El primer gran estudio sobre percepción de la innovación en las empresas apunta al ‘conservadurismo’ de los directivos
El informe "La Innovación en la Empresa Española" ha sido elaborado por APD y CESIN y han participado en él más de 400 directivos, ofrece algunas disparidades con los datos oficiales, especialmente en lo que se refiere a la realización efectiva de actividades innovadoras y a la colaboración entre empresas y con otras entidades, lo que lo convierte en un documento a analizar
La secretaria general del Ministerio de Innovación, Teresa Riesgo, interviene en la presentación del informe de APD y CESIN. / APD
El estudio “La Innovación en la Empresa Española” ha sido elaborado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y la Cátedra de Innovación de la Universidad Complutense de Madrid (CESIN) y han participado en él más de 400 directivos, un 62% de los cuales trabajan en empresas con menos de 250 empleados. Se convierte así en uno de los documentos de referencia sobre la percepción de la innovación en los equipos de dirección del tejido productivo español.
Entre sus conclusiones, el estudio destaca que la actividad innovadora, “incluso el desarrollo de actividades de la I+D, está bastante extendida”, ya que un 85% de los encuestados “considera que su empresa realiza esta actividad”. Los autores ponen de manifiesto el contraste entre este dato y la información oficial que proporcionan las propias empresas, ya que el porcentaje de empresas innovadoras se situaba en 2020 en el 22,6%. Ya hemos advertido en Atlas Tecnológico de que, en muchas ocasiones, en los cuestionarios de entes públicos como el INE las empresas obvian esta faceta para simplificar las respuestas.
Algo parecido ocurre con la colaboración para la innovación, señala el informe: las estadísticas oficiales indican que es una actividad minoritaria en las empresas españolas, pero “el 78% de los participantes en esta encuesta afirman que su empresa colabora con otras entidades o empresas para llevar a cabo la innovación”, afirma.
Por tipo de innovación, y aquí se corroboran los datos del INE, dominan las innovaciones de proceso y de producto, aunque con “matices importantes en función del tamaño y del sector”. Las empresas más próximas a la actividad industrial suelen tener mayores niveles de innovación de producto, especialmente en los sectores de industria y energía, telecomunicaciones y tecnología y agroindustria.
Con relación a las barreras a la innovación, la encuesta destaca la resistencia al cambio y falta de cultura Innovadora; la incertidumbre para recuperar la inversión asignada a la innovación; y la dificultad para contratar profesionales, “aunque ésta no en todos los sectores”, apostilla. Interesante la reflexión que realiza a continuación: “si a la falta de cultura innovadora se añade que cerca de un 30% de las respuestas apuntan como barrera importante el conservadurismo de los directivos, parece que la imagen positiva de la existencia de una cultura innovadora que trasmiten las respuestas anteriores se pone un tanto en entredicho”.
El análisis del impacto de la innovación en el negocio y la organización “muestra una visión optimista de los encuestados”, según el informe. Los mayores porcentajes de valoración positiva se concentran en el impacto sobre la competitividad (91% de impacto alto o muy alto); impulso del crecimiento de la empresa (84% de valoración alto o muy alto); y mejora de la calidad del empleo (74% de valoraciones altas o muy altas).
Por su parte, las preguntas relativas a los factores de éxito señalan “inequívocamente” a la gestión de las capacidades propias como lo más determinante, incluyéndose aquí los aspectos de compromiso profesional y la calidad y posicionamiento frente a la competencia. Los aspectos que más respuestas con valores positivos reciben son: agilidad y costes de producción (67%); capital humano, talento y trabajo en equipo (65%); y liderazgo competitivo y posicionamiento (61%).
Por último, se valora claramente las ayudas públicas para la innovación, en especial el aumento del presupuesto para I+D (68% de valoración alta o muy alta); y el establecimiento de mecanismos de colaboración con otras entidades (63%).