Las empresas que más crecen invierten 2,6 veces más en intangibles

Un informe de Mckinsey pone números a la correlación entre la inversión en capital intelectual y humano y el crecimiento de los negocios y los países, hasta el punto de llegar a sugerir que, vistos los buenos resultados, tras la pandemia esta dinámica recibirá un nuevo impulso. El sector financiero y la industria avanzada se sitúan en cabeza en el estudio y España se sitúa a la cola
23 de junio de 2021 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Las empresas que más crecen invierten 2,6 veces más en intangibles

La consultora McKinsey llega a preguntarse si “estamos viendo el inicio de una nueva etapa en la historia del capitalismo basada en el aprendizaje, el conocimiento y el capital intelectual”, que explotaría conforme las economías se recuperan de la pandemia en forma de ola de inversión en activos intangibles para “dar nueva vida a la productividad y desbloquear un mayor potencial de crecimiento”.

El informe “Getting tangible about intangibles: The future of growth and productivity?” recién publicado por McKinsey Global Institute señala que durante los últimos 25 años, la inversión en activos intangibles ha aumentado constantemente su peso en la inversión total de Estados Unidos y diez economías europeas: Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, España, Suecia y Reino Unido. Si en 1995, la relación era de alrededor de 70/30 a favor de la inversión tangible, en 2019, había pasado a ser de 60/40. Y la tendencia “puede haberse acelerado durante la pandemia de COVID-19 en 2020 y principios de 2021”.

El hecho es que “las empresas que siguen esta tendencia de forma eficaz están superando a las demás”. La nueva encuesta de McKinsey revela que las compañías que más crecen, las situadas en el cuartil superior de crecimiento del valor agregado bruto (VAB) por sector en 2018-19, invierten 2,6 veces más en intangibles que las que menos crecen. “La brecha entre ellos aumenta entre cinco y siete veces en sectores como los servicios financieros donde la ventaja competitiva está anclada en el conocimiento”, afirma.

Según las estimaciones de la consultora, en el sector financiero se alcanza un ratio de inversión en intangibles sobre beneficios del 13,2% en las empresas con mayores tasas de crecimiento, 5,5 veces por encima del resto; en telecomunicaciones, el ratio de las primeras alcanza el 7,5%, 1,5 veces más; en la industria avanzada, es del 4,1%, 3,2 veces más; en energía, es del 7%, 0,9 veces más; y en comercio minorista es del 2,4%, dos veces más.

La mala noticia es que España se sitúa a la cola entre los países analizados por McKinsey. La media anual de inversión en intangibles sobre valor añadido bruto (VAB) en el periodo 1995-2019 es del 5,9%, por debajo de Suecia (12,2%), Estados Unidos (10,7%), Dinamarca (9,6%), Países Bajos (9,9), Reino Unido (10,2%), Austria (8,6%), Francia (10,1%), Finlandia (10,2%), Alemania (7,1%) e Italia (6,8%).

En cuanto a la participación media anual de la inversión en intangibles en el total de la inversión en el VAB, en España la inversión media en capital vinculado a la innovación fue el 2,2%, la menor de todo el grupo analizado, al igual que la inversión en data analytics (1,3%) y en capital humano y relacional (1,3%), mientras que en marca (0,8%) se sitúan por debajo Francia (0,6%) y Alemania (0,7%).

El informe insiste en establecer una correlación entre la inversión en intangibles y crecimiento del VAB. “Los sectores que más han invertido en intangibles —más del 12% de su VAB— han logrado un mayor crecimiento en VAB, más del 2,7% anual (28% más que otros sectores)”, acaba afirmando.

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad