democracia, el gran asunto de nuestros días, que no se vincula a la tecnología, pero está totalmente ligado. No haría broma en estos dos temas.

Francisco J. Jariego.-Sumaría el tema de inteligencia artificial, que toca todo y es muy relevante y reúne todas esas características de enorme hype y al mismo tiempo muchas posibilidades abiertas y una incertidumbre a medio y largo plazo muy importante. En el ámbito del futurismo estos temas son los que tienen más influencia, los filósofos en esta zona los están mirando con especial preocupación. También el debate ético de qué mundo vamos a dejar. De cambio climático puedo decir poco, soy físico, he seguido muchos temas, y es uno de los que siempre digo que me superan, la cantidad de información que habría que procesar para saber qué es eficiente está rodeada de tal complejidad y tal ruido que es muy difícil entender lo que está ocurriendo ahí. Pero la realidad es que en el cambio climático nos estamos contando un cuento peligroso, porque es imposible conciliar un mundo en el que seguimos creciendo, en el que hay muchas regiones que deben evolucionar, con esa visión de que vamos a descarbonizar la atmósfera y a conseguir emisiones cero en 2050, y a mantener la movilidad. Todo el paquete no es posible. Si todos tuviéramos coche eléctrico sería imposible tener baterías para todos, reciclarlas, los materiales suficientes. Tenemos un cacao mental muy importante en este tema y no contamos con los mecanismos de debate necesarios para resolverlo, porque la democracia está tan ocupada por resolver el problema de cortísimo plazo, o ese asunto que no es de nadie más que de los políticos, que no están mirando estos temas de largo plazo. Si se pudieran plantear estos temas en serio nos podríamos preguntar: ¿estamos dispuestos a renunciar a determinadas cosas a cambio de mitigar el impacto en el clima? ¿Sí o no? ¿Estamos dispuestos a asumir un riesgo mayor? La temperatura va a subir uno o dos grados, no vamos a conseguir el objetivo.

En cuanto al debate de la democracia, por supuesto deberíamos reflexionar muy seriamente acerca de que tenemos herramientas, tenemos internet, la capacidad de integrar masivamente conocimiento de personas, hay toneladas de libros publicados sobre las carencias de la democracia que se podrían resolver, pero tenemos cero voluntad de hacerlo.

Eugenio Mallol.-Si no actuamos, los países con regímenes autoritarios demostrarán ser más eficientes, por su capacidad de visión a largo plazo. Nos reímos de las previsiones más o menos fantasiosas del sector tecnológico, pero es que en el ámbito de la política las cosas que se dicen y se niegan a los seis meses están al orden del día.

Francisco J. Jariego.-La política es fantasía, no es ciencia ficción. Por suerte, aunque las autocracias están ganando terreno y ha habido un retroceso de la democracia importante y un cierto appeal en el sentido de que los regímenes autoritarios quizás no están tan mal, parece que en 2022 alguien ha movido ficha y ha demostrado que los autócratas imaginación no tienen mucha: los rusos lo único que tienen en la cabeza es destruir y los chinos encerrar a la gente en Shanghai.

Eugenio Mallol.-Entre los asuntos que pueden cobrar importancia en el futuro está todo el mundo crypto, NFT, Metaverso, no sé en qué categoría ponerlo: en la de cosas a las que no prestamos atención suficiente o en la de cosas a las que estamos prestando demasiada atención.

Francisco J. Jariego.-Todo el tema de la Web 3.0, esa visión de volver a los basics de lo que era internet, descentralizada sin los jardines en los que nos hemos metido, soy muy defensor de la idea. Estamos en una fase previa. Lo que hay ahora no nos deja ver cuál será esa realidad. He dedicado tiempo a integrar lo que están diciendo personas como Andreessen Horowitz, como venture de inversión. Justo cuando arranca la pandemia, publica el artículo It’s Time to Build que fue muy comentado, en el que dice el que el software se está comiendo el mundo, pero cuidado que tenemos que mirar al mundo físico, porque muchas de las cosas que están sucediendo dependen de él. Esto tiene mucho que ver con la industria 4.0, con llegar al mundo material. A partir de ahí ha habido mucho debate y han estado muy activos en temas distintos, uno de ellos el tema crypto y la Web 3.0, al que han venido asociados los NFT y detrás llevan un crecimiento muy importante de las inversiones de los fondos. Eso significa que en 10 o 15 años va a ocurrir algo. Estamos en la fase previa al crash. Que se producirá es evidente y cuando ocurra y el polvo se despeje un poco probablemente veremos lo que hay detrás. En Ethereum estamos en un momento muy interesante, porque se lleva anunciando el cambio del proof of work a un proof of stake desde que arranca, y probablemente ocurra este año. No sé qué sucederá, pero algo hará clic ahí. Una economía mucho más descentralizada, donde hay un crypto y una identidad, que es algo de lo que no se habla, pero es fundamental. No entiendo por qué en Twitter no puedo identificarme como una persona real, como hago con el banco. Un bot puede decir cosas tan interesantes como Paco Jariego, pero hay que distinguir quién lo dice. Ese debate, en el que entran los crypto, los nuevos esquemas de democracia, en el que hay muchas ideas, creo que están below the radar y deberían emerger. La computación cuántica no es un bluf, pero nos queda mucho recorrido, porque no sabemos todavía qué problema estamos resolviendo con él, que es lo más divertido de todo. Lo único que funciona en computación cuántica es el algoritmo de Shor, ahora que esa investigación acabará dando sus frutos, seguro, pero no va a ser mañana.

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad