«Habrá ganadores y perdedores regionales en la transición verde», demoledor informe publicado por Bruselas

El documento "Regional Vulnerability to the Green Transition", que firman Andrés García-Pose y Federico Bartalucci, advierte de que el 70% de los planes ecológicos se centran en las áreas metropolitanas y eso, unido a posibles efectos asociados como la migración cualificada y la reasignación de activos económicos, ampliará la brecha entre regiones, con España en una posición delicada
Equipo Atlas
7 de noviembre de 2023 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
«Habrá ganadores y perdedores regionales en la transición verde», demoledor informe publicado por Bruselas
Mapa del Índice de Vulnerabilidad a la Transición Verde.

“Habrá ganadores y perdedores regionales”, dice el informe “Regional Vulnerability to the Green Transition” que firman Andrés Rodríguez-Pose y Federico Bartalucci, publicado en Single Market Economic Papers de la Comisión Europea. El documento incluye un Índice Regional de Vulnerabilidad de la Transición Verde que proyecta una imagen preocupante de nuestro país en el contexto europeo.

“El índice saca a la luz fuertes variaciones regionales en la vulnerabilidad, con regiones menos desarrolladas, periurbanas y rurales del sur y este de Europa más expuestas a los cambios previsibles provocados por la transición verde”, afirman los autores, que alertan del “posible aumento de focos de creciente descontento verde, especialmente si la transición verde contribuye, como probablemente será el caso, a dejar más atrás a las regiones que ya están rezagadas”.

La Unión Europea (UE) adoptó en 2020 el Pacto Verde Europeo dirigido a lograr que no se produzcan emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 y a propiciar un crecimiento económico desvinculado del uso de recursos. Junto con los límites previstos en el Acuerdo del Clima de París debería frenar el cambio climático y sus efectos negativos.

“En la literatura sobre el cambio climático, el discurso sobre la desigualdad suele estar vinculado a los costes de la inacción para combatir el cambio climático y sus efectos asociados de aumento de la desigualdad en los ya desfavorecidos”, apunta el informe.

Sin embargo, “poco se ha dicho sobre las posibles externalidades negativas de las políticas de transición verde, como las destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, pese a que “están destinadas a remodelar los sectores productivos, desde los alimentos hasta la energía, la industria, la vivienda y la movilidad”.

Después de la crisis de 2007-2008, la convergencia económica regional ha seguido trayectorias diferentes en la UE. Algunos países de Europa central (y, en particular, Polonia) han avanzado, pero muchas zonas del sur de Europa y antiguas regiones industriales se han estancado. Además, las brechas entre las grandes ciudades y las zonas rurales también se han ampliado.

“Este estancamiento económico y la divergencia resultante pueden constituir una amenaza real para el progreso económico y la cohesión en toda Europa. Muchas regiones europeas están inmersas en una trampa de desarrollo, es decir, tienen un rendimiento inferior al de otras similares y a sí mismas en el pasado”, advierte el documento.

En primer lugar, la transición verde tendrá impactos más directos en aquellas regiones donde se concentra la producción de energía “marrón” (especialmente el carbón), tanto para los mercados europeos como internacionales. Los impactos indirectos del Pacto Verde Europeo estarán relacionados con una mayor movilidad de factores y de la reasignación de activos económicos y sociales, “que pueden seguir a la probable concentración de tecnologías verdes, empleo e innovación en regiones y ciudades con dotaciones más adecuadas para la absorción de capital y mano de obra dirigida a actividades económicas sostenibles”.

“La concentración de oportunidades y conocimientos en áreas más prósperas asociadas a la transición verde puede acelerar el ritmo de la migración cualificada desde regiones vulnerables y rezagadas, especialmente en los escalones más altos de la escala de habilidades”, añaden los autores. “El resultado no será sólo un aumento de la divergencia regional, sino también un creciente descontento en lo que ya son sociedades altamente polarizadas internamente”.

Mapa con la relación del Índice de Vulnerabilidad a la Transición Verde por ingresos.

Por último, la transición verde puede redirigir las inversiones de capital hacia regiones y ciudades donde las condiciones previas en términos de infraestructura, habilidades y gobernanza sean más favorables. Las áreas metropolitanas ya son los principales objetivos de inversión para las políticas de mitigación climática. Las ciudades son destinatarias de alrededor del 70% de todos los planes de acción ecológicos.

En toda la UE, las áreas metropolitanas representan el 55% del gasto y el 64% de la inversión pública en acciones climáticas y ambientales. Como se ha visto en otras transiciones, como la digital, “las regiones europeas rezagadas a menudo han luchado por beneficiarse de las fuerzas del mercado que deberían haber llevado a una reasignación de la actividad económica”.

En cuanto a la estructura económica, la transición verde remodelará principalmente cinco amplios sectores: energía, agroalimentación, industria, vivienda y transporte, que pueden sufrir “shocks basados en la presencia o ausencia de habilidades verdes, como habilidades de ingeniería para la conceptualización e implementación de tecnología, y habilidades gerenciales para ejecutar y monitorear prácticas ambientales”.

Dublín, Bratislava, Copenhague, Madrid, Isla de Francia, Berlín, Bucarest o Praga, entre otras, parecen sustancialmente menos vulnerables que las zonas vecinas a la transición verde. “La menor vulnerabilidad de las ciudades plantea interrogantes sobre el fundamento de la concentración de inversiones de capital destinadas a mejorar la adaptación a la transición verde en las ciudades”, dice el informe.

En segundo lugar, “muchas regiones rezagadas de Europa central y oriental, el sur de Italia y la Península Ibérica (incluidas la mayoría de las regiones menos desarrolladas, la tipología en la categoría de inversión de cohesión más alta de la UE) emergen como mucho más vulnerables a la transición verde”. El 72% de las regiones en transición del carbón (regiones con al menos 100 empleos en la industria del carbón) muestran puntuaciones superiores al promedio en el índice. Entre ellas se incluye Castilla y León.

Existe una fuerte correlación negativa entre el índice de vulnerabilidad de la transición verde y el PIB per cápita regional. Las regiones más pobres de la UE tienen puntuaciones más altas en términos de su vulnerabilidad potencial a la transición verde.

Si bien las regiones más pobres son más vulnerables a los impactos regionales de la transición verde, no se puede decir lo mismo de la mayoría de las regiones que han sufrido un estancamiento significativo recientemente. La correlación entre el índice de vulnerabilidad de la transición verde y el índice de la trampa del desarrollo es mucho más débil, aunque se vuelve marginalmente más significativa en los países de la UE15.

Las regiones con riesgo bajo y medio-bajo de estancamiento y declive económico también muestran niveles más bajos de vulnerabilidad a la transición verde, pero las que muestran un riesgo medio-alto son mucho más vulnerables. Este grupo de regiones, que comprende, por ejemplo, Cerdeña, la región central de Portugal y Andalucía, “que están destinadas a sufrir más el doble desafío del estancamiento económico y la vulnerabilidad asociada a las transformaciones socioeconómicas impulsadas por la transición verde”.

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