Paco Marín: «Europa está vigilante, no va a certificar ‘rotondas digitales’ con los fondos»

Es Premio Nacional de Innovación 2020, miembro del Grupo de Reflexión de Ametic, vicepresidente de la comisión de I+D+i de la CEOE, socio del Foro de Empresas Innovadoras, senior advisor del fondo de venture capital CONEXO, una de las personas mejor situadas para interpretar, junto al analista de innovación Eugenio Mallol, el momento del ecosistema de I+D español
8 de octubre de 2021 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Paco Marín: «Europa está vigilante, no va a certificar ‘rotondas digitales’ con los fondos»

Eugenio Mallol.-Se están produciendo tantos cambios a nivel global, estos días se habla de la posibilidad de que Estados Unidos presente default, por ejemplo. Eso abre una oportunidad para posicionarnos en el mundo de forma atractiva. En España hemos apostado mucho por captar inversión con medidas fiscales, tenemos pocos ‘ganchos’ más, mientras países como Alemania, no digo que no las ofrezcan, pero se postulan como destino esgrimiendo activos como la presencia de buenos hubs de conocimiento o de grandes concentraciones de empresas innovadoras. Ahora que se planifican inversiones para construir nuevas plantas en ámbitos como semiconductores, gigafactorías o hidrógeno verde, es un momento para presentarnos al mundo… de otro modo.

Paco Marín.-En España se están produciendo cambios de los que a veces los españoles no somos conscientes, que es algo que suele suceder cuando estás dentro y no miras desde fuera. Hay datos elocuentes que dicen que se nos está empezando a ver de forma distinta. El indicador más claro es la aportación de capital privado externo que viene a buscar startup emprendedoras e inversión en España. Está creciendo de forma importante. El venture capital español, en los primeros seis meses de este año, ha superado la cifra de inversiones del año pasado. Y buena parte de ese capital viene de fondos extranjeros. Además, la respuesta de las empresas españolas ante la crisis ha sido también muy distinta a la que vivimos en otros momentos. La reacción a las Manifestaciones de Interés que ha hecho el Gobierno para atender a las necesidades de los Fondos de Recuperación ha sido extraordinaria y ha superado, en poco tiempo, todas las expectativas. España no tiene mucho que ver ya con lo que era hace unos años. ¿Qué creo que nos sigue faltando para ofrecer un territorio atractivo a la inversión? Nuestra capacidad de hacer que la regulación sea más flexible, en el sentido de acomodar nuestros mecanismos de gobernanza de la innovación y de los negocios a un método más ágil, más propio de los tiempos que vivimos. Se han dado algunos pasos en aspectos de tipo propositivo, pero todavía no ha habido tiempo suficiente para ver si esos cambios que se propusieron en el RD del 31 de diciembre del año pasado se concretan. En cualquier caso, estamos en una situación en la que cabe un optimismo razonable basado en datos.

Eugenio Mallol.-El tema de la gobernanza es muy importante. En lo que se refiere a política industrial vinculada a la I+D+i, en los 80 y los 90 del pasado siglo surgieron muchos organismos a nivel autonómico que la impulsaron y la conectaron a los centros tecnológicos, pero se han quedado limitados a las fronteras regionales. A nivel estatal no existe un ente similar. Lo único que tenemos es la Dirección General de la Pyme y organismos públicos como el CDTI, del que eres exdirector. Tú mismo has comentado recientemente que muchas de sus ayudas más demandadas, y por tanto mejor diseñadas, no pueden satisfacer más que un 20% de las peticiones porque no hay recursos. Una buena gobernanza estatal con un ente que se encargue de las políticas industriales vinculadas al I+D+i sería necesaria.

Paco Marín.-El problema de la gobernanza de los fondos que van a venir y de las políticas de I+D+i en el futuro es sin duda, ahora mismo, el elemento más crucial de lo que nos queda por hacer. Nuestro país ha hecho bien los deberes planteando el programa España Puede, siendo de los primeros Estados de la UE que aprueba su plan de apoyos, presentando un ambiciosísimo programa de proyectos. Lo único que falta para acabar de hacerlo bien es disponer de mecanismos de gobernanza que aseguren que la colaboración público-privada en este tipo de proyectos se dé bajo los términos de confianza, transparencia y colaboración mutua. Es imprescindible que se pongan en pie mecanismos de gobernanza compartida, desde el respeto de la gestión del dinero público. No estamos pidiendo una capacidad de gestión que exceda las competencias de la Administración, sino que se creen, por ejemplo, oficinas técnicas donde lo privado pueda aportar su saber hacer en la gestión. Ahí habría que introducir elementos muy rupturistas. El RD de 31 de diciembre apuntaba algunas de estas cosas, han pasado nueve meses y no se han desarrollado. Pero no soy pesimista. Todavía queda tiempo, no hay que inquietarse, tenemos seis años por delante. El primer año ha sido el más importante, ya tenemos el dinero, las empresas y los proyectos, ahora hay que ser extraordinariamente innovador. No se puede actuar conforme al modelo clásico de proyecto, porque entre otras cosas Europa va a vigilar mucho cómo se ajustan a las exigencias de digitalización, sostenibilidad e igualdad. Si los proyectos no están bien desarrollados respetando esos criterios, vamos a tener problemas para certificar. Por tanto, hoy la gobernanza se convierte en el elemento clave del éxito del programa español.

«El problema de la gobernanza de los fondos que van a venir y de las políticas de I+D+i en el futuro es sin duda, ahora mismo, el elemento más crucial de lo que nos queda pendiente»

Eugenio Mallol.-Hace unos meses hice una llamada en un artículo para que esto no acabara en ‘rotondas digitales’.

Paco Marín.-Eso va a ser imposible en este caso, porque Europa no va a certificar ‘rotondas digitales’.

Eugenio Mallol.-Si analizas las primeras adjudicaciones encuentras que la mitad, en muchas convocatorias, se hacen a ayuntamientos. El dinero llega al ayuntamiento, que a su vez licitará y adjudicará, y tendremos que asegurarnos de que lo haga cumpliendo con los requisitos de Europa. La palabra clave es la gobernanza, porque una vez no va al destinatario final, sino a una entidad que va a readjudicar, el tema se pone más interesante.

Paco Marín.-Estaríamos cometiendo un craso error si pensamos que los contenidos, las formas y los tiempos de desarrollo de los proyectos son como los anteriores. Hay un riesgo cierto de que la gente piense que esto es más dinero para hacer lo mismo que antes. Pero no es así, esto es más dinero para hacer las cosas distintas. Estos proyectos tienen exigencias definidas claramente y controles sobre su cumplimiento. Si hacemos los proyectos sin respetar esas definiciones no pasaremos del primer filtro y nos encontraremos con problemas muy serios de inejecución. Por lo tanto, los agentes del ecosistema y los responsables públicos y privados, ya sean asociaciones, centros tecnológicos o agencias intermedias, debemos tener siempre presente que estos 140.000 millones son para hacer cosas distintas para tener una sociedad diferente. Si pensamos que es más de lo mismo, o lo mismo, pero con más dinero, estaremos equivocando el diagnóstico.

Eugenio Mallol.-Desde una perspectiva geoestratégica, a tenor de la situación que afrontan países como EEUU, Alemania, Reino Unido y China, de las difíciles perspectivas en sectores clave como el petróleo y el automóvil, abocados una profunda reconversión, si adoptamos esa visión positiva con datos de la que hablas hay una oportunidad para España, porque hay una especie de liderazgo vacante.

Paco Marín.-España, más que nunca es Europa. Hasta ahora no había visto una sintonía tan profunda y un fortalecimiento de la idea de Europa. La decisión de crear el Next Generation, la gestión unificada con las vacunas, la integración de elementos, hacen de Europa un ente más fuerte, sin duda. España, que es un país pequeño a nivel global, la cuarta economía europea, tiene la oportunidad de desempeñar un rol razonable. Para ello necesitamos adoptar un cierto riesgo, apostando por modificar elementos que son muy tradicionales: una Administración más ágil, más orientada a la consecución de objetivos. Que resuelva de manera seria la cooperación público-pública, porque estamos acostumbrados a pedir la público-privada, pero muchas veces lo que no colabora en nuestro país es lo público. Tenemos que aprender a cooperar, tenemos que hacer un país mucho más colaborativo e innovador. En el contexto de una Europa más fuerte, esto nos dará un futuro mucho más creíble.

«España debe resolver de manera seria la cooperación público-pública, porque estamos acostumbrados a pedir la público-privada, pero muchas veces lo que no colabora es lo público»

Eugenio Mallol.-Todos estamos de acuerdo en lo que dices. La clave es cómo lo articulamos. Uno de nuestros grandes déficits es la transferencia de tecnología y cuando analizas la situación de universidades, centros tecnológicos y organismos públicos de investigación, ves que hace falta todavía encontrar la fórmula para que trabajen juntos. Si cada uno entiende en qué es mejor y lo potencia en colaboración con los otros, tendríamos esa capacidad para convertirnos en un país innovador. Pero sigue habiendo muchas resistencias.

Paco Marín.-Coordiné un grupo en la Fundación Cotec dedicado a estudiar el tema de la transferencia, de modo que hablo con conocimiento. No hay problema de diagnóstico, sino falta de decisión política para hacer lo que hay que hacer. Y no son prácticas difíciles ni complejas, existen los mecanismos, pero no se ponen en marcha y aparecen cosas incomprensibles. Un ejemplo: mientras en el currículum de los investigadores públicos no les repercuta positivamente el haber colaborado con una empresa ninguno de ellos va a tener voluntad para hacerlo, porque no les da beneficios. En su día, identificamos 17 espacios en la regulación de los currículums de los investigadores públicos en los que habría que meter las cláusulas de incentivo positivo de colaboración con las empresas.

Eugenio Mallol.-Un investigador universitario no puede cobrar al año más de 1,5 veces el sueldo del rector. A mí me tendrás que medir si hago bien mi trabajo en la Universidad, que no la desatienda por trabajar fuera de ella, pero qué importa lo que gane en el sector privado gracias a mi excelencia.

Paco Marín.-Ese es un ejemplo. No se puede intentar corregir un problema sin poner las medicinas allí donde duele. ¿Y dónde duele? En que los investigadores no tienen incentivos para colaborar con el sector privado. Y podríamos citar otros casos al contrario: ¿por qué no le das a las empresas incentivos fiscales a la colaboración con el sistema de investigación? El diagnóstico, insisto, está hecho, las medidas correctoras son conocidas y consensuadas, y lo único que falta es hacerlas. Pero para eso hay que cambiar regulaciones. España es un campo fértil para meter papel, pluma, lápiz y borrador y cambiar, en buena medida, pocas cosas en algunos sitios, corregir los obstáculos que están impidiendo que este país sea más abierto.

«En el terreno industrial, lo que hay que hacer son ecosistemas en los que realmente los investigadores, las empresas, los venture capital, estén colaborando desde ya»

Eugenio Mallol.-Cuando visité el MIT Media Lab me dio esa misma impresión: no es un problema estrictamente de dinero, sino de organizar bien los recursos. Muchas veces parece que todo se tenga que solucionar con más financiación y no es únicamente así. Otro asunto: en este proceso de reconstrucción en el que estamos inmersos se habla mucho del nuevo modelo productivo. Es bueno contribuir al debate exponiendo qué entendemos cada uno de nosotros por nuevo modelo productivo. Porque los Fondos de Recuperación no son para financiar circulante, sino que deben tener un efecto transformador y eso significa un cambio de cultura.

Paco Marín.-Hay un hecho sustancial, la digitalización ya no es una opción, es un must. Cuando entiendes que tienes que digitalizar tus procesos, ya sea una tienda, una fábrica o un servicio, es que el proceso ya se ha reformado. El modelo ya tiene que estar cambiado, no va a haber una fórmula de negocio, de producción o de conocimiento que tenga que ver con lo de antes. Ya está cambiado. Los que no se enteren morirán, porque no se va a poder hacer un comercio como antes, ni un transporte, ni unos estudios, ni desarrollos que no estén basados en la cooperación. Ya estamos dentro de la revolución productiva distinta. En cuanto al terreno industrial, lo que hay que hacer son ecosistemas en los que realmente los investigadores, las empresas, los venture capital, los despachos de propiedad industrial, las agencias de internacionalización, estén colaborando desde ya. Ese es el mundo en el que vamos a vivir a partir de ahora. Ya no hablamos en términos de países, sino de territorios.

Eugenio Mallol.-Ahí es donde está posicionado Atlas Tecnológico. a colaboración es una de las asignaturas pendientes de las empresas. Para ello tienes que abrir tus puertas, dejar que vean lo que tienes y compartir tu visión.

Paco Marín.-Esto es open Innovation, totalmente, llevado al extremo. El concepto ya tiene unos cuantos años, comenzó siendo una concesión tímida y hoy es agresiva: hay que abrir las puertas, estar dispuesto a colaborar hasta con tus competidores.

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