¿Es el capex el nuevo M&A? (Y qué supone eso para nuestro ecosistema emprendedor)

La participación de los gigantes tecnológicos en operaciones de fusión y adquisición de empresas se desploma, mientras se disparan sus gastos de capital, según se ha puesto de manifiesto en la Private Innovative Company Conference de Goldman Sachs, una llamada de atención sobre las incertidumbres que todavía rodean a la inteligencia artificial y sobre los riesgos de impulsar un emprendimiento no basado en la tecnología
Eugenio Mallol
24 de noviembre de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
¿Es el capex el nuevo M&A? (Y qué supone eso para nuestro ecosistema emprendedor)

«Para las grandes tecnológicas, ¿el gasto de capital (capex) es el nuevo M&A (fusión y adquisición)?» Es una de las slides que más atención han captado en la Private Innovative Company Conference de Goldman Sachs celebrada esta semana. En lugar de apostar por las compras de empresas, las grandes tecnológicas han aumentado significativamente sus gastos de capital en el tercer trimestre, lo que refleja hacia dónde se dirige su enfoque estratégico en la expansión de la infraestructura de inteligencia artificial (IA).

Amazon ha incrementado sus gastos de capital en un 44%, hasta los 22.000 millones de dólares, según las cuentas de Markit en Seeking Alpha. En el caso de Alphabet, han aumentado un 35%; en el de Microsoft, un 34%; y en el de Meta Platforms, un 21%. En total, el gasto de capital de las cuatro compañías ascendió a 58.860 millones de dólares en el tercer trimestre, frente a los 36.950 millones de dólares del año anterior.

“La brecha entre el gasto de capital y el gasto en fusiones y adquisiciones de megatecnología realmente se ha ampliado hasta ser la mayor que jamás hayamos visto”, declaraba a la CNBC el codirector global de Software Investment Banking de Gloldman Sachs, Ryan Nolan. “Hace un año, la IA era un producto aspiracional, hoy los mercados están increíblemente focalizados en el ROI, generación incremental de ingresos y en ahorro de costes”, añadía, sentada a su lado, Jane Dunlevie, directora de Internet Investment Banking de la misma entidad.

“El ciclo de la IA hace que las empresas tecnológicas prefieran invertir su dinero en infraestructuras en lugar de en nuevas empresas de IA, que están ganando terreno rápidamente y luego perdiendo fuerza con la misma rapidez”, escribe Martin Peers. Esto ha provocado el inusual dato de que las firmas de capital privado hayan protagonizado más de la mitad de las fusiones tecnológicas de 500 o más millones de dólares, que se han disparado un 59% este año. Las grandes tecnológicas, en cambio, han reducido su presupuesto en fusiones y adquisiciones un 56%.

Amazon acaba de invertir otros 4.000 millones de dólares en Anthropic, pero son gastos de capital para garantizar que sus servicios en la nube tendrán los chips que permiten ejecutar los modelos LLM, base de la IA generativa. Anthropic ha dicho que usará los chips de IA desarrollados internamente por Amazon como parte del acuerdo, lo que garantiza que el dinero fluirá de vuelta a la empresa de Jeff Bezos, siempre que no se opongan los reguladores antimonopolio. Esto le servirá para seguir desarrollando sus propios LLM, como Olympus.

Según Ryan Nolan, después de lo visto en la Private Innovative Company Conference, el año 2025 se desarrollará en un contexto de “actividad más estratégica” que la vivida en años anteriores. “La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿cuándo empezaremos a ver acuerdos nativos de IA? Es todavía muy pronto en este ciclo tecnológico para saber quién está ganando y quiénes serán los líderes clave en esta tecnología. La infraestructura de IA es una ventaja competitiva clave en este momento, donde la gente se siente muy cómoda invirtiendo”, concluye.

Hace unos meses, en el marco de la World Petrochemical Conference, el ya expresidente del gigante químico BASF, Martin Brudermüller, criticaba que “Europa está dedicando grandes paquetes de dinero para financiar el capex”, mientras que “la aproximación de Estados Unidos se dirige más al opex, es una visión muy pragmática”. La realidad demuestra que en sectores de alta tecnología no hay reglas escritas. Pese al boom de los modelos de venta de servicios por suscripción y as a service, estamos asistiendo a un fenómeno histórico: el volumen de inversión en plantas industriales en Estados Unidos triplica hoy al de 2019.

Hace un año, en un evento, un aventurado pequeño inversor me decía que estaba buscando oportunidades en el ámbito de la IA. “¿IA en general?”, le pregunté. Es un síntoma, como las declaraciones de Brudermüller, del despiste europeo sobre cómo hacer frente al desafío tecnológico, cómo recortar distancia respecto de los que ocupan los primeros puestos.

La llamativa desviación de capex versus M&A a la que estamos asistiendo este año, a raíz del estallido de la IA generativa, es toda una llamada de atención para el modelo de desarrollo de las compañías emergentes en nuestro país. Deberían tomar nota de ello nuestras incubadoras y aceleradoras, volcadas habitualmente al volumen, a las ventas, al marketing, y no tanto a la base tecnológica, la innovación y la generación de infraestructura. Conectar el mundo de la inversión con el del conocimiento es la clave del futuro.

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