Gemelos Digitales y Sistemas Complejos
La serie LEM-GED continúa, con la conversación entre una empresa y su gemelo digital. En esta entrega reflexionan sobre un tema clave: un gemelo digital de empresas tiene que extenderse transversalmente para multiplicar las oportunidades de innovación de su empresa gemela, y ayudarla a mejorar sin límite
—Al fin y al cabo, LEM, todas las empresas estáis sujetas a los mismos problemas —reflexiona GED mientras pasean por la playa—. Una empresa es una entidad capaz de evolucionar de forma autónoma, que cada día decide el camino que desea seguir. Todos los sistemas de este tipo (que se llaman sistemas complejos) comparten ciertas reglas, ya sea una humilde célula, un ratón, una empresa o una nación entera. Las reglas de los sistemas complejos afectan a todos ellos y siempre están ahí, como la ley de la gravedad. En esas reglas hay tres factores que son críticos para la supervivencia, y que ya te comenté hace unos días: la primera es eficiencia e integración de procesos internos; la segunda es capacidad evolutiva y la tercera diferenciación. Esto seguro que te suena porque te afecta también a ti; lo vives todos los días; si no eres eficiente, innovador y flexible, no tendrás futuro.
El problema que yo me planteé hace años es: ¿puedo crear una solución universal para cualquier empresa que aborde esos tres factores de forma generalizada? ¿Puede GED ser un gemelo digital de cualquier LEM, sea quien sea? Esto significaría que, en cualquier empresa, yo debería adaptarme para hacer aquello que ella necesita. Voy a ponerte dos situaciones distintas para aclarar esto:
Empresa grande: Imagina que eres una empresa con una potente infraestructura de sistemas y los mejores productos de los mayores fabricantes. ¿Qué debo hacer yo entonces? Integrarme con ellos y construir eficiencia transversal (interconectar procesos con reglas inteligentes), aumentar la automatización, incorporar diferenciación competitiva para soportar productos más complejos o nuevos canales, etc. Haría aquello que es difícil para los grandes fabricantes.
Empresa pequeña: El caso contrario: tienes algunos sistemas, pero hay muchos huecos en tu organización, demasiadas tareas manuales, falta de integridad de la información, etc. En este caso, yo me convertiría en los sistemas que no tienes y me integraría con el resto. Mi capacidad adaptativa ilimitada me permitiría hacer eso.
Lo más importante es que, da igual qué empresa eres y cuál es tu nivel de digitalización, yo puedo integrarme colaborativamente con toda tu organización para mejorar los tres factores críticos para tu éxito.
—Pero, llevado a la práctica, ¿qué significa eso? ¿Cómo mejoras los tres factores? —pregunta LEM.
—Como decía, para mejorar tu futuro tienes que ser más eficiente e integrado, más innovador y diferencial y evolucionar más rápidamente —contesta GED—, porque esto significa tener una mejor tensión respecto del mercado y poder ser más creativo. Recuerda cuándo me llamaste por primera vez; justo era porque estabas metido en una innovación fuerte, y los sistemas de información que tienes no te ayudaban. Tu visión fue clara: no los puedo evolucionar (demasiado lento y caro), pero puedo llevar la innovación a un sistema distinto, que recoja todos los nuevos procesos y se integre con mis sistemas actuales. Si eso lo haces con un GED, te garantizas que vas a poder innovar sucesivamente sin límite. Y aquí hay dos palabras muy importantes: sucesivamente, que significa que vas a iterar muchas veces para incorporar cada vez más innovaciones y mejoras, y sin límite, que quiere decir que, da igual lo que se te ocurra, lo podrás incorporar. Nunca será GED un límite a tu creatividad empresarial, sino un impulsor.
Una situación que me encuentro con frecuencia es que las innovaciones son transversales: afectan a la vez a muchas áreas de negocio, a muchas aplicaciones informáticas o a muchos servicios cloud. Cuando te pones a innovar en serio, necesitas esa capacidad de extender los límites, dejar de pensar en vertical y conectar piezas que antes parecían separadas. Y, por otro lado, cualquier modelo innovador va a tener reglas de negocio propias que no vas a poder incorporar a tus sistemas informáticos existentes con facilidad, pero que necesitan estar ahí. Es por eso por lo que yo ocupo un lugar tan relevante en tu empresa.
—Gracias, GED —responde LEM con admiración—. La verdad es que plantear innovaciones contigo se convierte en un trabajo de co-creación; tú aportas una libertad de pensamiento y actuación que es esencial para el negocio. Vamos a seguir charlando mientras nos comemos una langosta en el puerto, ¿te parece?
—Por supuesto, LEM, pero tú invitas, ¡claro!
Alfonso Díez es CEO y fundador de UGROUND
Anteriores entregas de la serie:
Gemelos digitales: redefiniendo el valor de la empresa