Así sedujo Málaga a IMEC: un ecosistema abierto y cohesionado con fuerte apoyo político

A partir de mayo de 2022, cuando el CTO del Instituto Innova Ricardo Valle, Mario Nemirovsky, se reunió con el CEO y el CTO de IMEC, se desató un proceso de conformación de una candidatura basada en la cohesión del ecosistema, con fuertes contribuciones desde el mundo empresarial y universitario y un apoyo claro de las Administraciones local, regional y central de distinto color político
Eugenio Mallol
31 de enero de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Así sedujo Málaga a IMEC: un ecosistema abierto y cohesionado con fuerte apoyo político
El CEO de IMEC, Luc Van den hove; el CTO de IRV, Mario Nemirovsky; y el CTO de IMEC, Ilan Spillinger, en mayo de 2022.

El proceso de atracción y negociación de la nueva instalación científica del Interuniversity Microelectronics Centre (IMEC) en Málaga, recién anunciada por el Gobierno de España, tras una negociación en la que han sido claves también la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, pone de manifiesto el valor que han adquirido los ecosistemas y la integración del conocimiento en la nueva economía de base tecnológica.

La anécdota que desató la energía colectiva latente fue la visita el 19 de mayo 2022 del actual CTO del Innova Instituto Ricardo Valle (IRV), con sede en Málaga, Mario Nemirovsky, a Lovaina (Bélgica) invitado por el CTO de IMEC, Ilan Spillinger. En aquel encuentro inicial, Nemirovsky pudo conocer el interés del CEO, Luc Van den hove, de crecer mediante una segunda sede en Europa.

La idea recibió inmediatamente el apoyo del presidente de la Fundación Instituto Ricardo Valle de Innovación (INNOVA IRV) y CEO del Grupo Premo, Ezequiel Navarro, y del comité ejecutivo de INNOVA IRV, y se contagió pronto a la Junta de Andalucía, al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y al director del Parque Tecnológico de Andalucía, Felipe Romera.

El Gobierno central se sumó también a los esfuerzos dentro de su neutralidad para garantizar que IMEC se instalaba en España. Todos ellos fueron conscientes desde el principio de lo que suponía atraer a España una instalación científica de primer nivel liderada por IMEC, la compañía líder mundial en el diseño de procesos de fabricación de semiconductores.

Cuando apareció la posibilidad, la Universidad de Málaga (UMA) ni siquiera tenía una carrera de Microelectrónica. El vicerrector de Empresa, Territorio y Transformación Digital, Francisco Javier López, tendió la mano a la colaboración con un convenio en el que se comprometió a poner en marcha Aulas de Innovación Tecnológica y los Laboratorios de Co-Innovación.

INNOVA IRV y la UMA crearon los laboratorios de CoInnovación a finales de 2022 liderados desde la UMA. Eso permitió ofrecer una imagen unificada de la capacidad de los diferentes grupos de investigación en microelectrónica del campus universitario y trabajar conjuntamente en un Máster en Microelectrónica a fin de garantizar la formación del personal necesario para la ejecución del proyecto.

IMEC había tomado la decisión de expandirse en Europa. Ahora había que convencerla de por qué España y por qué Málaga eran la ubicación que contaba con los mejores recursos humanos y técnicos, así como con el apoyo político y empresarial para garantizar el éxito de la instalación científica. Para ello, desde INNOVA IRV se desarrolló un Plan Estratégico en Microelectrónica cuyo fin era atraer instalaciones científicas de alto nivel y empresas lideres en el área.

En las reuniones, en las que también intervino el CFO y COO del Innova IRV, Óscar Chabrera, se trasladaba desde la compañía belga la necesidad de contar con gente preparada y un ecosistema capaz de aprovechar la presencia de un instituto como IMEC, por lo que estos fueron los dos puntos clave de la estrategia ganadora para atraerlo primero a España y posteriormente a Málaga.

IMEC había tardado más de tres décadas en crear y hacer crecer su instalación científica en Lovaina, pero debía crecer más rápido en el lugar escogido para su segunda sede, que podría alcanzar incluso el tamaño de la principal según el proyecto que maneja IMEC. La idea era especializarla en nuevos materiales, en tecnologías complementarias a aquellas en las que es líder desde Bélgica.

En cuanto trascendieron sus intenciones, aparecieron otros países candidatos. IMEC quería expandirse fundamentalmente en Europa y España debía demostrar que era capaz de alcanzar los niveles tecnológicos de otros destinos posibles. La estrategia consistió en, primero, garantizar que España era la sede elegida y una vez conseguido, mostrar a Málaga como un espacio que ofrece estabilidad, con una Administración pública (local, autonómica) que da confianza y apoyo.

Se mostró también la imagen de una universidad unificada, en la que distintos grupos de investigación eran capaces de colaborar en microelectrónica mediante el laboratorio de Co-Innovación y propuestas como la Cátedra CHIP de la Universidad de Málaga coliderada por INNOVA IRV que garantiza la formación en el Máster en Microelectrónica.

“Hacer algo de la magnitud de IMEC no es fácil, necesitas capacidades que no son fáciles de conseguir en cualquier lugar del mundo, un ecosistema abierto al que venga talento de primer nivel, porque si no tienes una comunidad abierta, la gente no se quiere mudar”, explica Mario Nemirovsky.

Felipe Romera y Ezequiel Navarro se comprometieron a lograr el compromiso del mundo empresarial. Recibieron a los representantes de IMEC en Málaga Tech Park en diferentes ocasiones, les mostraron posibles ubicaciones para su planta y el nivel de las empresas ya instaladas, desde Accenture y Vodafone, hasta el nuevo centro de Google.

A nivel político había que decidir quién hacía qué y cuánto ponía cada uno entre Administraciones de distinto color político. El dinero del PERTE ayudaba, pero en el contexto europeo eran muchos los países que contaban con fondos similares. La clave era demostrar la buena predisposición de los representantes políticos.

La negociación fue agradable, pero difícil. No sólo había que despejar las incógnitas técnicas, sino eliminar posibles obstáculos a nivel de individuos, países y culturas. Málaga se ha impuesto porque los componentes del ecosistema se han alineado y han colaborado.

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