Innovación y sostenibilidad, la clave de Granja de Desarrollo Ovino AGM para el bienestar animal

La Granja de Desarrollo Ovino AGM supone un concepto diferente de explotación ganadera y se caracteriza por la continua innovación en los procesos y la calidad de vida de los animales. Se trata de la primera granja intensiva de España con certificado de bienestar, cuenta con 3.000 ovejas y elabora productos de consumo como carne, leche, queso, pero también de cosmética natural.

Cuando empezó el proyecto Alberto García, el director, se planteó que el sector debía profesionalizarse y tener una estructura totalmente empresarial, donde se pudieran analizar en todo momento los costes e ingresos de los aspectos que concurren en una explotación ganadera. 

“El sector primario ha sido tradicionalmente productivo y sin esa filosofía de investigar que nosotros le hemos ido dando. Ahora mismo sin una visión y sin tecnificar los procesos no se puede llegar a ser un sector estratégico en ningún país”, explica García.  

Para llegar a construir un proyecto de innovación como este hay que tener claros cuáles son los elementos más importantes. El director destaca que “la alimentación y la sanidad siempre han sido los pilares básicos de una granja para los veterinarios”, aunque incide también en el bienestar animal junto con la necesidad de tener unos operarios formados. 

“Los procesos son muy rudimentarios y hay que hacer un esfuerzo físico considerable por un sueldo normal. Yo intento formar equipos muy profesionales porque esa inversión más adelante supone una reducción de costes”, comenta el director. 

Un lastre para el sector primario reside en la falta de inversión y de apoyo por parte de las empresas tecnológicas, que poco a poco ven que el sector ganadero también puede digitalizarse. “Es cierto que seguimos siendo una granja con menos tecnología que cualquier otra empresa, pero también es dado a que no hay nada genérico, no hay ejemplo para seguir. Muchos fondos de inversión están empezando a introducirse en la agricultura, falta que lo hagan también en la ganadería y en la producción láctea, pero todavía no hay granjas como las nuestras, que tengan ya analizados todos sus procesos”, explica Garcia. 

Los objetivos de futuro de Granja de Desarrollo Ovino AGM giran en torno a crecer en personal y habilitar una sala de ordeño nueva con máquinas autómatas, pero la crisis del cereal y la subida de costes de muchas materias primas ha obligado a retrasar los planes. Para García lo más importante es “digitalizar, automatizar procesos y que esta profesión empiece a ser considerada una industria con procesos productivos”. 

En los últimos 5 años han proliferado en la villa de Olmedo (localidad donde se ubica la finca) la aparición de multitud de nuevos comercios, como establecimientos hoteleros, hostales, casas y apartamentos rurales. 

Aprovechando esta circunstancia, se pretende reforzar la línea comercial de carne y productos derivados de la leche mediante su venta a diferentes establecimientos tales como restaurantes, carnicerías, tiendas de productos de la artesanía alimentaria, y también convertir el espacio en un complemento turístico para la localidad. 

Innovación en Granja AGM 

Son muchas las implementaciones tecnológicas que se han ido incorporando a la explotación  en sus 20 años de recorrido. Mediante un sistema informático se consigue controlar y disminuir la emisión de amoniaco y otros gases nocivos, tanto para la salud de los corderos como para la de los humanos. Este sistema informatiza los procesos del manejo diario del ganado en la explotación, así todas las acciones que se realizan en ella tienen su reflejo en las pantallas táctiles instaladas, de forma que se pueden analizar, evaluar e imputar su coste a cada una de dichas acciones, de manera que en todo momento se sepa el coste y la rentabilidad de la explotación.

Todos los datos que se recogen en la explotación de fertilidad, prolificidad, árboles genealógicos y animales tratados son incorporados a una base de datos genética a través de Pda con lector de microchip. Estos datos son pasados al ordenador mediante sincronizaciones y con ellos se analiza cuáles son los animales más productivos y que deben de ser los elegidos para que sus hijas se queden como futuras reproductoras tanto para granja o para otras explotaciones de Europa.

Para que sea un lugar sostenible y en el que se trabaje en el bienestar de los animales, la alimentación que se les proporciona a las ovejas es clave, sin el uso de antibióticos y diferente a la de otras explotaciones. Además de los alimentos tradicionales como alfalfa, cebada, maíz y soja, se utilizan subproductos de la industria alimentaria: el bagazo de la cerveza, el tofu que sale de la fermentación de la soja, los hollejos de la uva tras la vendimia, o la pulpa de los cítricos al producir zumos. Se trata de una dieta muy complementaria y que además permite reducir costes, ya que a día de hoy el precio de los cereales es muy elevado.  

El ecosistema generado en el espacio es otro punto fuerte en la granja. A base del cultivo de plantas aromáticas y medicinales en la zona se ha conseguido filtrar el aire de fuera, y hacer cortinas biológicas con las que atraer a insectos polinizadores y eliminar otros como la mosca. De esta manera los animales consiguen mantenerse sanos.  

Por último, la habilitación de espacios recreativos, poner música a las ovejas y a los corderos o que los operarios vayan vestidos de los mismos colores (naranja y azul) son detalles sencillos pero que contribuyen al bienestar animal ya que, como explica el director Alberto García “al estar más tranquilos y felices producen más”.