El patriota

Con motivo de la concesión a Pedro Mier, presidente de Ametic, del Premio Artífice 2024, en el reciente Collaborate Santander, el autor repasa su figura y la vincula con la historia de la saga familiar de los Mier Albert, clave en el desarrollo del sector tecnológico en España
Ezequiel Navarro
22 de octubre de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
El patriota
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, coloca la insignia del Premio Artífice 2024 a Pedro Mier en el transcurso del Collaborate.

Manuel Fernández Álvarez, para mí uno de nuestros mejores historiadores, me abrió a la comprensión del mundo que se habría a nuestros monarcas desde el comienzo del sXVI. Sus dos extensas biografías de Carlos V y Felipe II, nos permiten entender muy bien persona, personaje, origen, contexto y visión. Perfectamente editados por Espasa, me aboné incondicionalmente al autor, a su obra y a aquella colección que continuó con un monográfico a la mujer (Casadas, monjas, rameras y brujas) en aquel tiempo, me abrió los ojos sobre el enorme desafío que afronta el Duque de Hierro, Fernando Álvarez de Toledo, el genio militar, y el hombre. El último libro que leí, sin embargo, se salía del periodo en el que el autor era experto, y abordaba la figura de un asturiano universal. En Jovellanos, el Patriota, Fernández Álvarez nos presenta la biografía de un hombre profundamente comprometido con mejorar su país. Conectado, leído e informado de las corrientes filosóficas, culturales, y políticas de su tiempo en Europa y la nueva América, el asturiano se empeña a fondo en mejorar campos esenciales como el poco productivo campo, con su informe sobre la Ley Agraria en la que defiende la liberalización del suelo. Consciente de que no hay país pujante que no cuente con un pueblo instruido, hay partes de su Memoria sobre la educación pública que aún hoy son de actualidad. Ministro de Gracias y Justicia, preocupado y consciente de los retos y herramientas de la moderna economía, impulsa el Banco de San Carlos, se implica en la Sociedad Económica Matritense. Desterrado de la corte por liberal, ilustrado y reformador, se centra en estudiar el potencial minero de Asturias y País Vasco, consiguiendo la liberalización de la explotación del carbón y proyectó la imprescindible ruta logística entre Langreo y Gijón. Jovellanos impulsa la creación en 1794 del Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía

Pedro Mier se ha definido siempre como un asturcatalán o catalán asturiano. Para entender al personaje hay que ponerse en uno de esos días en que el sol sale limpio entre las nubes, desde la playa del Toró en Llanes miras hacia las montañas, cercanas con los Picos de Europa al fondo y el mar infinito delante. También hay que situarse en la Catalunya Vella (concepto creado por el jurista Pere Albert en el s XIII), en Figueres, delante de la iglesia, a dos pasos del museo Dalí, donde los Albert dejan algunas huellas como la del tío maestro del órgano Josep María Albert Arnau. Mossèn Albert funda la Escolanía y compone obras propias para aquel impresionante instrumento, que llenaba el espíritu. Para entender a un hombre hay que entender las cosas que ama. Muchos le conocen por su enorme labor en Ametic como presidente, defendiendo sin descanso la Industria y el derecho a estar en la cabeza de Europa y del mundo en tecnologías como las radio comunicaciones, la distribución de señal de radio y televisión, los satélites, la microelectrónica y la transformación digital de España… Muchos le conocen por su compromiso en la vicepresidencia de CEOE defendiendo desde la comisión de innovación, los cambios, incentivos y regulaciones que permitan que España no solo compre tecnología, sino que la diseñe y la produzca. Intelectualmente atento, hablaba de innovación por misiones cuando muy pocos lo hacían. Amante de la naturaleza, de la montaña, ciclista, jugador rugby, esquiador de los de siempre, cantante en el coro y el orfeón, amante de la música y amigo de sus compañeros de aquel cole de los Maristas de Barcelona que tantos buenos egresados ha aportado. Hijo consciente de su responsabilidad en una familia de nueve hermanos, con unos padres que han dejado en esa saga de los Mier Albert, magnificas personas, excelentes profesionales en los campos de la medicina, la ingeniería, el derecho, la educación, los negocios, el deporte, la enología, y hasta la conservación oceánica a través del emprendimiento de impacto. Fue Pedro el primero que me habló del lado bueno de las finanzas y los fondos de impacto. Fue con Pedro con el primero que hablamos de Tecnología para el bien, del papel de los ingenieros, empresarios, industriales, inversores y tecnólogos en hacer el bien, con nuestros talentos, los que cada uno tiene. A los Mier Albert, les han sido dados muchos, incluyendo una riquísima en integradora visión de nuestra diversidad y nuestro enorme potencial, una visión de España desde la periferia que ha enriquecido siempre los debates y ha puesto en valor proyectos en su amada Catalunya, en Valencia apoyando a su clúster de fotónica, de semiconductores o el magnífico grupo de tecnología de telecomunicaciones, muchos creados por colegas suyos en Telecomunicaciones de la UPC creada por Ricardo Valle, en Málaga animando e impulsando a un grupo de personas comprometidas con esa visión entre las que se cuenta sus amigos y colegas Felipe Romera y Carlos Camacho. Fue Pedro, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, otro producto de los Maristas, los que me hablaron hace años de otra saga insigne, los Valle de Málaga, matemáticos, economistas, ingenieros, pianistas…. Para un asturiano, tener una hermana en México o un hijo en Australia no es extraño, pero a la vez, por muy lejos que estén el nexo y la casa “pairal” se mantiene robusto y esa percepción centenaria de que el mundo es pequeño y se puede ir a cualquier sitio, como lo hicieron en Florida en el siglo XIX los Mier. La patria, la tierra de los padres, esa va con nosotros y siempre está ahí, con sus masías, sus campos, sus hórreos, montañas y calas. Tengo para mí que nuestro país no lo hacen mejores personas individuales, sino familias y valores que nos conectan con las raíces, la historia, la cultura, nuestro entorno social y nuestro anhelo de prosperidad compartida. Personas curiosas que cambian la envidia por la admiración. Tengo para mí que las familias excepcionales se fundan en la generosidad y que siempre tienen sitio para un amigo más. El capital de Pedro es ese y el nuestro también. Un patriota.         

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