Las claves de Miguel Ampudia (Aenium) sobre la fabricación aditiva: «Hay que verla como un proceso»

El director de I+D de Aenium, una ingeniería líder en fabricación aditiva, insta a ir más allá de la máquina y entender que la tecnología abarca desde la fase de diseño hasta los materiales, la aplicación industrial y, sobre todo, el postproceso
24 de mayo de 2022 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Las claves de Miguel Ampudia (Aenium) sobre la fabricación aditiva: «Hay que verla como un proceso»

La fabricación aditiva permite realizar piezas que serían prácticamente imposibles con otros medios, con geometrías extremadamente complejas y materiales avanzados. Miguel Ampudia es director de I+D y metalurgia de Aenium, una ingeniería que desarrolla soluciones a través de ingeniería de materiales y tecnologías de fabricación avanzada Láser, y y considera que este concepto de producción “permite desarrollar productos en un menor tiempo, más complejos y con menos costes, así como la apertura de un mercado muy grande, como estamos viendo actualmente su uso en sectores de espacio, energía, defensa o industria. También facilita la descentralización, permite procesar aleaciones metálicas avanzadas y optimizar productos y aplicaciones”.

Hay dos grandes líneas en la fabricación aditiva, una de ellas dirigida a la fabricación de piezas convencionales o de prototipo rápido, que se basa en la producción de pequeñas series, de baja responsabilidad, en cuyo caso “no se ha producido un proceso de calificación industrial y no necesitan de capacidades internas de inspección y certificación metalúrgica. Este tipo de proveedores tienen una o dos máquinas y producen series rápidas, con lo que consiguen mejorar el precio del prototipo y el plazo de entrega”, marca Ampudia. 

La segunda línea de fabricación abunda más en el mercado italiano, alemán y americano, y consiste en el desarrollo de componentes y procesos con un valor medio alto, con elevados estándares de calidad para piezas de satélites, cohetes, aviones, centrales nucleares, implantes y tooling de industria. El experto incide en que “no necesariamente es más caro, nuestro trabajo es que sea mucho más efectivo en costes que las tecnologías habituales y que mejore. Si optimizamos la eficiencia de un motor de combustión de un cohete significa que consume un 13% menos, lo que hace que se gaste menos de combustible. Si se disminuye el peso y se mejoran las condiciones mecánicas de una pieza, ese peso es menos combustible y se producen ventajas directas”. 

En España, “el hándicap es que gran parte del ecosistema entiende la fabricación aditiva como una máquina, cuando no lo es. Se trata de un conjunto de procesos para que esa pieza funcione, entendiéndolo como fabricación avanzada”. Todo el desarrollo contiene una fase de preprocesos en la que se trabaja con la materia prima, seguida del propio proceso que implica a la máquina, y por último hay numerosos procesos posteriores, para dotar a la pieza de propiedades avanzadas como multimaterial, propiedades metalurgicas bajo demanda, tratamientos térmoquímicos e inspección .

“Aproximadamente el 20% de nuestro trabajo se enmarca en procesos de ingeniería de materiales, estudio metalurgico y definición de aleantes; el 50% de nuestro trabajo en Aenium está en el postproceso, calificación e inspección, y no para que sea más estética, sino que lo hacemos desde un punto de vista metalúrgico, tratamientos electroquímicos, termomecánicos, láser y de mecanizado para que pueda entrar en servicio; y únicamente un 30% en la fabricación industrial con nuestra planta de equipos Láser industriales y otros procesos de fabricación”, explica.

“Desarrollando aplicaciones y clientes en 3 continentes y más de 9 países, con una tasa de exportación muy alta identificamos que en España se suele asumir que la fabricación aditiva está unida a piezas de bajo requerimientos, muy cercana a la impresión 3D convencional, y no como piezas de responsabilidad esto es una anomalía con lo que pasa a nivel europeo o en EEUU en mercados en los que trabajamos. En mi opinión, el sector necesita incidir en entenderlo como un proceso de fabricación avanzada para la industrialización de componentes que requiere conocimiento sobre el proceso, ingeniería de procesado calificación y materiales”, afirma.

Respecto al futuro, Ampudia tiene claro que “la fabricación aditiva no ha venido a sustituir ninguna otra tecnología, sino que es un facilitador de nuevas necesidades y mercados de aplicaciones que ahora necesitan ser desarrolladas de una forma mucho más rápida, y efectiva en costes”. Al mismo tiempo vemos que se abren mercados muy grandes, como estamos viendo actualmente usos en sector de energía o de defensa”. Hay un crecimiento liderado por Estados Unidos y a día de hoy ya hay  plantas de cientos y decenas de equipos industrializando un único componente o una serie baja de componentes, con pocas referencias y muchas unidades.

El experto también señala que la fabricación aditiva ha venido para establecerse de una forma robusta, y que a nivel nacional su desarrollo será diferente “en cuanto el mercado español entienda las propiedades que pueda tener una pieza en fabricación aditiva puedan ser superiores a las fabricadas con otras tecnologías, o cuando note que la industria europea y la americana están solucionando problemas reales de costes, ya que las aplicaciones están creciendo cada vez más. Hay que entender que se está fabricando, no simplemente imprimiendo”. 

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