López Abadía (Estrella de Levante) en La Hora Premium: “El contacto directo con el agricultor nos ha hecho más sostenibles”
El director técnico de Estrella de Levante ha explicado en La Hora Premium las estrategias que lleva a cabo la cervecera murciana para tener un mayor compromiso con el medio ambiente y con el entorno, entre las que se incluye el cálculo de la huella hídrica y de carbono
Juan Antonio López Abadía, director técnico de Estrella de Levante.
El cambio climático nos plantea nuevos desafíos que van a comprometer el futuro de la economía y que nos obligan como sociedad a reaccionar por la vía de la innovación y la tecnología. Las empresas están cada vez más orientadas hacia la sostenibilidad, deben cumplir unos requisitos cada vez más intensos, pero deben hacerlo sin perder su rentabilidad, la viabilidad económica y la capacidad de competir en el mercado.
Juan Antonio López Abadía, director técnico de Estrella de Levante, lleva años especializándose en el ámbito de la sostenibilidad empresarial, y ha compartido en La Hora Premium las estrategias que está llevando a cabo desde hace años la cervecera murciana para ser más comprometidos con el medio ambiente y con el entorno.
Un ejemplo de esas prácticas es lo que López Abadía denomina como KM 0, es decir, que la materia prima esté lo más cerca posible. La cebada con la que se elabora la cerveza Estrella de Levante procede de la provincia de Albacete, y también del noroeste de Murcia. Se proporciona a los agricultores locales la semilla certificada y se seleccionan las mejores variedades para elaborar la cerveza.
“Tenemos contacto directo con el agricultor y eso nos ha ayudado a ver cómo podemos ser más sostenibles y mejorar nuestra huella de agua y de carbono”, explica López Abadía. En una plantación de cebada en campos de Cartagena, por ejemplo, se ha utilizado el propio cereal como filtro verde para reducir los nitratos del subsuelo y así también su aporte al Mar Menor, uno de los mayores causantes de la desgracia en la zona.
Además de contar con una materia prima lo más local posible, la cervecera también elabora su malta. Es, de hecho, la única compañía española del sector que consigue hacerlo en sus propias instalaciones.
La optimización de la huella hídrica es otro de los desafíos a los que Estrella de Levante ha dedicado más esfuerzos de innovación. “En el sureste, debido a las pocas lluvias, la escasez de agua es un problema, y por eso para nosotros su uso es muy importante”, apunta el directivo. A raíz de ello, en 2014 la empresa decidió calcular su huella hídrica, y se convirtió la primera empresa en Europa en certificarse en dicho cálculo.
“Somos capaces de conocer cuál es el consumo exacto de agua por cada litro de cerveza que elaboramos. Calcular y reducir nuestra huella hídrica supone trabajar codo con codo con los agricultores, ya que el 95% del agua con la que se produce la cerveza se emplea en los campos de nuestra cebada”, explica el ponente.
A raíz de conocer el gasto que se estaba generando, la empresa ha conseguido reducir la necesidad de líquido para elaborar un litro de cerveza en el proceso de fábrica y, si antes se empleaban once litros de agua, ahora son necesarios tres. Este avance ha permitido a Estrella de Levante cambiar la percepción de los habitantes de Murcia sobre su comportamiento ambiental, que ha mejorado hasta prácticamente triplicar el índice de aprobación.
Otro ejemplo de pequeña acción que lleva a cabo la empresa en el día a día pero que tiene un gran impacto es la reutilización de la levadura. “En el propio proceso de fermentación utilizamos nuestra propia cepa de levadura, y la reutilizamos hasta 4 o 5 veces. Finalmente se deshecha y se destina para la alimentación de cerdos, ya que después de un estudio elaborado con la Universidad de Murcia, el cerdo que come esta levadura obtiene una fuente proteica, y más tarde produce más jamón y menos tocino”, comenta López.
Eliminar las anillas de plástico de las latas de cerveza ha sido otro gesto que ha llevado a cabo la cervecera, por ser ese componente otro de los handicaps que encuentra la sociedad durante la gestión de residuos. Por eso, desde el año 2020, se están utilizando anillas de cartón.
Desde el punto de vista energético, Estrella de Levante ha trabajado para conseguir que el 100% de la energía que se emplea en sus procesos sea renovable. Como ejemplo, su depuradora construida en el año 2000, la primera depuradora biológica de Murcia, capaz abastecerse totalmente con energía renovable y que se sigue considerando un referente de innovación en el tratamiento de aguas residuales.
Se trata de un sistema de depuración con depósitos cilíndricos y verticales, sin procedimiento de consumo eléctrico. Según cuenta López, “utilizamos un método en el que las bacterias son capaces de transformar toda la materia orgánica del agua residual en biogas, el sistema de oxigenación no funciona con base eléctrica, solo se produce un coste en el bombeo de agua de salir. Nos permitió reducir nuestro consumo energético y al mismo tiempo, transformar ese biometano en energía, utilizada en los procesos de fábrica”.
Proyectos de sostenibilidad
Desde el 2008, la compañía ha implementado un departamento de Optimización de Energía, con el objetivo de implantar mejoras energéticas dentro del proceso de fabricación. Después de los cambios introducidos a nivel de fabricación, Estrella de Levante se ha centrado en proyectos de innovación que mejoran la cadena de suministro desde el punto de vista medioambiental con un cambio de procesos e inciden a su vez de manera positiva en la sociedad.
A través del proyecto Clima, la compañía trabaja junto a Cebas y Ferrovial para dar una segunda vida a los residuos provenientes de la elaboración de la cerveza. Con el biometano, en el futuro, podría abastecerse la flota de vehículos de recogida de residuos de la ciudad de Murcia, al mismo tiempo que se trata de una sustancia que ayuda a regenerar las tierras usadas para el cultivo de la cebada.
Biosoil por su parte surgió con el objetivo de desarrollar productos fertilizantes orgánicos, con características biofumigantes y bioestimulantes, construidos a partir de residuos procedentes de la fábrica, como pueden ser las partes sobrantes de bagazo, cebada o levadura.
Desarrollado también con Cebas, el tratamiento permite mejorar la calidad del suelo para futuros cultivos al añadir nutrientes necesarios para el crecimiento vegetal y conseguir un objetivo de valorización eficaz de residuos aumenta su rentabilidad.