Sobrados de talento, escasos de pasión

La industria necesita un plan de acción para desarrollar dos capacidades, una de naturaleza relacional, que la ayude a conectar y establecer redes de colaboración, y otra basada en la pasión y el fomento del liderazgo, ambas son necesarias para que los conocimientos y las buenas prácticas contribuyan a aumentar la competitividad
Pablo Oliete
21 de septiembre de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Sobrados de talento, escasos de pasión

Estamos viviendo la apertura de un nuevo curso, en lo académico, en lo político y en lo social donde numerosas voces autorizadas reclaman un pacto de Estado por la educación o la formación, según el día, se amplía o reduce el alcance. No puedo hacer otra cosa que sumarme a esa evidente necesidad, pero quiero poner el foco en algo que es un clamor en los ámbitos en los que yo más me muevo, el industrial y tecnológico. Nos falta pasión. En el país de los grandes iconos de la pasión, parece que podemos aplicar eso de “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

Miles de líneas de texto dedicadas a los informes PISA, otras tantas dedicadas a las necesidades de perfiles STEM en la industria, algunas menos, pero bastantes, a denunciar la falta de mujeres ingenieras en el sector industrial y tecnológico, pero no he leído tantas dedicadas a la pasión. Seguramente denunciar que a nuestro sector tecnológico e industrial le falta pasión entre los nuevos actores y futuros tomadores de decisión roza lo políticamente incorrecto. Sería algo así como decir que una selección de futbol no vive los colores en una Copa del Mundo. Puede parecer una observación demasiado subjetiva.

Para no parecer un frívolo en mi afirmación quiero contextualizar un poco por qué dedico esta columna en AtlasTechReview a la pasión. En el mes de septiembre estoy habando con muchos responsables de formación y directores de plantas industriales con motivo del nuevo programa en Industria Conectada que lanzamos desde Valencia, se podrá cursar en modalidad online, el próximo 18 de octubre y empieza con un módulo opcional en telecomunicaciones el 27 de septiembre. Por otro lado, esta semana he participado en el segundo ejercicio práctico de nuestro programa en Industria Conectada en Málaga que impartimos con la Fundación Innova IRV.  Esto me permite que me hablen y me pregunten por la idoneidad de muchos candidatos y escuchar a nuestros profesores y alumnos hablar sobre la realidad de sus multinacionales.

Escuchar a la industria es la mejor forma de conocerla. Creo humildemente que nuestras industrias más punteras se han capacitado, por lo general, y han abordado la transformación radican para convertirse en industrias conectadas. No puedo decir lo mismo de los segundos niveles en sectores industriales de referencia.  Considero que somos tan competitivos o incluso más que nuestros colegas franceses, italianos o alemanes frente a la arrolladora industria china, principalmente por la apuesta por la capacitación del talento, pero creo que nos fata mucha capacidad relacional y mucha pasión.

Decía recientemente Eugenio Mallol, en un artículo de opinión escrito tras la conferencia de Diego Quevedo, sobre el viaje del intra-emprendimiento al emprendimiento de Isaac Peral, que a nuestros emprendedores e innovadores seguramente les falle la capacidad relacional. Yo lo suscribo al 100%, pero a esto les sumaría que nos falta pasión. Lo veo continuamente y seguramente la sensación de impotencia que esto genera es similar a la del aficionado al fútbol que observa a una selección llena de talento y que no vive con pasión el reto que tiene por delante.

Deberíamos establecer un plan de acción para desarrollar dos capacidades en nuestras nuevas generaciones: la de aumentar la capacidad relacional para luchar en los centros de decisión por los grandes proyectos; y la de fomentar la pasión y la garra por que las cosas importantes se desarrollen en España. Seguramente lo siguiente que habría que analizar es si estas dos motivaciones están embebidas en el concepto de educación en valores y fomento del liderazgo o no lo están. Yo diría que sí. Por lo tanto, creo que debemos pensar en esa figura de liderazgo humanista que desde el sentido común potencia sus capacidades relacionales y lucha por alcanzar sus objetivos desde la honestidad y la sana competencia.

No sé por qué, pero parece por cómo se ha desarrollado mi reflexión que puede ser verdad que quizás, vamos sobrados de talento y algo más escasos de pasión. Y tú, ¿cómo lo ves?

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad