¿Se puede ser optimista con una caída del 45% del capital riesgo?

Se puede, especialmente en países como Francia y Estonia, porque Europa se mantiene un 18% por encima de los niveles de 2020, a diferencia de EEUU y China que caen, pero se deben adoptar las medidas para reiniciar la fase ascendente y destinando el 88% de los fondos del Plan de Recuperación a las Administraciones públicas quizás no vamos por el camino adecuado
Eugenio Mallol
10 de diciembre de 2023 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
¿Se puede ser optimista con una caída del 45% del capital riesgo?

La startup francesa Mistral AI pretende competir con su software de código abierto con la mismísima OpenAI y la apuesta parece convencer a los inversores. Recaudó 100 millones de dólares, con una valoración de 250 millones, apenas dos meses después de su fundación, y  ahora, solo cinco meses después, está a punto de cerrar una ronda de deuda y capital de 487 millones de dólares con una valoración de 2.000 millones.

El muy influyente Andreessen Horowitz, nada menos, lidera la negociación del acuerdo, en el que invierten también General Catalyst, Lightspeed Venture Partners y Bpifrance hasta sumar un total de 325 millones de dólares. Nvidia y Salesforce han querido sumarse y participan en el lado de la deuda, que se hará cargo de los 162 millones restantes.

Europa suele dar sorpresas de este tipo en el tramo final del año, lo que contribuye a maquillar los resultados de la inversión del capital riesgo en el sector tecnológico. Para el cierre de este 2023 ya hay estimaciones fiables y el balance final se podría resumir en la siguiente pregunta: ¿Se puede dar un mensaje positivo tras un desplome de la inversión del 45% respecto a 2022 y tras situarla en menos de la mitad de la cifra alcanzada en 2021? Los especialistas creen que sí, con un matiz importante.

La firma de capital riesgo Atomico, en asociación con Orrick, HSBC Innovation Banking, Slush y una serie de proveedores de datos, acaban de publicar su informe anual “Estado de la Tecnología Europea 2023”. Su estimación es que el año acabará con un volumen recaudado de 45.000 millones de dólares, muy lejos de los 82.000 y los 100.000 de los dos años anteriores, considerados como excepcionales y poco representativos. Una auténtica “montaña rusa”.

Hay motivos para hacer un balance positivo. La cifra de 2023 será la tercera mayor de la historia, se sobrepone a unos meses de julio y agosto terribles en lo que a inversión en capital riesgo se refiere y, en realidad, muestra un incremento del 18% respecto de 2020, el último año que puede considerarse “normal”. De hecho, Europa sale bien parada en relación con el resto de regiones: Estados Unidos registra un -1% frente a 2020, China un -7% y el resto del mundo un -8%.

Más del 80% de los emprendedores europeos creen que recaudar fondos se ha vuelto cada vez más difícil, cierto. A pesar de eso Europa supera a EEUU en nuevas empresas creadas con 14.000 frente a 13.000 y la posibilidad de que surja un unicornio se ha igualado. Se podría ser optimista pese a la caída prevista para 2023.

Las startups de tecnología climática son el segundo sector con mayor financiación en rondas de menos de cinco millones de dólares seguidas de las nuevas empresas de inteligencia artificial (IA). Estas últimas protagonizan también 11 de las 36 rondas de financiación de más de 100 millones de dólares, que experimentan, por cierto, una disminución del 127% con respecto a las cifras de 2022, incluidas Mistral AI y Aleph Alpha.

En el lado negativo, los sectores de Finanzas y Seguros registran las mayores caídas interanuales generales en la participación de la inversión, seguido por el sector de software, que experimenta una caída de ocho puntos porcentuales.

Por países, aproximadamente una cuarta parte de todas las nuevas empresas en Europa provienen del Reino Unido, pero Francia está mostrando el crecimiento más rápido de su participación, al pasar del 18% en 2019 al 22% en 2023. Gracias Brexit. Atención a la emergencia de países más pequeños como Estonia.

En Europa hay un total de 356 empresas valoradas en más de mil millones de dólares. Han nacido y crecido en 29 países y 136 ciudades. Estonia destaca constantemente en este apartado, con 4,5 empresas valoradas en más de mil millones de dólares por cada millón de habitantes, y ya son varios años.

Tres regiones captan el 76% del valor combinado del ecosistema en 2023: Reino Unido e Irlanda; Francia y Benelux; y DACH (Alemania, Austria y Suiza). El resto de Europa, con España incluida, ha conseguido aumentar su participación del 17% en 2019 al 24% en 2023, el equivalente al mercado francés. Pero lo que hay es lo que hay.

Cuando aparecen los matices, en efecto, se difumina el panorama de satisfacción y cabe preguntarse si Europa será capaz de llegar antes y con más fuerza que el mercado norteamericano a la fase ascendente. Según Atomico, los emprendedores de EEUU tienen un 40% más de probabilidades que los europeos de obtener financiamiento de capital de riesgo dentro de los primeros cinco años de operación y esa es la clave que puede definir el futuro.

En lugar de seguir aprovechando la energía transformadora y colaborativa que se desató durante la pandemia, el ecosistema innovador español parece haber vuelto al estado de ingravidez anterior. Al menos no reacciona a la velocidad de su entorno. El reparto de los fondos del Plan de Recuperación, con un 88% del dinero destinado a administraciones públicas en sus distintos niveles, es un dato demoledor. ¿Se puede ser optimista con una caída del 45% del capital riesgo? Si estás en Francia o en Estonia, sí.

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