Agustín J. Saénz en La Hora Premium: «Hay que ‘dar liebre por gato’, al colaborar debes entender que gana el de enfrente»

Constituir una cultura de colaboración entorno a una organización, país o institución constituye en ocasiones una tarea ardua. Agustín J. Sáenz, Strategy, Market and Technology Director en TECNALIA, ha explicado en La Hora Premium, como la cooperación entre varios agentes puede constituir una herramienta clave en la gestión de la innovación.

El ingeniero industrial ha destacado tres cuestiones que conducen a las compañías a plantearse el hecho de colaborar entre ellas. “Las empresas necesitan masa crítica, trabajar a gran velocidad y disponer de mucha flexibilidad. Es bastante improbable encontrar estos tres atributos concentrados en un solo negocio”.

No obstante, la colaboración presenta también complejidades. “Requiere de la cesión de soberanía, es decir, permitir que otros se inmiscuyan en tu proceso. Además, cuando se realiza un ejercicio de cooperación es necesario planificar, contando con partidas presupuestarias donde se recoja el fomento de esta. Cuando la empresa se plantea este ejercicio se debe hacer una aproximación entendiendo desde el principio que puede ganar el de enfrente. Gestionar la colaboración de manera adecuada hará que retorne traducida en términos económicos”, argumenta el experto.

Agustín J. Sáenz sostiene que «los centros tecnológicos hablábamos mucho del know how y creo que tenemos que hablar mucho del know who, de conocer a quien paga». Es un defensor del concepto de generosidad en la colaboración, porque «como decía mi padre, una persona excepcional, la generosidad es rentable. No sólo es buena, eso lo tiene claro todo el mundo, es que además es rentable». De modo que su receta al concurrir a un proyecto conjunto es sencilla: al menos en el momento inicial, «hay que dar liebre por gato».

Durante su intervención en La Hora Premium, Pablo Oliete, CEO de Atlas Tecnológico, ha animado al ponente a compartir algunos de sus referentes en el sector de la colaboración. “Por ejemplo, Javier Recuenco, con él mantuve un dialogo en el que comentamos el error que ha supuesto separar la ciencia y las letras. Llegamos a la conclusión de que los equipos directivos más potentes son aquellos que las combinan. Por otra parte, Juan Ramon Astorga, me ha permitido aprender como construir alianzas con la parte más soft. Quiero destacar también a Jon Azúa, el ex miembro del Parlamento Vasco, quien se aproximaba a los problemas desde una estrategia que trascendía de la cuenta de resultados “.

En este punto de la conversación, Pablo Oliete y Agustín J. Sáenz tuvieron un especial recuerdo como referente de la innovación en España por Manuel Torres, fundador de M-Torres y primer presidente de la Fundación Isaac Peral y reclamaron la importancia de dar a conocer a estos referentes nacionales en activo y a los que forman parte de nuestra historia.

El ejercicio de la colaboración puede causar grandes resultados, pero también existe la probabilidad de generar un fracaso, un hecho que supone en ocasiones, la frustración de las partes que han cooperado. “Es importante acercarte sabiendo desde el primer momento que el fracaso es una opción. En mi caso, he experimentado grandes fracasos donde la relación con los colaboradores se ha mantenido intacta porque ya habíamos considerado ese escenario. Al realizar alianzas estratégicas tratamos de verbalizar que serían para nosotros fracasos reconducibles y cuales serían absolutos. De esta manera, facilitamos el entendimiento entre los implicados”.

Abordar la innovación es entender que muchos de los elementos contemplados se desarrollarán de manera distinta a como se había previsto. Y en este contexto, la colaboración tiene también una connotación en el ecosistema startup. “A este tipo de empresas emergentes hay que ayudarlas a tener clientes, primeros pilotos. No vale con dotarlas de contribuciones económicas”, sentenciaba el Strategy, Market and Technology Director en TECNALIA.

Puedes visualizar la conversación completa en Mi Zona Premium de Atlas Tecnológico.