¿Cómo ganar la guerra de la energía?
La sociedad global se encuentra inmersa en un conflicto de energía, según informa Pablo Oliete, autor del artículo y CEO de Atlas Tecnológico, el aliado que conseguirá apaciguar el conflicto reside en la Industria 4.0
Jason Blackeye para Unsplash
Vivimos la mayor crisis energética desde que nací. El 16 octubre de octubre del próximo año celebraremos el 50 aniversario del inicio de la primera crisis del petróleo a raíz de la decisión de la OPEP de no exportar más petróleo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra del Yom Kipur. Yo tenía meses cuando se desencadenó esa crisis, pero siempre recordaré el año en el que se produjo. ¿Qué he aprendido en medio siglo sobre guerra y energía? La respuesta es que la tecnología, la formación y la planificación pueden cambiar radicalmente el contexto en el que se desarrolla tu propia batalla.
Esta semana he disfrutado una vez más de escuchar los Trabajos Fin de Máster de los alumnos del programa que desarrolla FOM TALENT en Cámara de Comercio de Valladolid, del que tengo la suerte de ser director académico. A nadie le debería sorprender la afirmación de que la Industria 4.0 puede ayudarnos a ganar la guerra de la energía. Tampoco nos sorprenderá, si tenemos nociones de contabilidad, que los costes de la energía se reflejan en los costes generales de la cuenta de resultados de las compañías, por lo tanto, puede parecer complejo imputar a cada una de las líneas productivas, o a cada uno de los procesos, su correspondiente asignación de la factura energética. Tenemos identificado, por tanto, el reto que nos plantea la situación actual: saber cuál es la demanda energética que tiene cada proceso productivo de nuestra industria y ver si, a través de la secuenciación de órdenes de trabajo, podemos asignar aquellas tareas más demandantes de energía a los momentos en los que los costes son menores.
Déjame que te haga otra pregunta: ¿Dónde se mide el consumo energético de tus líneas de producción? Seguramente muchos ingenieros del ámbito de la digitalización y la industria 4.0 no saben dónde contamos la energía que consumimos. También podemos presuponer que en muchas empresas el consumo energético se mide por suministro energético y de forma agrupada. Esto es todo. Si ese fuera el caso, deberíamos empezar a pensar que mañana mismo podemos empezar a implementar un numero sencillo de acciones, máxime cuando la tecnología nos permite identificar fácilmente el consumo que cada una de nuestras máquinas está teniendo. Podemos segmentar tanto máquinas como procesos y tener una contabilidad analítica de nuestro consumo. El resto, espero que se entienda la expresión, es sacar los gastos energéticos de los costes generales y asignar a cada proceso productivo, a cada producto, su consumo energético real.
Una vez hemos llegado hasta aquí (nada de esto es industria 4.0) tenemos que empezar a gestionar los datos de los que disponemos. Los costes de la energía por franja horaria o las previsiones para los próximos días deben ser tenidos en cuenta cuando se planifican las órdenes de trabajo de la industria y las herramientas de secuenciación con la información adicional contenida en los ERPs. El conocimiento histórico acumulado del consumo energético permitirá generar ahorros significativos.
La formación continua en Industria 4.0 es la principal palanca para mejorar cualquier proceso productivo. La segunda es el conocimiento de los ecosistemas tecnológicos, y desde Atlas Tecnológico ayudamos bastante a acceder a esta información a los súper héroes de la industria española. Por último, la tercera palanca es la colaboración. Si aún no sabes cómo abordar este proyecto y casi no sabes ni dónde está el contador general de la luz, tienes mucho que aportar a tu compañía si te dejas asesorar por especialistas en esta materia. En Atlas tenemos unos cuantos que estarán encantados en ayudarte. Puedes ayudar a tu empresa a ganar la guerra de la energía, asignando los costes a cada proceso de forma real y automática y planificando el trabajo para reducir el consumo. Eso no impide que sigamos diciendo que la culpa de todo es de Putin, pero nuestra industria será eficiente energéticamente y sostenible financieramente.