Ezequiel Navarro (Premo): “Si fomentamos diseños abiertos, seremos ultracompetitivos en la reindustrialización de Europa”
Todas las claves de la transformación que experimentará la industria, desde los factores geoestratégicos, al impacto de las tecnologías digitales, la crisis del transporte y la necesidad de implantar plataformas de software abiertas, con visión colaborativa, para que la competición se traslade al mundo del talento, todo ello forma parte de una intensa conversación entre los colaboradores de Atlas Tecnológico Ezequiel Navarro, CEO de Premo Group, y Eugenio Mallol
Ezequiel Navarro y Eugenio Mallol, momentos antes de su conversación.
Eugenio Mallol.- El Grupo Premo está presente en decenas de países y trabaja para líderes tecnológicos globales, habéis logrado hitos espectaculares. Me interesa mucho tu visión sobre la relocalización industrial.
Ezequiel Navarro.-No podemos despistarnos acerca de cuáles son los grandes movimientos de los grandes jugadores. EEUU dio un bandazo para encerrarse en sí misma con Trump y esa política todavía no ha cambiado totalmente. Sabemos claramente que toda la geoestrategia de la energía está virando, especialmente el petróleo, conforme somos capaces de producir más con renovables e hidrógeno verde y con la electrificación. Y qué irá emergiendo: la estrategia del nuevo oro líquido que son la información, los datos, la inteligencia artificial, las redes, ahí es donde está la gran capacidad de competir y de generar valor añadido para los países. Comprábamos zapatos y juguetes en su momento a sitios que ahora ya no son fabricantes de zapatos y juguetes, sino de tecnología muy avanzada. China ha conseguido sacar de la pobreza a 800 millones de personas, que es uno de los logros que no ha conseguido nadie en la historia, y lo ha hecho a través de las capacidades industriales.
Eugenio Mallol.-Hay países que se han desindustrializado sin perder PIB.
Ezequiel Navarro.-Pero han creado enormes bolsas de desigualdad y han perdido tecnología, y eso crea una dependencia estratégica muy grande. Lo estamos viendo con los cinco millones de coches que no se van a poder fabricar este año, y probablemente siga subiendo la cuenta, por la escasez de semiconductores. Hay dependencias tecnológicas que se ven y otras que no, que están latentes, pero son brutales. El 50% de la producción mundial de los ácidos que se utilizan para la elaboración de ciertos polímeros y plásticos, fundamentales para las poliamidas o el PDT, necesarios para el proceso de destilación del petróleo y la creación de polímeros largos y técnicos, está en manos chinas. Como consecuencia de políticas que no han primado disponer de capacidades mínimas industriales, porque lo único que primaba era comprar barato, hemos sido capaces de desindustrializarnos. Eso pasó con los televisores. EEUU desarrolló la primera industria, la pierde, esa capacidad se va a lugares más baratos y quien está haciendo televisores hoy en día es Corea y China. Hasta Japón la ha perdido.
Eugenio Mallol.-Esta idea está muy presente en el país. Nicholas Negroponte me comentaba que los norteamericanos fueron los primeros en desarrollar la televisión plana en los años 70 y echaron a perder ese dominio.
Ezequiel Navarro.-Una vez pierdes las capacidades industriales, se te va no sólo un volumen de producción, sino las capas de tecnología que crecen sobre ellas. Y eso no se cae solo, es consecuencia de las políticas industriales que aplicas. China tiene una capacidad tecnológica en el campo de la inteligencia artificial y está avanzando mucho en la utilización de materiales avanzados como el grafeno, el óxido reducido de grafeno, composites y tecnologías cuánticas. Desde 2015 no deja de caer la inversión extranjera (FID), especialmente en los países desarrollados. La tendencia a invertir fuera se está revertiendo, como indican las cifras agregadas macro del Banco Mundial. Esa es una tendencia clara a la reindustrialización.
Eugenio Mallol.-A la vista de una tendencia de tanto alcance transformador, la clave es disponer de una buena estrategia de reindustrialización.
Ezequiel Navarro.-Te vas a industrializar intentando estar cerca de los clientes y del suministro de materias primas y con tecnologías competitivas que hagan que la dependencia del coste de la mano de obra sea lo menor posible. Es una oportunidad importante si pensamos que de aquí a no muchos años podemos tener robots colaborativos a 3.000 dólares y robots de intralogística, que muevan 200 kg, a 10.000-12.000 dólares. Se podría pensar en montar industrias ligeras en espacios intraurbanos, dentro de la ciudad, minifábricas de alta productividad, que emplean a 40-70 personas. Es un modelo de industria distribuida. Lo que está haciendo que eso cambie es la colaboración y los diseños abiertos. Antes, los modelos industriales eran modeles propietario y tenías que ir a grandes marcas a comprárselo, y ahora vemos en robots, en software, sistemas abiertos compartidos en Github, sistemas programables en python, para visión artificial o machine learning, sistemas colaborativos abiertos que puedes subir a la nube y a los que puedes aplicar técnicas de inteligencia artificial, opencv, openvision. Cada vez es más accesible a más gente y lo único que se necesita es talento cualificado. Ni grandes espacios, ni grandes inversiones inmobiliarias. Porque incluso la inversión en maquinaria puede ser relevante, pero es totalmente versátil, es decir, que construyes la fábrica como un Lego. Todo el software que lo mueve y toda su configuración es completamente digital y abierta. Puedes montar tus gemelos digitales, ensayarlos e instalar las líneas.
Eugenio Mallol.-Quizás algo que no está sabiendo explicar bien el sector tecnológico es cómo se traduce esto en negocio, para que los directivos entiendan que el nuevo lenguaje de la actividad económica es el de la digitalización, porque las empresas se van a convertir en software.
Ezequiel Navarro.-¿Qué hará esto? Esto va a potenciar la reindustrialización y a traer puestos de trabajo. Al revés de lo que se piensa, donde desaparecerán más puestos de trabajo es en el mundo no desarrollado, porque aquellos procesos que eran muy intensivos en mano de obra acabarán robotizándose y ya no valdrá la pena traerlos desde lugares muy lejanos. Si además vemos que Europa tiene una apuesta muy decidida por la descarbonización, no pasará mucho tiempo antes de que veamos aranceles vinculados a las emisiones en los países de origen. Y luego está el asunto del transporte…
Eugenio Mallol.-Recientemente, decía Theo van Ravesteyn, presidente no ejecutivo de MSC Nederland, que no volveremos a los precios de transporte marítimo de mercancías que vivimos hace unos años: “Esos días se acabaron”.
Ezequiel Navarro.-Estamos viviendo una crisis mundial del transporte, que ya lleva muchos meses y pasa por dos cosas: se están reconfigurando las rutas, porque los lugares de consumo y los volúmenes se han desequilibrado y son distintos; y vemos una subida de costes por una serie de cambios relevantes en las políticas de las navieras. Hemos visto contenedores a 400-500 dólares y, después de llegar a los 10.000 dólares, están ahora en torno a los 8.000. Y además estamos viendo el impacto terrible que tienen los bloqueos como el del Canal de Suez o los de varios puertos importantes que se han ido cerrando por cuarentena. Existe ahora una tendencia global en la industria hacia el aumento de la resiliencia a través de la diversificación de fuentes, de proveedores, de canales, de logística, pero también a través de la reindustrialización: fabricar cerca del cliente y comprar cerca de la fábrica.
Eugenio Mallol.-Para que lo entendamos los que vivimos la crisis del 2000, en la que desaparecieron partes sustanciales de sectores tradicionales, como textil, juguete, mueble… lo que planteas, para que nadie se equivoque, no es que vamos a volver a donde estábamos. La reindustrialización será para hacer cosas diferentes.
Ezequiel Navarro.-Sí, además habrá muchos negocios híbridos y una tremenda interdependencia. No todo lo haremos aquí, traeremos muchísimas cosas de Asia, de EEUU y de allí donde tenga sentido. Pero traer una cerámica de Asia, sin contar el impacto medioambiental de un producto que es muy denso, que pesa mucho y genera emisiones en el transporte, eso va a cambiar. La propia China está muy activamente desincentivando a aquellas industrias más contaminantes, menos productivas, menos competitivas. Y eso está produciendo un aumento importante de la inflación. ¿Volverá la industria del calzado, el juguete o la cerámica? Alguna puede que sí, porque estamos viendo porcelánicos que antes eran impensables, losas de dos metros que pueden cubrir sin fracturarse porque llevan fibra de vidrio y láminas de aluminio, materiales compuestos que hacen que sean irrompibles. Ese tipo de tecnologías basadas en nuevos materiales están creciendo muchísimo en Europa y en España. Las empresas cerámicas son un ejemplo claro, tienen físicos, químicos, matemáticos, que les han ayudado a digitalizarse y tecnificarse.
Eugenio Mallol.-Hemos perdido el tren de la microelectrónica, el del ácido para fabricar los plásticos, el de las baterías. Pero seguro que hay otros a los que nos podemos subir.
Ezequiel Navarro.-Hay trenes en los que no podemos no estar. Evidentemente, todo el desarrollo de las tecnologías relacionadas con la utilización de la inteligencia artificial en los procesos de negocio es uno claro. Pero esto acabará siendo como los procesadores de texto, lo tendrá todo el mundo. Cuando llegas a donde llega todo el mundo, pero lo haces tarde, no te da diferenciación. Tenemos una oportunidad importante para ser pioneros, porque España produce un magnífico talento en tecnologías tanto digitales como en ingeniería industrial. Cuando la industria ya no depende tanto de los costes de mano de obra y mucho más de la materia gris que hay detrás podemos emerger como país, porque ya no depende de tener megainversiones que sólo unos pueden hacer. Para eso hay que apostar por los sistemas abiertos, en los que mucha gente colabora.
Eugenio Mallol.-Insistes mucho en esa idea.
Ezequiel Navarro.-El RFID es el Linux de la microelectrónica, se necesitan sistemas abiertos que se pueden construir sobre sistemas que han hecho otros. Como el robotic operating system, un sistema directo de manejo de robots. Todas las plataformas de desarrollo abierto permiten que tengamos una posición dentro de Europa ultracompetitiva, porque aquí se vive bien y los costes salariales de personal son mucho más competitivos que en otras partes de Europa, EEUU y algunas zonas de Asia. Hay varias olas de transformación en la industria: he mencionado la robótica, tanto la clásica, como la colaborativa, la intralogística, los vehículos autónomos robóticos; otra ola es el machine learning, machine vision, que son procesos de aprendizaje y decisión; el procesado de tensores para inteligencia artificial en el puesto; y todas las herramientas que permiten la conectividad 5G industrial, con la tensión muy baja, con ancho de banda alto y montando redes privadas virtuales. En todo esto, el componente mano de obra directa es bajo, el componente Capex también es reducido y en cuanto al componente aprendizaje, como es abierto y colaborativo, nos podemos sumar rápido.
Eugenio Mallol.-Hay tantos paréntesis que abriría en tu exposición. Ojalá aprendamos a colaborar más.
Ezequiel Navarro.-Es la única salida. En España el sistema constitucional nos ha fragmentado en cuanto a políticas industriales, de innovación, incluso universitarias. Estamos en 17 autonomías y cada una tiene un nivel muy alto de soberanía en estos campos. Sólo podremos avanzar por la unión de la gente que quiera, las empresas y los individuos, porque el sistema legal no nos une, es centrífugo, y eso significa que, para conseguir economías de escala en España y Europa, para poder competir con aquellos que tienen la escala, porque trabajan con políticas a largo plazo hipercentralizadas y dirigidas, sólo podremos hacerlo por la colaboración.
Eugenio Mallol.-Si uno se pregunta cómo tiene que ser una empresa modelo a nivel de tecnología, de influencia en sectores estratégicos… Premo sería de las que enseguida te vienen a la mente. No se trata de un cumplido. Durante estos años en INNOVADORES he insistido en acercar la innovación, en desmitificarla incluso, para que los empresarios entiendan que esas empresas que hacen cosas que nadie hace mejor que ellas en todo el mundo están muy cerca, unas calles más allá, en el Parque Tecnológico de Andalucía.
Ezequiel Navarro.-Sería pretencioso decir que Premo es una empresa ejemplar. La hemos construido con el modelo mental que tenemos. Pero durante un tiempo estuvimos en el centro del mundo, la Península Ibérica estaba perfectamente situada, y ahora estamos en el lugar equivocado del mundo. El crecimiento más importante de las clases medias, que son las que tiran, está en Asia y en EEUU. El centro del mundo ahora mismo está más o menos en Hawai, en el centro del Pacífico y moviéndose cada vez más hacia Asia. Y cuando estás en el lugar equivocado, debes ser capaz de construir herramientas que te permitan llegar ahí, de marketing digital, de innovación, de patentes, de colaboración con muchísimos partners, para competir. El 70% de nuestras ventas están en Asia y estamos a 13.000 km.
Eugenio Mallol.-Un fondo de inversión de Londres me dijo una vez que en España somos muy buenos generando ideas, pero no tenemos la ambición necesaria para crear empresas de 1.000 millones de facturación, pese a tener toda Latinoamérica a nuestro alcance. Los británicos, añadió, son mucho menos creativos en el terreno de las ideas, pero sí son hábiles escalando las de otros. En tu caso serías la excepción a la regla. Para entenderos mejor, dime, en primer lugar, hacia dónde mira Premo, la siguiente evolución de tu empresa.
Ezequiel Navarro.-Desde un punto de vista de modelo, lo que nos gusta es la transformación, vivir en el cambio, esto forma parte de nuestra cultura. Cuando se habla de transformación digital de empresas nosotros le metemos unas cuantas capas más relacionadas con nuevos materiales, con inteligencia artificial o conectividad. Y en cuanto a tecnologías y mercados nuevos estamos mirando todo lo que viene relacionado con el hombre aumentado, la realidad aumentada y virtual, la conectividad, la sensorización. Vamos a tener prácticamente todos los parámetros del mundo sensorizados y los tendremos conectados a las redes y a los sistemas de procesos a través de antena, porque no tiraremos cable. Esto nos permitirá introducir las capacidades sensóricas de Premo. Estamos viendo toda la evolución del automóvil, que acabará siendo un electrodoméstico, una cosa enchufada, y tendrá todo lo que tienen los electrodomésticos: grandes economías de escala, grandes niveles de integración y estandarización. Veremos formas más inteligentes de diseñar todos los elementos del coche, arquitecturas únicas, e incluso de alta capacidad, habrá fibra óptica dentro del propio vehículo. Vemos también que el sector eléctrico está exactamente igual que lo dejó Thomas Edison en General Electric, no ha habido grandes cambios. La electrificación hará que acabemos haciendo lo mismo que con las telecomunicaciones: cuando hemos ido necesitando ancho de banda, al final nos han llevado la fibra a casa.
Eugenio Mallol.-El segundo enfoque para comprender a Premo es el siguiente: trabajáis para grandes corporaciones globales, prácticamente todo el sector del automóvil, estáis en todos los robots de los almacenes de Amazon, sois proveedores de Google, empresas con un nivel de exigencia máximo que parecen situadas en mundos muy lejanos. Es un tema cultural no sólo de las empresas, sino de España. Nos vemos como un país que no está en los grandes asuntos. No hablamos con voz propia en los grandes debates sobre automatización, inteligencia artificial o el futuro de internet.
Ezequiel Navarro.-No son lejanas, son muy cercanas. Esto se consigue cuando tienes un posicionamiento de líder mundial de nicho. Hace mucho tiempo que se describió el negocio en la era digital como una long tail. Habrá millones de personas que están en las grandes tendencias, pero en esa cola de la distribución, incluso aunque estés lejos de la media, aún se generan volúmenes importantes. En algo tienes que ser el mejor, o estar entre los dos o tres mejores del mundo. Ahora la gente ya no está buscando sólo la eficiencia operativa y ganar un 2% más, sino transformar el negocio antes de que llegue otro y lo haga y te deje sin queso. Las empresas jóvenes que manejan tecnologías nuevas están accediendo a los grandes gigantes. Ves la cantidad de startup que están trabajando con BMW, Porsche, Volkswagen o con compañías conservadoras como Alstom o General Electric. Se puede acceder a ellos cuando tienes una propuesta de valor diferenciada o puedes ayudar a la disrupción.
Eugenio Mallol.-Decías que no son lejanas.
Ezequiel Navarro.-En absoluto. Todas las grandes corporaciones se han puesto las pilas, tienen directores de innovación y de ecosistemas de colaboración permanente atentos a las nuevas tendencias. Cuando hemos propuesto cargadores inalámbricos con una tecnología desarrollada en el MIT con Witricity, que adopta la Society of Automotive Engineers (SAE) como estándar y tras ella lo ha hecho China, nos han venido los grandes fabricantes mundiales para que se lo contemos. Están proactivos. Las estrategias no sólo tienen que ser push, de ir a llamar a la puerta, sino que hay que ser muy buenos en que lleguen a ti, que te reconozcan a través de una propuesta de contenidos de mucho valor, en redes sociales y profesionales. Las cosas hay que contarlas, pero para eso primero hay que tenerlas patentadas. Porque si vas por ahí contando tu tecnología y no la tienes protegida estás invitando a todos a que te la copien.
Eugenio Mallol.-El tema de las patentes debería preocuparnos como país. Que un gigante del Ibex con presencia en decenas de países no registre más que una quincena de patentes al año me parece…
Ezequiel Navarro.-Eso es terrible. La gente dice que no quiere divulgar su tecnología. A ver si es que no tiene tecnología que divulgar. Al menos habrás descrito tu tecnología, habrás hecho una escritura para elevarla a público ante notario y la habrás puesto en una caja fuerte. Porque el día que alguien coja esa tecnología que supuestamente tienes, la copie y la patente, puede impedirte que accedas a ciertos mercados con tu propia tecnología. Si tienes la visión de ser una empresa que actúe a nivel global tienes que ser capaz de estar protegido. Si no, estás muerto.
Eugenio Mallol.-En el fondo, es probable que se deba a que en España, por alguna razón, nos gusta más comprar conocimiento que generarlo. No sé muy bien por qué.
Ezequiel Navarro.-Estamos condenados a ser usuarios. Pero en ese caso le das el valor añadido a otro y, por tanto, la parte más suculenta del pastel. Eso es lo que han hecho nuestros operadores de telecomunicaciones, que teniendo áreas potentes de I+D han decidido que lo más fácil es comprarlo. Lo es, sí, aciertas a la primera, no tienes riesgo financiero, pero el riesgo estratégico es máximo, porque tu dependencia es total y no puedes diferenciarte de tu competencia. Y si no eres capaz de tener las economías de escala, es posible que a menos que seas de los que más compren, no seas competitivo, con lo que al final el que tenga tecnología propia o economías de escala te acabe barriendo, porque comprará más que tú. Y cuando haya carencia él tendrá piezas y tú no, porque te pondrán a la cola. Y todos esos riesgos nadie los ha mirado, porque nunca pasa nada. Pues ya ha pasado. Estamos sin semiconductores, en una guerra por el 5G importantísima y aquí hemos tenido operadores que han sido de los primeros comprando a fabricantes y proveedores que hoy están medio vetados. Es muy grave. Pero lo otro que tenemos es que del laboratorio al mercado nos ponemos a hacer cosas por el conocimiento, pero sin tener clientes detrás. Y eso es un problema de transferencia brutal. Se habla del sistema de innovación en España, pero la realidad es que no existe, hay cosas sueltas, pero no hay nada que integre la política universitaria, la industrial, la de ciencia. Tenemos un instrumento creado hace un siglo que es el CSIC, que podría ser salvando muchísimas distancias el equivalente al Max Planck en Alemania, pero no tenemos un Fraunhofer donde se hace ciencia y tecnología aplicada a la industria.
Eugenio Mallol.-2.800 millones de euros de presupuesto anual tiene Fraunhofer.
Ezequiel Navarro.-Sí, pero eso no sale porque sí. Reciben fondos europeos, del Estado y de las propias empresas a las que les va bien gracias a que los proyectos que hacen se aplican y se venden. Y en innovación industrial Alemania no ha parado de crecer, y en la crisis financiera, cuando nosotros decidimos reducir la apuesta por el I+D+i, Alemania la duplicó. Y de aquellos polvos vienen estos lodos.