Fórmula 1: su ‘milagro TIC’ y su combustible ‘verde’, listos para saltar al mercado
El director de TI del evento del motor, Chris Roberts, y su aliado de Tata Technologies, Dougie Cooper-Kelly, exponen las claves de su éxito en innovación
Maqueta de un coche de Fórmula 1 obtenida con impresión 3D. / UNSPLASH
Para la Fórmula 1, la conectividad no es sólo una ventaja, es una necesidad imperativa. Chris Roberts, director de TI de la F1, destaca, en conversación con Dougie Cooper-Kelly, director de soluciones de transformación de red de Reino Unido de Tata Technologies, que “la infraestructura robusta que respalda el flujo constante de datos durante las carreras”.
“Aprovisionamos y desconectamos la conectividad en cada sitio de carrera en nueve días y luego continuamos ese ciclo”, añade Chris Roberts. Una red de fibra de hasta 60 kilómetros en cada circuito que montar y desmantelar en tiempo récord, alrededor de 30 cámaras cada fin de semana de la carrera. Se generan “entre 500 y 600 terabytes de información que enviamos por nuestro canal de regreso al Reino Unido. Eso implica desplegar en muchas ocasiones dos equipos completos en dos ubicaciones al mismo tiempo”.
En Reino Unido se ubica el RTC (remote technical centre), “una instalación permanente que hemos construido a lo largo del tiempo, para toda nuestra producción y postproducción, disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana”, explica.
El área de TI de la F1 tiene a su disposición más de 4.150 piezas de kit, “algunas de ellas transmisores de a bordo”, se encarga de “todo el sistema de cronometraje, es decir, los tiempos” y tiene que trabajar en espacios complejos como “los garajes de los equipos” que se conectan “a nuestra infraestructura, directamente a nuestra red”. La organización debe darles “confianza en la información, es parte de esa transferencia de datos”.
Con una redundancia cuidadosamente incorporada, la F1 puede permitirse perder hasta una fibra de las cuatro que utilizan sus sistemas de comunicaciones y, aun así, brindar un servicio completo. “Este enfoque garantiza que los fans no experimenten interrupciones, incluso si una parte del sistema falla”, afirma.
Roberts resalta la importancia de la latencia, como se pone de manifiesto especialmente en algunas carreras como la de Singapur. Conseguir “una velocidad de transmisión de los datos de 120 milisegundos desde el punto de origen hasta el destino es crucial para mantener la experiencia del usuario sin fallos”, explica el responsable de T1. Explica cómo la F1 gestiona la pérdida de paquetes de datos, asegurando una transmisión perfecta incluso en situaciones complicadas.
La pandemia de COVID-19 supuso un desafío para la F1, pero también “catalizó una revolución en la forma en que se aborda la producción y transmisión de carreras”. En Australia, algunas personas de los equipos “de repente se contagiaron de COVID, cancelamos la carrera y todo el mundo volvió al Reino Unido, todo el mundo se aisló”.
Fue entonces cuando la F1 se dirigió a Tata Technologies en busca de una solución. “Os dijimos que íbamos a necesitar 10 gigas de conectividad, pero no sabíamos ni para qué circuitos, ni cuándo. Simplemente, lo voy a necesitar y necesito que os comprometáis a entregárnoslo. No sé si estabas loco o qué”, le dice a Dougie Cooper-Kelly, “pero dijiste que sí”. La F1 pudo mantener la producción, “fue un éxito masivo y el primer deporte a nivel mundial”.
Roberts relata cómo, frente a la incertidumbre, “la F1 tuvo que repensar rápidamente sus operaciones”. A pesar de todo, “la reducción de viajes y la reconfiguración de sistemas permitieron a la F1 mantener viva la temporada”.
La producción remota se convirtió en una pieza clave del rompecabezas. “La F1 pudo concentrar la producción en el Reino Unido mientras garantizaba la seguridad de su personal. Esto no solo redujo los riesgos de salud, sino que también permitió una gestión más eficiente de los recursos”, apunta Chris Roberts.
La sostenibilidad se ha convertido en otro de los pilares centrales de la innovación que rodea a la organización de los grandes premios de Formula 1. Chris Roberts destaca el trabajo de desarrollo de combustibles 100% sostenibles. Se están probando en los coches de F3 y “la visión es clara: hacer que estos combustibles sean inmediatamente transferibles al mercado. El combustible que entra en un coche de F1 podría entrar en un Lamborghini, por ejemplo”.
Este enfoque “no solo transformaría la F1 en un deporte más ecológico, sino que también tendría un impacto significativo en la industria del automóvil global”, apunta. En ese sentido, añade, la F1 no sólo debe contemplarse como un espectáculo deportivo, sino también como “una plataforma para impulsar cambios en la tecnología y la sostenibilidad en el mundo”.
Chris Roberts enfatiza, asimismo, el valor de la colaboración y la confianza en el mundo de la F1. “Desde relaciones con proveedores hasta la seguridad de los datos, la F1 depende de una red sólida para impulsar la innovación. La confianza de extremo a extremo es esencial, especialmente en entornos críticos donde la seguridad y la integridad de los datos son fundamentales”, afirma.
La colaboración no se limita solo al ámbito tecnológico. El responsable global de TI enfatiza cómo la F1 “trabaja estrechamente con socios estratégicos y la cadena de suministro para garantizar la entrega efectiva de servicios, desde la producción hasta la transmisión”. Sin ellos no sería posible.