El sector de la microelectrónica lanza un mensaje potente en ChipNation: «Se puede hacer aquí»
Escuece el retraso en la aprobación de los proyectos del IPCEI y la falta de una Ley que cubra vacíos tan estruendosos como la falta de un CNAE propio, pero en el evento celebrado en Valencia se dan también pasos adelante como el MoU entre las Cátedras Chip o el anuncio del director de la SETT de que va a iniciar una campaña de captación de inversión extranjera
A medio camino entre el déjà vu y el empeño por seguir encontrando el camino para desarrollar y escalar el sector de la microelectrónica en España, como el memorándum de entendimiento firmado por todas las Cátedras Chip que ha impulsado el Perte, el evento ChipNation ha lanzado desde Valencia un mensaje potente al conjunto de la economía: “Se puede hacer aquí”.
“Todos en el sector buscan distintos formatos de visibilidad para conseguir clientes de todos los espacios de la industria, incluido agroalimentario, dispositivos médicos o aeroespacial, quieren decirles que hay un ecosistema tremendo que puede hacer a medida los dispositivos que necesitan. Se puede hacer aquí, ese puente para atraer clientes a los asociados es fundamental”, afirma Sergio Sáez de SECPHO.
El director de industria electrónica de AMETIC, Eduardo Valencia, ha catapultado esa idea al identificar como una de las claves del futuro la de que “nuestra industria se plantee cómo puede utilizar microelectrónica de proximidad, poner en contacto a la industria con la demanda”.
La segunda entrega del Mapeo de Microelectrónica que elabora su asociación incluirá ya a sectores como aeroespacial y movilidad. Además, Eduardo Valencia reclamó una Ley de Microelectrónica y Semiconductores “para sentar las bases de una estrategia que presente un proyecto atractivo para el talento”. ¿Más regulación? Estamos hablando de un sector que ¡ni siquiera tiene CNAE propio! Al menos que pueda disponer de instrumentos diferenciales que sirvan de referencia para todos los ministerios.
La sensación agridulce no abandona al sector. Escuece que hayan transcurrido ya cuatro años sin que estén adjudicados todavía, por parte el Gobierno español, los proyectos incluidos en el IPCEI europeo. Ya se han caído empresas en el camino por falta de financiación, otras han tenido que replantear sus estrategias de capitalización, algunos de los mejores talentos tecnológicos del país se han visto obligados a dedicar meses de trabajo a hacer y rehacer las propuestas…
Llega la Sociedad Estatal de Transformación Tecnológica, con Javier Ponce al frente. Sobre el escenario de ChipNation habla de 900 millones de euros movilizados para líneas como diseño de arquitecturas alternativas, fabricación de equipamiento, aplicaciones de sensores potenciados por IA y diseño y testeo de chips ciberseguros. Y dice Ponce: “estamos tratando de crear una red de inversores en el extranjero, porque aquí no hay capital privado, vamos a intentar convencerles sobre esa oportunidad”. Déjà vu. Confiesa que tiene agendada una “conferencia con grupo árabe para ver si entran en una ampliación de capital, necesitan comprobar que hay alguien detrás que les asegura la financiación pública”.
“Necesitaré 125 personas dentro de un año”, añade el director de la SETT, “vamos a actuar como cualquier gestora con la diferencia de que vamos a introducir proactividad, tanto ex ante como ex post. Es fundamental para impulsar una colaboración público-privada”. De pronto, uno de los referentes de la microelectrónica se acerca y me dice en sursurro: “Hay que sentar a los grandes grupos inversores familiares y grandes corporaciones españolas para que pongan dinero, si no, no hay nada que hacer”.
Isaac Mendoza, de Bullnet, apunta que “hace falta más talento para escalar empresas que talento técnico”, crear un entorno que permita lanzar “emprendedores a partir de la universidad”. Pide “instrumentos para atraer capital privado que se comprometa a largo” y pone como ejemplo a Francia y sus exenciones a capital privado que invierta a largo. “El sistema financiero y legal es casi más complicado que el sector de semiconductores”, dice Mendoza, si se compara la Chip Act norteamericana y la Ley de Chips europea, se observan “diferencias de concreción y uno está hecho de abajo hacia arriba y el otro al revés”.
El director general de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT), Gonzalo Belenguer, pone el dedo en la llaga “financiación para hacer qué, ¿sabemos hacia dónde queremos ir? ¿Hay estrategia?” Sus palabras resuenan como un eco en la sala. La Administración, a todos los niveles, da señales de absoluto desconcierto. El sector tiene las ideas muy claras, sabe lo que necesita y lo que hay que hacer.