La competencia por el trabajo en remoto añade incertidumbre a un 2022 volátil para el sector tech
Un tercio de los directivos de la plataforma 'on demand' Bolster cambiaron de empresa en 2021 y entre un 75% y un 90% de las personas contratadas por algunas compañías tecnológicas en el Q3 del pasado año trabajaban desde otras ciudades, el mercado laboral está cambiando y hay que saber adaptarse para captar inversión
El cierre de 2021 solo puede calificarse de espectacular para el capital riesgo, pero pocos analistas se han aventurado a predecir cómo será 2022 tras la invasión de Ucrania ordenada por Vladímir Putin (antes de que se produjera sí habían sido habituales). Alex Warfel, quantitative research analyst de PitchBook, ha sido uno de ellos y su estimación es que podría avecinarse una etapa de corrección debido a “la inflación persistente, una guerra en Europa y un mercado laboral ajustado”.
Es mucho decir después de que su compañía cuantificara la actividad de riesgo en Europa en 102.900 millones de euros el año pasado, un 120% más que en 2020, en línea con los cálculos de CB Insights, según el cual las empresas europeas recaudaron 93.300 millones de dólares el año pasado, un 142% más que el año anterior.
La lectura de la situación en Estados Unidos que hace el Silicon Valley Bank (SVB) en su informe “State of The Markets, H1 2022” va en una dirección similar: “los fundamentos de la economía de la innovación son sólidos y la formación de empresas está en aumento, pero no esperamos que el mismo crecimiento desenfrenado experimentado en 2021 continúe en 2022. Las señales comienzan a indicar que el ecosistema está alcanzando su capacidad. Se avecinan nubes en el cuadro color de rosa pintado en los últimos 18 meses”, dice.
Una de esas nubes tiene que ver con la gestión del talento, una de las tendencias asociadas a la nueva relación personas-procesos-espacios que venía asociada a la revolución digital, aunque no nos habíamos querido dar por advertidos, y que ha estallado de forma disruptiva a raíz de la pandemia. Según el Silicon Valley Bank, “la competencia por el talento dentro de la industria tecnológica está en su apogeo”.
El marketplace de talento ejecutivo on demand Bolster asegura que que uno de cada tres directivos de su red cambió de trabajo en 2021. “El paradigma del trabajo en remoto ha extendido el talento más allá de los centros tecnológicos tradicionales”, señala el SVB en su informe, “los trabajadores migran hacia regiones de menor coste”.
Hay señales muy elocuentes del fenómeno que recoge el estudio y que valen más que muchos análisis de mercado. Por ejemplo, el CEO de Stripe, Patrick Collison, tuiteó que, a lo largo del último cuatrimestre de 2021, el 74 % de las personas contratadas por su empresa estaban fuera de la Bahía de San Francisco, frente al 39% en el primer trimestre de 2019.
Y en la misma línea, Brian Armstromg, CEO de Coinbase, aseguró que en su caso habían sido el 89% de las contrataciones, en comparación con el 30% del primer trimestre de 2019. En EEUU se habla del auge de ciudades como Austin, Nashville, Charlotte, Jacksonville y Denver frente a destinos en California o Nueva York.
El fenómeno de la competencia por el talento en remoto está recalentando ya mercados como el español, que cuenta con el atractivo de ofrecer excelente calidad de vida a precios razonables y una buena cantera de profesionales formados en universidades de prestigio en el ámbito de la informática y las telecomunicaciones, pero no dispone de un tejido empresarial capacitado para sostener a gran escala un ritmo de lucha por el talento que exige, en muchos casos, varias subidas de sueldo anuales. El índice de rotación en las plantillas de desarrolladores está alcanzando cotas por encima del 30% en algunas empresas de nuestro país.
“Ya sea por el sesgo de los inversores, por los cambios en el mercado o por la confianza en el equipo, no poder reunir capital es una sentencia de muerte”, añade el informe de SVB. La buena noticia es que siempre queda la opción de reciclar “emprendedores y talentos con más experiencia a sus espaldas”, concluye.