El ecosistema Atlas aplaude la primera puerta abierta a las redes privadas de 5G, pero pide más ambición

El Gobierno acaba de aprobar el nuevo Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias del espectro radioeléctrico que parece dar cabida por primera vez a las redes privadas de 5G, pero con matices, lo comentamos con Álex Bryszkowski, CEO de Redexia; Fran Alcalá, CEO de TST Sistemas; María Gil Cabrera, directora de Go Hub; y Alberto Villalobos, CEO de 5G Ventures
Eugenio Mallol
13 de enero de 2022 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
El ecosistema Atlas aplaude la primera puerta abierta a las redes privadas de 5G, pero pide más ambición
GSMA

Alex Bryszkowski, fundador y CEO de Redexia: «Sin duda representa un avance para el desarrollo de nuevas oportunidades en la prestaciones de servicios basados en 5G. En EEUU con CBRS y en otros países europeos ya se había regulado al respecto. Posibilita el despliegue de proyectos tanto en el ámbito del IoT, con elementos conectados que requieran un alto ancho de banda y una baja latencia, que van a poder convivir con otros dispositivos de bajo consumo de batería por ejemplo basados en LoraWAN, como en el ámbito de datos y voz de usuarios, donde las empresas van a poder optimizar las prestaciones y seguridad del consumo de sus empleados en el entorno de sus instalaciones.

Esperamos a su vez que la regulación permita que la implantación de proyectos basados en redes 5G privadas no implique tediosos procesos administrativos que limite en la practica el lanzamiento de este tipo de iniciativas.

Otro punto interesante, vinculando redes privadas 5G y Blockchain, cabe destacar el proyecto Helium, » The people Network»  en el que en Estados Unidos ha llegado a un acuerdo con Dish Network, un operador con 12 millones de usuarios para descargar y aumentar su cobertura de red a través de celdas desplegadas por usuarios particulares a cambio de incentivos económicos, descentralizando el modelo tradicional de redes de operadores».

Alberto Villalobos, CEO de 5G Ventures: «Parece que hay un ánimo por parte del gobierno de que la banda de 26 GHz sea una banda relevante sustancial para uso industrial, pero el problema es que la banda de 26 GHZ es una muy nueva, de frecuencia altísima, en el que el ecosistema de dispositivos (antena, equipamiento de redes…) es por tanto caro y costoso, y faltan todavía muchos años hasta que esté suficientemente maduro como para abaratar los costes de despliegue.

Los países avanzados del mundo no están lanzando su industria 4.0 en la banda de 26, aunque sea una banda del futuro.

La banda de ahora es una banda media, de 3,5Ghz. En la banda de 3,5 el Gobierno ya ha sacado una licitación donde solo los operadores nacionales pudieran competir, y ni pensaron en la parte industrial.

Hay un montón de innovaciones en la banda de 26 para abaratar los costes en el futuro pero para eso falta mucho, el uso en aplicaciones celulares es muy nuevo y va a requerir un tiempo para que madure la tecnología como para abaratar tanto los elementos de red como los dispositivos.

El gobierno también plantea la habilitación de 20 MHz en la banda de 2,3 y 2,4 para la industria, pero es banda que nadie en el mundo de 5G usa, con lo cual el ecosistema de dispositivos que hay es pobre y caro. Además, 20 MHz no es nada, es irrisorio, y además de esos 20MHz, 10 MHZ tienen que ir destinados para las eléctricas».

María Gil Cabrera, directora de Go Hub: «La publicación que ha hecho el Ministerio era imprescindible, la estaba esperando todo el sector. Ya había mucha tecnología disponible, ha completado muchos ciclos, pero sin regulación adecuada no llegará a explotar. Habrá que esperar a las subastas que se realicen este año y, conforme los operadores tomen posiciones en las bandas de frecuencia que dan una mayor posibilidad de explotación de la tecnología, viviremos una explosión. Hay un tema relevante con respecto a la industria 4.0 y es la posibilidad que ofrece el 5G. La banda prevista por el Gobierno en la que la que no es necesario ser operador para desplegar una red va a ser la clave para que el 5G se pueda utilizar en la industria para cualquier uso de comunicación masiva en cualquier ámbito industrial. Incluso se podría utilizar en grandes infraestructuras críticas de energía o de agua.

Nosotros en GoHub, el fondo de inversión coporativa de Global Omnium, hemos invertido en una empresa que se llama Fivecomm que se dedica en exclusiva a diseñar sistemas en 5G, y ha hecho varias demostraciones de la tecnología en diferentes ámbitos.

Uno de ellos es el portuario, en el que la utilización de una banda de 5G propia sin tener que depender de un operador para ciertos usos puede tener mucho interés. Son áreas grandes en las que hay poca densidad de conexiones y a los operadores no les interesa desplegar red pero sí les puede interesar a la autoridad portuaria. También han trabajado con Global Omnium y con Hídrica, nuestra filial tecnológica, una aplicación a la telelectura de contadores de agua, un ámbito para el que en principio la tecnología del 5G no está pensada, pero que nosotros estamos ya testando la potencialidad de que los dispotivos puedan tener este tipo de tecnologías. Este piloto se ha hecho junto con Orange en la ciudad de Valencia».

Francisco Alcalá, CEO de TST Sistemas: «Es bueno que se defina el entorno normativo y la distribución de frecuencias. Más allá de que pueda gustar más o menos, lo importante es que haya una definición del uso del espectro radioeléctrico y sepamos cuáles van a ser las reglas del juego. El punto de más interés es la asignación de ese ancho de banda licenciado para uso por iniciativa privada. En primer lugar, la medida que toman es tímida, porque el ancho de banda del que se está hablando es muy pequeño y la mitad lo asignan a ciertos usos regulados, con lo cual lo que queda para uso 100% libre de la industria es muy poco. Lo que ocurre es que, en mi opinión, no está tan claro cuál es la mejor aproximación, posiblemente sea un modelo mixto. Pero lo que es la reserva de espectro para uso industrial en entornos privados, como puede ser una factoría, es controvertido y a priori implica un uso menos eficiente del espectro radioeléctrico. Porque si se reserva un ancho de banda para ese uso y hay zonas donde no existe el perfil de empresa que utilizaría ese espectro, lógicamente tampoco lo pueden aprovechar las operadoras para mejorar el servicio y queda infrautilizado. La alternativa es que, por normativa, en la subasta de licencia, a la operadora se le imponga un compromiso de lease, de préstamo del espectro para usos industriales, que sería otro camino».

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