AI for Good Impact Awards 2025: inteligencia artificial que monitoriza fetos en zonas rurales y protege la biodiversidad marina

La inteligencia artificial se ha consolidado como motor de cambio global en el AI for Good Global Summit 2025: desde salvar vidas en zonas rurales hasta proteger océanos y empoderar comunidades, los proyectos premiados demuestran que la IA puede ser mucho más que tecnología para alzarse en una herramienta que ayuda a construir un futuro más justo y sostenible.
María José Martínez
21 de julio de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
AI for Good Impact Awards 2025: inteligencia artificial que monitoriza fetos en zonas rurales y protege la biodiversidad marina

El AI for Good Global Summit volvió a situar a Ginebra como epicentro de la innovación tecnológica con propósito. En esta edición, premiaron proyectos de inteligencia artificial que están logrando un impacto positivo en ámbitos como la salud, el medioambiente, la inclusión social y la prosperidad económica. El ganador en la categoría ‘IA para las personas’ fue CareNX Innovations con Fetosense, un sistema de monitorización fetal basado en IA que detecta signos tempranos de sufrimiento fetal. Pensado para zonas rurales con recursos limitados, la herramienta ya ha monitorizado a 500.000 embarazos en seis países y ha reducido en un 30% los ingresos a cuidados intensivos neonatales.

Smart-Catch, de WorldFish, recibió el premio en ‘IA para el Planetagracias a su plataforma AI-SSF Sustainability Suite, que ayuda a más de 120.000 pescadores artesanales a proteger la biodiversidad marina y reducir emisiones mediante rutas optimizadas.

En ‘IA para la Prosperidad, Farmer.Chat de Digital Green se llevó el galardón por su innovadora plataforma de asesoramiento agrícola basada en IA. Actualmente, 460.000 agricultores en Asia y África utilizan la herramienta para obtener recomendaciones personalizadas en formatos accesibles, incluso para personas con baja alfabetización. El premio especial fue para Sophia, un chatbot desarrollado por Spring ACT en colaboración con Ada y Microsoft Azure, que brinda apoyo anónimo a víctimas de violencia de género en más de 172 países y 20 idiomas.

Por último, el premio de la Innovation Factory fue para MamaMate, de Ele‑vate AI Africa. Se trata de un dispositivo de bolsillo, alimentado por voz, diseñado para apoyar a las madres durante los primeros meses cruciales de la crianza. Diseñado específicamente para entornos de bajos recursos, MamaMate funciona sin conexión, se carga mediante energía solar o USB, y utiliza indicaciones impulsadas por IA para monitorear las actividades de cuidado del bebé, ofrecer consejos de nutrición, monitorear el bienestar materno y conectar a las madres. Entre los finalistas en esta categoría se encontraba la española Predictheon, que está transformando la atención quirúrgica mediante análisis predictivos en tiempo real que ayudan a los profesionales clínicos a anticipar los riesgos del paciente antes de que ocurran. La plataforma utiliza modelos basados en IA para pronosticar cambios críticos durante los procedimientos, lo que ayuda a prevenir complicaciones y mejorar los resultados.

Organizados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) junto con Tech To The Rescue, los premios reconocieron soluciones pioneras en cuatro categorías: ‘IA para las Personas’, ‘IA para el Planeta’, ‘IA para la Prosperidad’ y un premio especial a la ‘Colaboración Pro Bono’. Con más de 320 candidaturas de todo el mundo, los 12 finalistas expusieron sus iniciativas en el Summit y demostraron cómo la IA puede convertirse en una herramienta para el bien común.

La Youth Zone toma protagonismo

Este año, la Youth Zone transformó el recinto Palexpo en un laboratorio de aprendizaje. Durante dos días, estudiantes, educadores y jóvenes innovadores participaron en 16 talleres sobre cómo la IA y la robótica pueden resolver desafíos diversos.

Uno de los talleres destacados fue ‘Robotics for Humanitarian Demining’, en el que los participantes guiaron robots a través de campos minados simulados para entregar suministros de forma segura. Otro momento clave fue el ‘Moon Health Challenge: M.A.R.S Rover’, que convirtió la ciencia ficción en realidad STEM al invitar a equipos a construir y programar sus propios rovers autónomos para abordar problemas de salud planetaria. El arte también encontró su lugar en talleres como Candli, que permitió a los jóvenes convertir dibujos hechos a mano en videojuegos funcionales, sin necesidad de experiencia previa.

El momento culminante fue la gran final del Robotics for Good Youth Challenge, donde jóvenes de 37 países pusieron a prueba sus robots de respuesta ante desastres. Los equipos tuvieron que diseñar y construir robots capaces de ayudar en situaciones de emergencia como inundaciones o terremotos. En la categoría Junior, ‘The Spartans’ de Venezuela se alzó con el primer puesto, seguido de cerca por ‘Team Gautam Buddha’ de Nepal, en segundo lugar. ‘R Tech’, de Ghana, se alzó con el tercer puesto, culminando un pódium de talento y creatividad.

La Exhibitor Zone reunió a universidades, empresas y ONGs que mostraron aplicaciones de IA en salud, educación, robótica y sostenibilidad. Ejemplos de ello fueron Qure.ai (India), con un sistema para detectar tuberculosis y cáncer en segundos; Dendra Systems (Australia), que utiliza drones e IA para reforestar ecosistemas; QTrobot (Luxemburgo/Bélgica), un robot que apoya la educación inclusiva de niños autistas; Ai-Da Robot (Reino Unido), la primera artista robótica ultrarrealista del mundo, o CERNBot (Suiza), diseñado para operar en los túneles del CERN.

Un diálogo entre el arte y la IA

Más allá de la ciencia y la tecnología, el Summit exploró cómo la IA puede ampliar la expresión humana. En la AI Art Gallery, proyectos como el de KiQ propusieron experiencias inmersivas en realidad virtual para reflexionar sobre la comunicación no verbal. El artista Harry Yeff (Reeps One) presentó ‘Agentic Voicing Natures’, que da voz a ecosistemas en peligro y especies extintas mediante agentes digitales. Por su parte, Christian Mio Loclair sorprendió con Helin, una escultura de mármol oscuro creada por IA a partir de 120.000 esculturas históricas.

La música también vibró en el escenario con Big Ocean, el primer grupo de K-pop formado por artistas sordos y con problemas auditivos, quienes gracias a la IA lograron transformar sus voces para debutar como banda.

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