Hacia un nuevo modelo de innovación

Tras haber pasado una pandemia, una crisis de las cadenas de valor, la caída de stocks de componentes clave para las industrias más relevantes en cuanto a PIB y generación de empleo, no tiene sentido plantearse resetear la economía si no se da, al mismo tiempo, un reseteo de los sistemas de innovación. Los datos hablan por sí solos, España es un país moderado en cuanto a la actividad de I+D, lo que se traduce en una baja actividad de generación de valor y los sistemas actuales de innovación a nivel no ayudan a aumentar posiciones.

Nuestros sistemas de innovación, con una clara carga burocrática para el reconocimiento de productos y procesos innovadores, las insuficientes ayudas dirigidas a fomentar el apoyo de los agentes de innovación a las empresas y un planteamiento erróneo y deficitario de incentivos fiscales, no nos permiten competir con sistemas de innovación eficientes, eficaces y tractores del norte de Europa.

Necesitamos posicionar a la empresa en el centro de los sistemas y al resto de agentes a trabajar y capacitarse para ellas. Cada agente en su rol: los organismos de investigación deben seguir generando conocimiento que se traduzca en actividad investigadora con artículos de impacto, que atraigan el talento pero que sobre todo retengan el que generamos en nuestras propias universidades, necesitamos clústers universitarios posicionados en tecnologías claves que permitan aunar la excelencia científica por temáticas, necesitamos capacitar a los centros tecnológicos y evitar su descapitalización estableciéndose puentes entre la generación de conocimiento y su aplicación en empresas con financiación pública que fomente el contrato directo y a empresas y administraciones públicas tractoras de los sistemas. Necesitamos un proyecto de país en el que no se entienda una política económica independiente de una política de innovación y con un objetivo común: la innovación como fuente de generación de valor y prosperidad económica y social.

En CARTIF trabajamos para que así sea. El centro tecnológico lleva 30 años buscando la mejora de los procesos de las empresas e innovando en diseño y desarrollo de productos orientado principalmente al mercado regional de Castilla y León en el que se encuentra ubicado, ejecutando hasta el momento más de 1000 proyectos innovadores con empresas.

El potencial innovador del centro reside en la capacidad de hacer pivotar a las principales tecnologías habilitadoras en una variedad de sectores. Así el centro se basa en la robótica y la visión artificial, en la inteligencia artificial, en la biotecnología y en el control de las propiedades alimentarias para satisfacer las necesidades del sector industrial, energético, de la salud y agroalimentario. En el año 2023, el centro tiene en marcha un total de 90 proyectos con impacto directo sobre la industria de los sistemas de innovación a los que pertenece y colabora con más de 200 empresas e instituciones, teniendo la mayoría de ellas centro de trabajo en Castilla y León.

Trabajamos estrechamente con el gobierno regional, a través del Instituto de Competitividad Empresarial, sobre la base de que la innovación debe ser el centro de las políticas económicas orientadas al crecimiento y a la generación de riqueza para las empresas de la comunidad y promueve su política de atracción de talento en los titulados de la Universidad de Valladolid, ofreciendo además estabilidad laboral basada en una carrera profesional centrada en innovación tecnológica.

Así mismo, el centro actúa de palanca sobre la innovación formando parte de los clústeres regionales: FACYL, VITARTIS, SIVI, AEICE y CBECYL. Además desde hace una año pone a disposición del resto de centros tecnológicos de Castilla y León todo su know-how sobre procesos innovadores, a través de la reciente creada red de centros tecnológicos de castilla y León, NODDO.

Algunos de los proyectos más innovadores del centro con impacto en la región actualmente en ejecución son:

-Brazo robótico para terapias de rehabilitación y aplicaciones para analizar los resultados de las terapias aplicadas.

-Industrialización de snacks saludables a base de proteínas vegetales.

-Procesos de reciclado de residuos plásticos y textiles.

-Control de calidad en procesos industriales singulares utilizando la tecnología de visión artificial.

-Herramienta para la planificación y el mapeado de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos.

Nuevo fertilizante a base de biomasa forestal.

Sergio Sanz es subdirector general de Cartif