
Los centros tecnológicos europeos eligen un presidente de Tecnalia y llaman a todo el ecosistema de I+D a colaborar

En pleno alboroto económico mundial por las medidas arancelarias de Trump y su política de ‘America first’, Europa es más consciente que nunca de la necesidad de incrementar su competitividad y, sobre todo, su independencia respecto a las grandes súper potencias. Los centros tecnológicos reclaman aquí su papel como generadores de conocimiento científico y tecnológico aplicado, y su capacidad de transferirlo al sector industrial. Así se ha recalcado en numerosas ocasiones durante la Asamblea General de 2025 de la Asociación Europea de Organizaciones de Investigación y Tecnología (EARTO), celebrada en Valencia junto a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (REDIT) y la concejalía de Innovación del Ayuntamiento de Valencia.
Una Asamblea que supone, además, un hito para España: de ella ha salido electo el primer presidente de nuestro país, Jesús Valero (director general de Tecnalia). Valero ha destacado que Europa es privilegiada “por contar con una red tan amplia y estructurada para la creación de soluciones tecnológicas a los problemas reales de nuestro entorno, y por tener este gran vehículo para unir a las organizaciones que investigan y crean con la industria, para mejorar la calidad de vida de las personas”.
Mesas redondas, casos de uso (en ámbitos como la aeronáutica, tecnología deeptech aplicada al sector salud o agro, o soluciones de visión artificial para el tratamiento de la hipertensión) y destacadas ponencias a cargo de los principales centros tecnológicos europeos y miembros de la Comisión Europea, han marcado dos jornadas intensas. En ellas, una idea clara: los proyectos colaborativos son la clave para el ecosistema europeo. Así lo ha señalado José Moisés, director general de CDTI, durante su ponencia, una idea compartida por Erik Drop (TNO): “la colaboración entre los Estados miembros es el valor añadido de la UE”.
Valor añadido para la industria
Y en esta colaboración juegan un papel fundamental los centros tecnológicos, tal y como ha asegurado Fernando Saludes, presidente de REDIT: “si Europa quiere incrementar su competitividad real, debe incrementar su apuesta y colaboración decidida por este tipo de agentes, que son los auténticos especialistas en la generación del valor añadido necesario para que las industrias compitan al máximo nivel y generen prosperidad en la sociedad’.
“Damos acceso al conocimiento a la industria”, ha defendido Laura Olcina, presidenta de Fedit, durante su participación en la última mesa redonda. “Nuestra misión es hacer que ciencia e innovación sean accesibles para la industria”, ha añadido, y ha asegurado que Fedit está “apoyando a las pymes de toda España eliminando los riesgos y fomentando la colaboración y la transferencia de conocimiento».
Sobre esta capacidad de transferencia tecnológica, David Lombardo, director general de Presupuesto de la Comisión Europea, ha puntualizado que es necesario “asegurarse de la investigación esté vinculada a los resultados de mercado necesarios, para transformar la innovación en productos que hagan que la UE sea más competitiva”.
“Europa siempre se las arregla, aunque sea tarde”, ha declarado Jesús Valero en su despedida. Y ha añadido algo: “hemos discutido sobre la importancia de la simplificación para superar la fragmentación”. Una idea que también ha apuntado Joao Claro, CEO del portugués INESC TEC, durante su ponencia: “¿Cómo podemos garantizar que los marcos políticos evolucionen con la misma agilidad y valentía que exigimos a los innovadores?”. En este sentido, Andrea Gentili, jefa adjunta de la Unidad de Aeronáutica de la Comisión Europea, ha señalado que se necesita “un marco de investigación sólido, acompañado de normas simplificadas”.
A esta falta de agilidad normativa se unen otros retos en el ámbito europeo, que también han sido expuestos durante la Asamblea. José Moisés (CDTI) ha apuntado que la inversión en tecnología “no es suficiente: se necesita también invertir en intangibles y mirar hacia la misma dirección; financiar no lo es todo, necesitamos una completa visión de nuestro sistema tecnológico”. “Es necesario un enfoque orientado a la solución para abordar los problemas actuales, teniendo en cuenta que la innovación lleva tiempo”, ha afirmado Michel Viktorovitch, asesor del presidente de Asuntos Europeos, durante una mesa redonda.
Laboratorio europeo de competitividad
La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha participado también en el evento y ha afirmado que se necesita “más investigación que fomente tecnología europea para defender del planeta y los valores que nos definen como el continente mas civilizado del mundo”. “Sin tecnología europea no hay competitividad europea, ni tampoco autonomía estratégica”, ha afirmado, y ha trasladado tres compromisos ineludibles: “invertir más en I+D+i, acercar la ciencia a las empresas y estrechar la colaboración europea”.
Morant ha explicado que, desde el Ministerio, se ha propuesto la creación de un ‘Laboratorio europeo de la competitividad’, que ha tenido “muy buena cogida en la Comisión Europea”. “Se trata de asegurar la transferencia de conocimiento para garantizar el futuro, y ahí los centros tecnológicos cobráis protagonismo; sois es eslabón clave en la cadena de innovaciones, conectando conocimiento con necesidades de la sociedad”, ha argumentado la ministra. Y ha anunciado, además, la creación de un Plan Complementario de Transferencia, para “dar ese impulso de más, esa palanca para una industria más competitiva”.
Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación, ha resumido con estas palabras la idea general de esta Asamblea General de la EARTO: “vivimos un momento difícil para Europa, que requiere una reacción inteligente; es fundamental comprender que, para avanzar, debemos avanzar juntos: las personas competentes no compiten, sino que cooperan”.






Fotografías: EARTO y Atlas Tecnológico