La IA generativa ‘a examen’, la clave son sus respuestas

El CEO y fundador de Innolandia, Ángel Alba, insta a no obsesionarse con la cantidad de datos, sino con la calidad de las aportaciones de los sistemas artificiales
Mila Camurri
28 de noviembre de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
La IA generativa ‘a examen’, la clave son sus respuestas

Ángel Alba, fundador de Innolandia, ha presentado en el Collaborate Link the Dots Santander su keynote “Explorando modelos de negocio de #InnovaciónAumentada”. En ella abordado el proceso y éxito de un caso práctico centrado en la aplicación de la inteligencia artificial generativa (IAG) en el ámbito empresarial, así como ha puesto en relieve lo que supone la creación y desarrollo de un modelo de IAG que busca resolver problemas reales en los procesos industriales

Según ha dicho durante su intervención, “el 99,9% de las ideas no funcionarán tal y como las concebimos”, lo que significó el punto de partida para una ponencia desbordada de lecciones sobre cómo gestionar la innovación y tecnología en un entorno industrial. Ángel Alba también ha subrayado que “el proceso de innovación no es lineal, sino un ciclo continuo de prueba y error”. Por ello, ha propuesto que, frente a una idea, “lo primero es convertirla en un prototipo, no importa que sea imperfecto, sino probar su viabilidad”.

Una de las ideas transformada en proyecto, por el equipo de Ángel Alba, es Atenea, una IAG diseñada para ayudar en la gestión de procesos industriales. Según el experto, tras participar en el anterior Collaborate, en Zaragoza, Innolandia contactó con el Instituto Tecnológico de Informática (ITI) para comenzar una prueba del concepto, que había mantenido bajo llave.

Sin embargo, a pesar de que Atenea ofrecía respuestas, “no eran del todo acertadas”, lo que obligó a Innolandia a realizar ajustes en el modelo. El primer “gran aprendizaje”, según Ángel Alba, ha sido que “los datos disponibles no estaban preparados para ser utilizados en la IA”.

Además, “la creación del dato no era buena, y un modelo de IAGen necesita una estructura y enfoque adecuados”. Por ello, no solo era cuestión de entrenar a Atenea con datos, sino de “asegurarse de que los datos eran correctos y pertinentes para las necesidades de los usuarios”. Frente a ello, el equipo concluyó en que “el éxito de una IAGen no depende solo de su capacidad tecnológica, sino de su relevancia para los usuarios”.

Más tarde, la compañía decidió que sus clientes prueben la IAGen, lo que, según Ángel Alba, aportó un “resultado revelador”, debido a que notó que “los usuarios no hacen preguntas generales, sino que formulan preguntas relacionadas con su caso particular”.

La clave concluyó es que una IAGen debe evolucionar, no en función de la cantidad de datos que maneja, sino por su capacidad para responder a problemas concretos, y concluyó en que “los datos solo son útiles si resuelven una pregunta real del usuario”.

Luego, tras otra prueba, sus clientes ya preferían Atenea en vez de Chat GPT. No obstante, Ángel Alba no ha escatimado en detalles sobre los obstáculos que han enfrentado durante el proceso de desarrollo. Entre ellos, el equipo identificó cuatro problemas recurrentes: los encargados de un proyecto a menudo se ven sobrecargados al ser asignados a otros en simultáneo. Respecto a los equipos de innovación, suelen encontrar resistencia de otros departamentos para colaborar. A su vez, la falta de información relevante dificulta la toma de decisiones y, por último, los jefes de proyecto carecen de visibilidad en tiempo real del progreso del trabajo.

Asistentes personalizados

Tras identificar los conflictos, Innolandia ha desarrollado tres asistentes personalizados que trabajan en conjunto con Atenea. Uno de ellos se especializa en la planificación de proyectos, otro en el seguimiento del progreso y un tercer asistente se dedica a la gestión general del proyecto.

Ángel Alba ha asegurado que el proceso de creación de Atenea “ha sido un ejercicio de innovación constante” y ha afirmado que “el aprendizaje principal radica en que la implementación de una IAGen no es simplemente un proyecto tecnológico, sino uno de innovación de riesgo”. Por ello, asegura que “implantar un modelo de IAG requiere metodologías específicas y un enfoque basado en experimentos constantes”.

Para el experto, el éxito radica en la “capacidad de pivotar y adaptarse” frente a lo que “surge en el camino”. En el mismo sentido, el equipo de Innolandia ha aprendido a trabajar de manera iterativa, al ajustar sus modelos y metodologías según las lecciones que extraen de cada prueba.

A su vez, Ángel Alba ha afirmado que implementar la IAGen representa una oportunidad para las empresas de “mejorar su eficiencia y resolver problemas concretos”. Sin embargo, ha insistido en que este tipo de proyectos requieren un enfoque pragmático y basado en la realidad del usuario. “Al final, un modelo de negocio demuestra cómo una organización o producto entrega y genera valor”, señaló Ángel Alba.

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