Más de 1.000 spin-offs deep tech en España llevan la ciencia a la sociedad

Según el informe 'El ecosistema de spin-offs deep tech en España 2025', de Mobile World Capital Barcelona, más de 1.000 empresas surgidas en universidades y centros de investigación están transformando conocimiento científico en soluciones para los grandes desafíos del país
María José Martínez
28 de octubre de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Más de 1.000 spin-offs deep tech en España llevan la ciencia a la sociedad

España está consolidando un ecosistema de spin-offs deep tech que se perfila como motor de transformación tecnológica, social y económica. Así lo refleja el informe ‘El ecosistema de spin-offs deep tech en España 2025’, de Mobile World Capital Barcelona, que analiza cómo estas empresas, nacidas en universidades y centros de investigación, convierten la ciencia en soluciones aplicadas a los grandes desafíos del país. A diferencia de las start-ups tradicionales, las spin-offs deep tech trabajan en la frontera del conocimiento: desarrollan tecnologías complejas, requieren largos periodos de maduración y elevadas inversiones, pero su potencial transformador es enorme y su contribución a las misiones estratégicas nacionales es decisivo.

El estudio identifica 1.007 spin-offs activas en España, un 3,6% más que en 2023. Predominan las empresas pequeñas, intensivas en conocimiento, capaces de generar empleo cualificado y reforzar la autonomía tecnológica del país. Cataluña y Madrid concentran más de la mitad de estas iniciativas, con un 28,2% y un 23,7% respectivamente, y se consolidan como los principales polos de innovación deep tech. La Comunidad Valenciana, Andalucía y País Vasco destacan también, cada una con especialización tecnológica vinculada a sus capacidades científicas e industriales.

Las universidades públicas lideran la incubación de spin-offs, responsables de más del 66% del total. La Universidad Politécnica de Madrid y el CSIC encabezan la lista, seguidos por la Universitat Politècnica de Catalunya, la Universidad de Alicante y la Universidad de Santiago de Compostela.

En cuanto a la especialización tecnológica, el 54% de las spin-offs se concentran en tres ámbitos: biotecnología (19,8%), TIC (17,4%) y salud (16,7%). Energía y recursos, Industria 4.0 y TIC son los sectores con mayores ingresos medios, mientras que Energía y TIC generan más empleo, con 28 y 16,5 trabajadores de media por empresa, respectivamente. En total, estas spin-offs aportan alrededor de 1.400 millones de euros en facturación y 13.456 empleos directos, datos que muestran su capacidad para catalizar talento, conocimiento y riqueza.

Una de las grandes novedades del informe es la introducción de una taxonomía misional, que clasifica a las spin-offs según su contribución a ocho grandes misiones de país: Vida saludable y autónoma, Economía circular y descarbonizada, Soberanía tecnológica y digitalización democrática, Alimentación sostenible, Ciudades neutras y movilidad inteligente, Cohesión social, Restauración del planeta vivo y Seguridad estratégica. Más del 70% de las spin-offs se alinean con tres misiones principales: Vida saludable y autónoma (33,8%), Soberanía tecnológica (27%) y Economía circular (10,9%). La nueva generación de spin-offs, surgida desde 2024, comienza a abordar misiones emergentes como ciudades climáticamente neutras o restauración ambiental.

Grandes desafíos

Sin embargo, estas empresas enfrentan desafíos importantes: financiación insuficiente en fases tempranas y de escalado, largos plazos de desarrollo, burocracia y la necesidad de equipos que mezclen ciencia y negocio. Para superar estos obstáculos, España ha reforzado programas de apoyo a través de venture builders, incubadoras, aceleradoras y fondos públicos y europeos, que facilitan el paso del laboratorio al mercado. Esta combinación de apoyo público y privado permite que las spin-offs superen “el primer valle de la muerte” y aumenten sus probabilidades de éxito.

A nivel europeo, España se consolida como un nodo emergente. Barcelona y Madrid destacan como hubs urbanos de deep tech, aunque aún lejos de Londres, París o Múnich en inversión y unicornios tecnológicos. Sin embargo, el crecimiento del capital invertido en tecnología, que pasó de 1.700 millones de dólares en 2005-2014 a 14.100 millones entre 2015-2024, refleja un ecosistema en maduración que empieza a competir en la liga europea. La combinación de universidades de prestigio, políticas públicas activas y capital privado especializado abre oportunidades para que las spin-offs deep tech españolas aporten valor y tengan capacidad de escalar.

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