Tumbar la torre de Babel de la innovación en España con más visión a largo plazo

Cuatro referentes en el debate sobre el modelo de innovación en España comparten sus reflexiones en el Collaborate de Málaga: José Manuel Leceta, Francisco Marín, Àurea Rodríguez y Felipe Romera
11 de octubre de 2023 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Tumbar la torre de Babel de la innovación en España con más visión a largo plazo
Francisco Marín, Àurea Rodríguez, José Manuel Leceta, Felipe Romera y Sergio Martín, durante debate en el Collaborate de Málaga. /FLITCUT

“El mundo actual va de competir”, afirma la directora interina de la filial Sur- Oeste del European Institute of Innovation & Technology (EIT), Àurea Rodríguez.“Los países se están comparando por su capacidad de innovación, de modo que la educación entra en juego”. Además del conocimiento, “necesitamos infraestructura, herramientas”, según dice “saber colaborar, competir y comparar es la clave para cualquier industria”.

Resulta crítico acertar con la estrategia porque “estamos en medio de una guerra tecnológica”. Las primeras economías del mundo son China, Indonesia, y otros países asiáticos, pero pone como ejemplo a los Estados del norte de Europa situados entre “las 10 primeras posiciones de los más innovadores del mundo, ya que lo están haciendo de manera efectiva y se especializan en algo en concreto”. Finlandia es “uno de los países más innovadores por su sistema educativo”, y Noruega y Dinamarca “se especializan en nuevas energías”. En 20 años, China “se convirtió en pionera en tecnología, tenemos que saber qué queremos ser de mayores”.

A juicio de Francisco Marín, socio de GED Conexus, vicepresidente de la comisión de I+D de CEOE y miembro del grupo de reflexión de Ametic, los europeos “debemos reconocer que estamos en terreno equivocado. Se creía que hacíamos buena ciencia, pero no pasábamos a la innovación. La verdad es que ni siquiera hacíamos buena ciencia. Hemos menospreciado el mecanismo de la colaboración. Creíamos que éramos el centro de la cultura científica”.

Considera que debemos ser capaces de “diferenciar bien las herramientas. Una política diferente es aquella que dibuja soluciones diferentes. España es uno de los países con la financiación más grande del mundo, pero está muy dispersa y no es clara. La gente no sabe dónde debe poner su proyecto. Es un problema de acertar en las herramientas y en la comunicación de esas herramientas”.

Francisco Marín recuerda que “somos el país número 30 de las escalas de innovación en el mundo. Estoy casi seguro de que estamos apuntando de forma errónea la innovación. España no es un desastre, tiene una oferta plural de mecanismos, pero no nos comunicamos bien”.

Según relata, España tiene “nueve ministerios con competencia directa con la innovación, de los cuales no hay comunicación entre ellas. Hay 26 entidades actuando por libre en un contexto destructivo y cerrado. Ya no es verdad que no tengamos dinero; ahora hay más dinero en España, lo que nos falta es método, organización y orden”.

Otro que hace cuentas es Felipe Romera, director general de Málaga TechPark, en cuya sede se organiza la primera jornada del Collaborate. “Hace 30 años España era el sexto o el séptimo país por PIB absoluto. Ahora estamos en el puesto 13 o 14, debido a que otros han corrido más, todo gracias a la innovación”.

“Al margen de que las empresas hagan innovación por sí mismas, el Gobierno no tiene ningún propósito para la innovación”, apunta con visión crítica. “Dicen que España es un país pobre, sin embargo, si se invierte en política de innovación eficaz, sería un país más avanzado. La innovación siempre se hizo con dinero público, es la clave. España no es un país innovador, y es porque el Gobierno no aporta debido a que le ha interesado poco la ciencia”.

“El matiz que deseo expresar”, añade el director de Málaga TechPark, “es que se necesitan grandes proyectos a largo plazo para contratar empresas. ¿Estaría bien mejorar los hospitales de este país? Por supuesto, pero no un proyecto de un mes, sino a largo plazo. Sin innovación y con contratos de proyectos de poco tiempo, no habrá futuro”.

Por último, el director del Instituto Innova Ricardo Valle, José Manuel Leceta, considera que “es importante colaborar, ser humildes y escuchar a las empresas, pues allí se encuentran los mercados internacionales. Si no hay negocio, no hay innovación”. Su receta consiste en “volver a las bases de la innovación, poner en la de base a los empresarios. Por lo tanto, escuchar a las empresas es clave, pues tienen la vida más difícil”. Hay que apoyarlas tanto cuando abordan la demanda actual y potencial, como cuando hacen frente a aquellas actividades “que también son disruptivas. No tenemos que trabajar siempre en el paradigma que conocemos, y se debe apuntar a la creación y escalar”.

A juicio de José Manuel Leceta, “nos falta una arquitectura de gobernanza de la innovación en España. Me atrevería a decir que, primero, falta un acto legislativo, una ley que marque la senda de los ámbitos de donde nos insertamos. Segundo, un acto de Estado: la creación de una autoridad para la innovación que ya existe en Estados Unidos e Israel. Y tercero, una red de institutos como el de Ricardo Valle”.

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