La Comunidad Valenciana entra en la categoría de ‘innovador fuerte’ de la UE y se une a Cataluña, País Vasco, Madrid y Navarra

El European Innovation Scoreboard pone de manifiesto los avances de la UE en innovación pero también los retos fundamentales para reforzar su liderazgo tecnológico, en un contexto en el que España se mantiene como “Innovador Moderado”, con mejoras en digitalización y productividad, pero con debilidades en pymes, capital riesgo y activos intelectuales
María José Martínez
16 de julio de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
La Comunidad Valenciana entra en la categoría de ‘innovador fuerte’ de la UE y se une a Cataluña, País Vasco, Madrid y Navarra

La Unión Europea continúa progresando en materia de innovación, aunque persisten los retos frente a competidores globales, según el reciente European Innovation Scoreboard 2025. Los resultados de la UE en innovación han progresado de forma constante a largo plazo, con un aumento de 12,6 puntos porcentuales desde 2018. Sin embargo, el informe alerta de retrocesos preocupantes en ámbitos clave para el ecosistema innovador europeo. La colaboración de las pymes con otras empresas apenas ha avanzado (+0,9 puntos) y el gasto en capital riesgo ha caído un -23,6%, lo que evidencia dificultades en la financiación de la innovación. En total, 14 indicadores muestran descensos, cuatro de ellos superiores al 10%, entre los que también figuran la movilidad laboral en sectores de ciencia y tecnología (-23,5 puntos).

España, innovador moderado

España ocupa el puesto 15º entre los Estados miembros de la UE y el 19º entre los países de la UE y vecinos, y se sitúa como un “Innovador Moderado” en el ranking europeo. El país presenta fortalezas relativas en indicadores como ventas de innovaciones nuevas para el mercado y para la empresa, productividad de los recursos y proporción de individuos con competencias digitales generales superiores a las básicas. Sin embargo, las debilidades persisten en áreas estratégicas como exportaciones de servicios intensivos en conocimiento, pymes que introducen innovaciones en procesos empresariales y empleo en empresas innovadoras.

El análisis regional revela un paisaje muy diverso. Mientras que Cataluña destaca como Innovador Fuerte y es la región mejor posicionada en 2025, otras cuatro comunidades autónomas alcanzan también el grupo de Innovadores Fuertes: País Vasco, Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y, por primera vez, la Comunitat Valenciana. Solo estas cinco regiones superan tanto la media europea (100%) como la nacional (92,7%).

Desde 2018, se han observado aumentos significativos en el uso de cloud computing, el gasto en capital riesgo y la movilidad laboral de recursos humanos en ciencia y tecnología. Sin embargo, algunos indicadores estratégicos han registrado fuertes caídas, como el número de nuevos titulados de doctorado, solicitudes de diseños industriales y patentes PCT.

El país muestra leves señales de progreso: la máxima diferencia regional se ha reducido de 52 a 40 puntos porcentuales, y varias regiones han ascendido de categoría. Galicia (+17,9 puntos) y Castilla y León (+20,3 puntos) lideran el avance entre 2018 y 2025, mientras que Extremadura, Canarias y Castilla-La Mancha han pasado de ser Innovadores Emergentes a Innovadores Moderados.

Panorama desigual en la UE

Esta última edición del EIS revela cambios significativos en los resultados nacionales: trece Estados miembros mejoraron su puntuación desde el año pasado, destacando Malta (+7,6 puntos) y Luxemburgo (+5 puntos) con los mayores incrementos anuales. Desde 2018, todos los países de la UE han impulsado sus resultados, aunque con avances desiguales, desde un modesto +0,9 puntos en Luxemburgo hasta un notable +30 puntos en Estonia.

Entre los países líderes, Suecia recupera su posición como principal innovador de la UE, gracias a avances en aprendizaje permanente, gasto en I+D empresarial y uso de la cloud computing. Irlanda se consolida como Strong Innovator tras crecer 13,3 puntos porcentuales, con puntos fuertes en productividad de CO₂, colaboración con pymes y cloud computing. El informe revela un panorama regional desigual, aunque con una brecha de innovación cada vez menor entre las regiones de rendimiento superior e inferior.

Entre 2024 y 2025, la UE mejoró en cinco dimensiones y retrocedió en siete. Los mayores avances se registraron en inversiones en tecnologías de la información (+14,5 puntos), productividad de los recursos (+12,4 puntos) y digitalización (+9,7 puntos). El salto en inversiones tecnológicas se explica, en gran medida, por un aumento de 35,7 puntos en el uso de cloud computing por parte de las empresas, acompañado de un incremento del 5,9 puntos en el número de especialistas TIC.

En el ámbito de la digitalización, destaca el crecimiento del acceso a internet de alta velocidad (+17,7 puntos), que mide la proporción de hogares con conexión de muy alta capacidad, así como un modesto aumento en las competencias digitales básicas de los ciudadanos (+3,8 puntos).

Caída en innovación en pymes

La dimensión de conexiones sufrió un retroceso notable de -10,1 puntos, y la colaboración de las pymes innovadoras con otras empresas apenas subió un 0,9 puntos. Otra área crítica fue la de innovadores, con una disminución de -7,5 puntos. Las pymes que introducen innovaciones de producto cayeron -12,2 puntos, mientras que las que innovan en procesos empresariales retrocedieron -3,2 puntos.

Entre los mayores descensos figuran el gasto en capital de riesgo (-23,6 puntos) y la movilidad laboral en sectores de ciencia y tecnología (-23,5 puntos), lo que refleja un debilitamiento de la actividad innovadora, especialmente en pymes.

Así, la UE sigue rezagada en áreas críticas: es la última en colaboración de pymes innovadoras con otras empresas, ocupa la 10ª posición en solicitudes de marcas y ha sido superada por China en el apoyo gubernamental directo e indirecto a la I+D empresarial.

Según el informe, los ecosistemas de innovación de alto rendimiento fortalecen la capacidad de recuperación económica e industrial, un elemento esencial ante crisis como la pandemia, la guerra de Ucrania y las tensiones geopolíticas. En este contexto, subraya la necesidad urgente de diversificar suministros y reforzar la autonomía tecnológica.

Aunque la UE y España han logrado avances en innovación, todavía quedan retos estructurales por resolver. El progreso en digitalización, productividad y algunas regiones españolas es prometedor, pero las debilidades en colaboración empresarial, activos intelectuales y capital de riesgo evidencian un ecosistema de innovación que requiere reformas profundas. En un mundo cada vez más fragmentado, la capacidad de innovar y resistir impactos externos será fundamental para garantizar la prosperidad y la soberanía tecnológica de Europa y España en las próximas décadas.

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