¿Hacia la ‘Fab City’? Reinventando la industria urbana
La tecnología permite dotar de inteligencia a las ciudades en un proceso que va en paralelo a la transformación industrial, en el artículo, su autor, Adolfo Borrero, se centra en las Smart cities como sustrato tecnológico del cambio
Edificios e infraestructuras de una ciuda emergen sobre la niebla. / ALINA BUDINA / UNSPLASH
La “Industria de las Ciudades Inteligentes” existe desde hace más de 15 años, durante los cuales se refinado mucho el concepto gracias a los esfuerzos de todo el ecosistema centrado en su normalización en la UNE178. Las áreas municipales como las de movilidad, seguridad, energía, medioambiente, turismo y participación ciudadana, se han visto beneficiadas por el uso de las tecnologías de la información.
Uno de los atributos de las ciudades inteligentes más tenido en cuenta es el de la Resiliencia, que, con importantes avances en cuanto a la gestión de emergencias y la seguridad, no ha sido tan desarrollado en cuanto a la gestión de crisis epidemiológicas, capítulo en el que se está demostrando que estamos muy retrasados.
En muchas ocasiones el concepto de la Industria se ha denostado en beneficio de la sostenibilidad ambiental de nuestros entornos urbanos. Propongo una reactualización del concepto de reindustrialización urbana hacia un modelo más sostenible y limpio gracias al Hipersector Digital.
El movimiento de deslocalización desde las ciudades, en el corto plazo, ha sido positivo, encontrando el deseado ahorro de costes de producción y mejora ambiental, pero mirando con luces largas, lleva aparejado un proceso de “desindustrialización” muy negativo para las economías urbanas.
Uno de los principales factores es la disminución del conocimiento del uso de nuevas tecnologías de fabricación. Esto, además, se complica con la aparición de competidores donde antes había proveedores, como le ha ocurrido a más de una empresa.
Ante esta situación, debemos implementar programas para facilitar le vuelta de estas capacidades con los nuevos conceptos de la Industria 4.0, mediante incentivos a la fabricación local y estimulando la innovación mediante la introducción de nuevas tecnologías, que aumenten la productividad del tejido industrial de estos territorios.
Por otra parte, la aparición de nuevas tecnologías asociadas a los procesos productivos y al producto, van formando parte del “knowhow” del arte de la fabricación, lo que lo lleva a convertirse en un factor clave de las empresas fabricantes. Al contrario, delegar en terceros estos procesos, genera un descenso de la competitividad a futuro, y en algunos casos, hasta la desaparición de la actividad en origen.
Lo nuevo de esta revolución se encuentra en el uso intensivo de los “Sistemas ciberfísicos”, la introducción del concepto “Smart”, tanto en los procesos productivos como en los productos, la aplicación intensiva de la “Internet de las Cosas” (IoT), el uso de la “Hiperconectividad” de personas y objetos, y el Análisis de todas las variables de los procesos y del producto mediante el “Big Data” y la “Inteli-gencia Artificial”.
La evolución “Smart”
La aparición del concepto “Smart” en el mundo de las telecomunicaciones está poniendo al alcance de los ciudadanos y de las empresas toda la potencia de la Sociedad del Conocimiento, permitiendo acceder desde cualquier punto a una ingente cantidad de información así como a estar perfectamente comunicado de forma continua, lo que está cambiando nuestro estilo de vida en gran medida.
Este concepto se viene aplicando a ciudades desde hace más de quince años, dando origen a las denominadas “Smart cities”, y ha llegado con fuerza al sector industrial, aplicándose tanto a los procesos, como a productos y servicios. De una forma paralela a lo que ocurre con la funcionalidad de los servicios en las ciudades, son éstos los grandes beneficiarios de lo “Smart” en el entorno industrial, incorporándose a las Fábricas, a la Logística, los Edificios, la Movilidad, en definitiva, a toda la cadena de valor.
El concepto Smart provoca de facto una hibridación entre el mundo físico y el virtual o digital, generado por los sistemas de información. Pero además hay que añadir otros habilitadores específicos que en la Industria facilitan la hibridación entre sistemas reales y el mundo digital; se trata de la “Impresión 3D”, la “Robótica Avanzada” y la “Sensorización y Sistemas Embebidos”.
La IoT juega un papel fundamental para recoger datos de los sensores físicos que se despliegan en los diferentes activos de la ciudad. La sensórica en los edificios públicos, en el mobiliario urbano, en las zonas abiertas, etc. permite el control de flujos de personas, medir calidad de aire, los consumos energéticos y de agua,…
Los sensores son muy variados destacando la nueva generación de cámaras inteligentes que permiten analizar localmente imágenes y sonidos, es lo que se conoce como “Edge Computing”. Esta capacidad hace posible anonimizar la información protegiendo la identidad de los individuos y generar información de mayor valor, como puede ser el reconocimiento de patrones de comportamiento en una zona determinada. Las cámaras tanto fijas como en drones permiten aumentar la seguridad y realizan funciones vinculadas a la salud.
Estamos ante un punto de inflexión de la Industria de las Ciudades Inteligentes que van a integrar a los edificios plataformas digitales para la fabricación limpia. Gracias a la inclusión de los edificios como objetos de la ciudad y el uso de la tecnología, las ciudades inteligentes serán también Ciudades Resilientes al impulsar y fomentar los tres pilares en los que se apoya la resiliencia urbana: resistencia, adaptación y anticipación a cualquier cambio que afecte al ecosistema urbano.
Si en el terreno de las smart cities somos una referencia internacional, lo que hace que muchos países miren a nuestras ciudades como ejemplos a seguir, por qué no serlo en la Industria Limpia Urbana como puede ser en sectores como la fabricación aditiva.
La industria en las ciudades es posible si realiza una profunda transformación digital que afectará muchos sectores. Todas ellas sin excepción, tienen la necesidad de adoptar los modelos digitales. Y esto no es una opción más, es una necesidad urgente que asumir, en la que nos jugamos muchos puestos de trabajo y el futuro bienestar de nuestra sociedad.
Adolfo Borrero es CEO de Aalto Consultores.