La industria alimentaria de Castilla y León tiene un Plan
El presidente Fernández Mañueco lanza un programa de medidas que incluye 312 millones para reducir costes y diversificar producción en un evento en el que Grupo Helios, Vitartis y Grupo Blázquez cargan contra el exceso de regulación y se conjuran para atraer talento e introducir tecnología "con sentido"
El Plan Estratégico de la Industria Alimentaria de Castilla y León 2024-2028 incluye una partida de 312 millones de euros para que el sector se modernice, reduzca sus costes y diversifique su producción, así como un incremento del importe de los préstamos destinados a la agroindustria avalados por la Junta, a través del denominado Instrumento Financiero, hasta un máximo de dos millones de euros anuales, para aumentar la competitividad.
Además, contempla 80 millones para promoción, comercialización e internacionalización y la puesta en marcha de una potente plataforma digital, ya en desarrollo, para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria poniendo al servicio la mejor tecnología.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha presentado el Plan en el evento Alimentando el Futuro, celebrado en Salamanca, en el que ha estado presente buena parte del ecosistema de Atlas Tecnológico, con fuerte presencia en la región. Según ha dicho, “la inteligencia artificial y el internet de las cosas tienen que estar cada vez más presentes”, y ha apostado por una industria alimentaria que cumpa con las tres S: “segura, saludable y sostenible”.
Mañueco se ha dirigido al “extenso tejido de pymes que dais vida a nuestros pueblos, sois fundamentales, la esencia de nuestra tierra”, y ha afirmado que “os vamos a apoyar más que nunca, vamos a estar con vosotros”. Se trata de “un sector imprescindible que queremos mimar”
El fundador y CEO de Sciling, Germán Sanchís, ha pronunciado una conferencia a continuación sobre las oportunidades que abre la inteligencia artificial en el sector agroalimentario. Ha subrayado que “no es magia”, sino que requiere entrenamiento y datos para ser efectiva, y ha animado a las empresas a encontrar los casos de negocio que justifican su introducción en su estructura tecnológica.
El evento se ha cerrado con una mesa redonda moderada por el periodista Sergio Martín. En ella, Santiago Miguel, presidente de Vitartis, ha destacado las tres incertidumbres clave recogidas en un informe reciente elaborado por su asociación: regulación, atracción de talento y contexto macroeconómico. Es clave, en su opinión, que “sector primario, transformación y distribución estén cada vez más alineados, pensar en clave de cadena alimentaria”. Ganar tamaño debe ser también uno de los objetivos clave, porque “somos el doble de productivos que la media del sector en España, somos muy competitivos, generamos beneficios”.
Contrasta esta realidad con un clima de desconfianza que puede estar motivado, en su opinión, por el exceso de regulación. Se regula tanto porque no existe confianza “y el sector ha demostrado suficientemente su responsabilidad, necesitamos que nos dejen hacer bien nuestro trabajo”. El presidente y CEO del Grupo Helios, Julio Pérez, ha utilizado una expresión muy gráfica: habla de “diarrea regulatoria a todos los niveles. Nos está incrementando los costes respecto a otros continentes, es un problema. Habrá que desregular”.
Se deben adoptar medidas para abordar, asimismo, lo que describe como un “problema de tamaño, nuestros competidores europeos facturan 600-1.000 millones de euros”. Asimismo, el sector “está poco internacionalizado, deberíamos exportar 30%” y es “poco sostenible”. Según su visión, “la tecnología es una herramienta que ayuda al desafío de la calidad y de ser competitivo”.
“Prefiero que mis artesanos tengan más visibilidad que tecnología”, ha dicho, por su parte el presidente de la Asociación de Artesanía de Castilla y León, Ever Macías. De hecho, “no tenemos grandes problemas de tecnología, los centros tecnológicos los tenemos a disposición de los artesanos, la innovación de la artesanía alimentaria los tenemos cubiertos con ellos”.
El problema de la retención del talento ha sido enfatizado por Pablo Blázquez, consejero y director general adjunto del Grupo Blázquez. En realidad, ha añadido, “nos cuesta muchísimo acceder a cualquier tipo de trabajador. No somos competitivos, llega un punto de inflexión en el que si eso no se fomenta tendremos problemas”. Entre las recetas para revertir la situación ha apostado por el “marketing, nos tenemos que vender más”.
Ha dicho también que “los cambios tecnológicos hay que hacerlos con sentido, la aceleración no es lo adecuado. Gracias a la Junta hemos creado con tecnología blockchain una aplicación que permite conocer todo el proceso de producción haciendo una foto a un QR. Eso se demanda y es un ejercicio de transparencia enorme”.
Por último, Cristina León, subdirectora de investigación y tecnología del ITACyl, ha apostillado que “tenemos que hacer atractivo el sector para atraer talento”. Desde el centro tecnológico adaptan sus servicios a las distintas necesidades de grandes y pequeñas empresas, desde la perspectiva de que “tenemos que dar una solución en innovación abierta para solucionar los retos que se plantean en el sector”.