El turismo busca nuevas fuentes de datos en la geolocalización del móvil, los satélites y la venta de entradas
El informe de Tendencias y Políticas de la OCDE 2023 ilustra el cambio del paradigma turístico postpandemia, que se ha ha redirigido hacia prácticas sostenibles e inclusivas, y para conseguir una recuperación equilibrada se requiere un análisis con mayor granularidad y apoyado en mayor diversidad de fuentes
La edición 2024 del informe Tendencias y Políticas de la OCDE analiza los últimos resultados de las políticas turísticas en 50 países de la organización, caracterizadas por basarse en una masa de datos austeros y ambiguos. Por esa razón, tanto países como el sector privado, han explorado las oportunidades que ofrecen las nuevas fuentes de datos , lo cual facilita el seguimiento de las tendencias turísticas. Las encuestas han sido jubiladas como herramientas de recopilación, para dar paso a los teléfonos móviles, imágenes satelitales o incluso a los billetes de tren como báculos de control de información. El cóctel extraído de esta combinación de fuentes aporta una cosmovisión de los impactos económicos, sociales y ambientales del turismo a los responsables de la toma de decisiones.
En el otro lado del globo, Nueva Zelanda ha comenzado un proyecto que evalúa cómo las actividades humanas afectan al entorno acústico. Combina datos de unidades de seguimiento del Sistema Mundial de Navegación por Satélite (GNSS), que monitorizan el movimiento de embarcaciones y aeronaves, con programas informáticos que examinan la propagación del sonido en aire y agua. Malta, por su parte, utiliza una combinación de imágenes satelitales y una tecnología artificial para mapear el desarrollo turístico y monitorizar el impacto ambiental.
Otras naciones como España o Lituania se han apoyado en datos geoespaciales, como el posicionamiento del móvil , para mapear los flujos de visitantes de manera efectiva. En el caso del país báltico, se ha hecho a través de los mapas de calor, que muestran públicamente el número de visitantes en un enclave turístico. En contraste, Suiza utiliza los datos de billetes de tren para estimar los flujos turísticos entre sus cantones, lo que permite medir mejor la variación regional. Mientras tanto, su vecino italiano analiza datos de las redes sociales para proporcionar información sobre las percepciones, preferencias y experiencias de los turistas.
También existe una demanda de datos predictivos sobre viajes futuros, lo que permitiría la planificación de recursos, como el transporte público, de acuerdo con la demanda futura. De hecho, Hungría , Italia y Portugal ya utilizan el análisis de búsqueda en internet de palabras clave en diferentes motores de búsqueda.
Claro que, se deben reconocer la limitaciones que entrañan estas fuentes, puesto que todavía existen problemas en la definición de turistas dentro de los nuevos conjuntos de datos. Al fin y al cabo, lo usuarios de redes no son la perfecta representación de toda la población turística. Por tanto, estas fuentes deben utilizarse junto con las estadísticas oficiales y, sobre todo, continuar con la exploración a medida que se disponga de más datos.
Tendencias turísticas 2024
En la publicación de la OCDE, la interpretación de la industria se ha abordado desde una perspectiva modernizada en la que se incluyen el valor de la inclusividad, la transformación hacia un turismo verde y nuevas preferencias de los viajeros. Este nuevo paradigma, ha obligado a los países a expandir su terreno de búsqueda de datos y profundizar en fuentes alternativas más adaptadas. Por consiguiente, la piedra angular en la que se apoya la OCDE es en el aprovechamiento del potencial de los sistemas de datos alternativos.
Las tendencias imperantes en el turismo en los países de la OCDE este 2024 reflejan el balance de la recuperación de la economía turística tras la pandemia. Este resurgimiento no solamente se aproxima a lo niveles anteriores a 2022, sino que también contribuye a la emisión de una actividad económica más amplia. Naciones como Grecia, Portugal, Suiza o Turquía han sido testigos de esta fuerte recuperación, no es el caso de todos los países. Pese que el COVID-19 deje de recorrer las calles de Europa, el lento crecimiento económico, las tensiones geopolíticas y los desastres naturales son todavía fantasmas que acechan al sector turístico.
El futuro del turismo presenta un modelo más integrador y sostenible. Muchos países han actualizado sus estrategias turísticas para la formulación de un turismo más sostenible a largo plazo, al incorporar nuevos parámetros en el análisis de datos que incluyen el impacto ambiental y social. No obstante, para ello, se debe solventar el problema de la escasez en la mano de obra y la falta de cualificación.
Y, para la acogida de las nuevas tendencias, se requiere un sector que esté dispuesto a adaptarse a a ellas. Se ha producido una ola de nuevas preferencias de los viajeros, entre las que destaca una mayor demanda de destinos de naturaleza y urbanos. Asimismo, el informe señala un cambio de dirección hacia opciones de viaje más sostenibles. El elemento clave para la recuperación del turismo es que, pese a la decaída moral de la pandemia, los viajeros mantienen un sentimiento positivo hacia viajar y no se sienten inseguros al hacerlo. Este factor se refleja en el aumento de reservas durante temporada alta y con anticipación.
Desde el punto de vista estratégico, la OCDE aconseja a los países que desarrollen prácticas turísticas con visión de futuro que equilibren la esperada recuperación con las nuevas inquietudes sostenibles e inclusivas. Además, el desarrollo de una base empírica sólida es esencial para una toma de decisiones informada que balancee las repercusiones económicas, sociales y medioambientales del turismo. Esto implica establecer y supervisar un conjunto más amplio de parámetros para evaluar los avances y orientar las políticas de turismo sostenible.