Bienvenida la nueva ‘lengua franca’ de la tecnología abierta: avanzar de la hoja de ‘excel’ al metaverso industrial es posible

Entre amontonar la información de la empresa en un Excel y trabajar en el metaverso industrial hay un margen de recorrido enorme y cada avance tiene que ver con la capacidad de las organizaciones para gestionar sus datos. El desafío no se limita ya simplemente a disponer de información de calidad, sino que integrar todas las áreas de actividad en un hub de datos empieza a ser un requisito mínimo para competir y en esa tarea, para acabar con la torre de Babel empresarial, emerge una nueva lengua franca en la tecnología, la de los sistemas de software y hardware libres. Estas son algunas de las ideas expuestas en el debate celebrado en la sede de la Fundación Pons y moderado por el periodista Sergio Martín, dentro de la serie Diálogos 4.0 de Atlas Tecnológico.

Toni Mas, CEO de Mas Ingenieros, abre la conversación afirmando que, aunque “los datos son para quien los quiere”, una empresa no puede desentenderse de ellos, necesita aprender a gestionar toda la información que genera. “Llevo muchos años tratando de evangelizar a la gente, los hechos están ahí”, afirma.

Durante décadas, uno de los softwares por excelencia para organizar datos ha sido y sigue siendo la hoja de Excel. Una de sus ventajas principales, señala Toni Mas, es que “el usuario con casi ningún conocimiento pueda generar su propio análisis”, y se convierte de ese modo en “autosuficiente”. Las hojas de cálculo son “un formato de intercambio de información maravilloso”, pero tienen limitaciones, ya que “más allá de configurarse en dos dimensiones, generan disfunciones por lo estático de la información. La automatización de esos flujos es relevante, hay que dar la oportunidad de que esas tablas se compartan o que cuando haya variaciones en un sistema el modelo descargue solo ese punto y no el fichero completo”.

Las empresas necesitan cada vez más que el flujo de información sea a tiempo real y lo más concreto posible. Esta es una de las posibilidades que plantea el metaverso, una tecnología que “ha llegado para quedarse”, según Mas. Así lo cree también Ezequiel Navarro, CEO de Premo Group, para quien el metaverso es una tecnología cuyo impacto todavía no conocemos completamente y nos puede aportar muchas sorpresas. Cita como ejemplo a la empresa onubense Seabery, que utiliza la realidad aumentada y realidad virtual para formar a soldadores submarinos, un proceso de aprendizaje que en circunstancias normales sería muy complejo.

“En lo que a la información se refiere, el metaverso va a ser una transformación, y en los gemelos digitales vamos a ver a operarios digitales maniobrando y aprendiendo con sus avatares”, explica Ezequiel Navarro. En Premo Group ya disponen de “gemelos digitales de todas las líneas que operamos, de forma que a la hora de construir una línea con un robot se ha ensayado primero con el gemelo digital, lo que permite poner en marcha la versión física a continuación sin fallos. Ahora vamos a meter también avatares que se va a comportar como el señor que se está entrenando”.

Para Miguel Ángel Ibáñez, consultor en transformación digital, y Pilar de Lara, CEO de MyEnergyMap, la tecnología del metaverso hoy en día no se puede a todos los sectores, sobre todo si se tiene en cuenta que la industria en España se conforma principalmente por pymes y pequeñas empresas. ​​”Es una tecnología que va a estar ahí, como el gemelo digital, y  que se pueden utilizar en el día a día, pero queda mucho camino por recorrer para llegar al metaverso en el mundo industrial”, explica Miguel Ángel Ibáñez.

Pero el hecho de que las pymes que forman el tejido empresarial mayoritario de España estén muy lejos de las nuevas tecnologías no deja de ser, en su opinión, “un problema estratégico, estamos en un momento de cambio. ¿Alguien se está parando a pensar en una estrategia? Hay que empezar en la empresa como un todo, no vale modernizarse por un lado y no por el otro”, indica el consultor.

Toni Mas por su parte considera que es importante “lanzarse y jugársela” en el caso del metaverso industrial, puesto que las tecnologías avanzan muy rápidamente y es muy fácil quedarse atrás en el mercado frente a otros competidores si no se da el paso. “Meterte en las nuevas tecnologías no te asegura el éxito, pero quedarte donde estás te asegura el fracaso”, augura.

Sin barrera de costes

Una de las claves del momento actual de la tecnología es que la barrera de entrada de los costes ha desaparecido en muchos ámbitos. Ezequiel Navarro destaca la pérdida de capacidad de imposición de los “sistemas propietarios”, que implican el pago de licencias por parte de las empresas clientes por usar los desarrollos de los proveedores tecnológicos. Nos hemos adentrado en la “democratización de sistemas”, hay un cambio de paradigma y se ha pasado de la exclusividad que vendían los proveedores a la digitalización y la compartición de diseños y programas, a la búsqueda de una «lengua franca» en tecnología que reside en el software y el hardware libre.

“La gestión empresarial hoy es digital, y los sistemas que nos permiten hacer esa lengua franca que son los conectores y sistemas de data analytics, con lo cual necesitamos gente con esa mentalidad digital en las compañías” recalca el CEO de Premo Group, que además insiste en que “la tecnología que necesitan las empresas es parametrización, sin programar, ya que lo que tengo que hacer es vender, no tener programadores”.

Hace unos años, muy pocas empresas confiaban en la posibilidad de ahorrar mediante un mejor control de los datos, explica Pilar de Lara, para quien, afortunadamente, “la tecnología está lo suficientemente madura como para que cualquier empresa pueda digitalizarse, recoger datos y ahorrar”. Un ejemplo de ello es que la pandemia ha obligado a muchas empresas a transformarse rápidamente y hacer de manera online actividades que siempre se habían hecho presencialmente.

Respecto a este cambio David Gobert, pone el foco en ciertos sectores como el del marketing, que siempre se ha desatendido de los datos, por ser un sector con un mayor componente emocional, pero que a día de hoy es de los que más información demanda. “Siempre que tengo una duda miro, el mercado”.

El desafío es convencer a las empresas tradicionales de perder el miedo y dar paso a la digitalización. Para Toni Mas el enfoque debe ser diferente según el tamaño y el sector de la empresa. “En España estamos muy acostumbrados a competir de una manera poco sana, tenemos que abrir la mente”, señala. Un ejemplo es el sector de la cerámica, en el que “es típico no mostrar tus máquinas a la competencia, aunque el proveedor y las máquinas son los mismos para todos”.

Para Miguel Ángel Ibáñez, también se trata de una cuestión de tener paciencia y una mirada global. “Muchas veces intentamos aplicar parches digitalizando cosas muy concretas y la empresa no ve el objetivo a largo plazo. Ellos quieren ver beneficios mañana, y muchas veces no quieren abordar el cambio”, destaca y añade además que “la gestión de los datos tiene que realizarse con criterio y cabeza, y eso muchas veces no lo hacen los empresarios”.

Pilar de Lara por su parte puntualiza que el factor económico es un lastre para muchas empresas que piensan que a la hora de digitalizarse se necesita una gran inversión inicial cuando no es así, pueden hacerse inversiones iniciales a la medida de cada negocio.

Detectar ineficiencias

“Nosotros monitorizamos los recursos energéticos como electricidad, agua o vapor, y lo llevamos a una plataforma de gestión energética donde ordenamos esos datos para visualizarlos y así poder tomar decisiones mejores y más rápidas”, dice la CEO de MyEnergyMap. “Disponer de esos datos para la empresa es un ahorro de tiempo, así como disponer de una estrategia para detectar posibles deficiencias para poder ahorrar.”

Para David Gobert, el tema siempre gira en torno a “eficacia, eficiencia y filososofía”. Es un problema de concepción global, explica, ya que “a una persona que tiene una empresa y tiene que tomar decisiones sobre muchos ámbitos (fábricas, recursos humanos…) le resulta más fácil tomar decisiones de inversión”. La conclusión es que al final hay un problema de barrera mental más que de tipo tecnológico.

Hoy en día no es difícil acceder a software para poder visualizar y monitorizar los datos, puesto que cada vez hay más software de uso libre que las nuevas empresas están explotando.

Pero si hay un aspecto en el que coinciden los cinco expertos es la necesidad de cambiar la mentalidad y acercarse más a la tecnología. Por una parte, es importante convencer a las empresas, y sobre todo a las gerencias, de la importancia de digitalizarse y de formar a sus trabajadores ya que de lo contrario “la ignorancia sale muy cara”, según Ezequiel Navarro.

Y, por otra parte, “hay una falta de enlace entre entre la comunidad educativa y lo que las empresas van a necesitar”, en palabras de Miguel Ángel Ibáñez. El sistema educativo tiene que cambiar y ser más transversal a la hora de preparar a los futuros especialistas, ya que de lo contrario algunos perfiles especializados serán muy buenos en algunos aspectos pero no tendrán una visión global que se demanda.